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Las Elecciones regionales francesas

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Sarkozy y los partidos de derecha, perdedores indiscutibles
La ley de regionalización o descentralización dividió a Francia en 22 regiones en su territorio, más 4 colonias en ultramar y fue promulgada en 1982 durante el primer mandato de Mitterrand. Como en otros países, departamentos y cantones fueron agrupados por afinidades histórico-culturales y continuidad geográfica. Disponen de recursos propios (impuestos y tasas varias) más financiamiento por parte del estado y tienen atribuciones en cuestiones de transportes, urbanismo, vivienda, formación profesional y fomento de la economía regional. Alogunas regiones como la Ile de France (París y su entorno), Lyon , la región de Provenza-Alpes-Costa Azul tienen presupuestos que sobrepasan al de algunos países en vías de desarrollo. Lo que está en juego en las regionales no es sólo un objetivo  político sino que también económico.  

Los resultados de la primera vuelta han significado una derrota de proporciones para la derecha que apoya al gobierno de N. Sarkozy. El principal beneficiado ha sido el PS francés, que ya disponía  de veinte de las veintiséis regiones en disputa (22 en territorio francés y cuatro colonias en ultramar) y se encuentra en primer lugar en trece regiones y podría ganar varias más, pero no todas como había afirmado durante la campaña la secretaria de ese partido Martine Aubry. 

Con un 29,5% de los sufragios, el PS supera a la coalición gubernamental de Sarkozy, que alcanzó  26,3%. La alianza Europa Ecología logró 12,5% ; el Frente Nacional 11,6%, (extrema derecha) ; el Frente de Izquierda (disidentes PS encabezados por el senador Jean Luc Melenchon + el PCF y un grupo disidente del NPA) obtuvo 6% ; el Modem (centristas, DC) 4,3% y la izquierda extraparlamentaria NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) + LO, Lucha Obrera) 4,5%.

Aunque el gobierno ha tratado de minimizar el alcance político de los resultados, éstos significan un serio revés para el actual presidente, que sabiendo lo que se le venía encima ya había declarado la semana pasada que los resultados de las elecciones regionales no implicaban ninguna consecuencia en el plano nacional. Y el primer ministro François Fillon se apresuró a repetir la noche del 14 de marzo que teniendo en cuenta el elevado porcentaje de abstencionistas « este resultado no permitía sacar una conclusión nacional ». 

La derecha tradicional que apoya a Sarkozy obtiene el peor resultado electoral desde hace cincuenta años, es decir, desde la instauración de la V° República por de Gaulle en 1958.

En contrapartida, si se contabilizan los votos del PS, PC, Verdes/Ecologistas más los de la izquierda extraparlamentaria, estos sobrepasan el 50% de los sufragios emitidos. 

Por otra parte, si se consideran los sufragios alcanzados por el Frente Nacional (extrema derecha) y del Modem (centristas), se constata que la derecha tradicional que apoya a Sarkozy alcanza sólo a un cuarto de los sufragios emitidos. 

Los abstencionistas, partido de los vencedores
Es del caso sin embargo matizar estos resultados debido al récord de abstención que fue del orden del 54%, superado únicamente por la abstención registrada con ocasión de las elecciones al Parlamento Europeo en 2009 (59%). Y en esa oportunidad, los portavoces del actual gobierno no tuvieron empacho en proclamar su victoria, apuntando que el PSF había obtenido un escuálido 16%.

Los ganadores  del escrutinio fueron los abstencionistas. Aunque la abstención perjudicó más a la coalición gobernante de Sarkozy, también se reflejó en el electorado popular, parte del cual no sólo se abstuvo sino que concurrió en algunas regiones con sus votos a inocular  nuevas fuerzas a la extrema derecha. Es otra de las consecuencias de este escrutinio: la extrema derecha vuelve por sus fueros y en muchos casos hay una especie de trasvasijamiento de sufragios del electorado obrero (PSF, PCF) hacia el FN, como es el caso de la región Norte-Pas de Calais, ex zona industrial azotada por la crisis, la cesantía, las deslocalizaciones y la falta de perspectivas. Como en el caso de las otras listas, la amplia abstención ha realzado el 11,6% obtenido por el FN sobre los votos emitidos, pero que baja a 5,73% si consideramos como universo electoral el de los electores inscritos. 

De los 42 426 578 electores inscritos solamente votaron 19 672 197. Los votos nulos y blancos alcanzaron 3,7%. Si comparamos los sufragios obtenidos por los diferentes partidos y coaliciones se constata que el PS + Europa Ecología + Frente de izquierda + NPA y LO alcanzan 24,79% de los sufragios con respecto a los inscritos y la derecha gubernamental obtiene 12,18% . El resto se distribuye entre las otras listas, que agregados a la derecha y a la izquierda no llegan al 50% de los sufragios con relación a los inscritos, que podrían haber votado y no lo hicieron..

Esto plantea el problema de la legitimidad de los concejales elegidos y fuerza a interrogarse acerca de las razones del desapego de los electores ante las consultas electorales.

Algunas razones explican esta abstención. En primer lugar las regiones son instituciones relativamente nuevas y algo lejanas. Además el gobierno de Sarkozy había enviado un proyecto para modificar la ley que las creó. Este proyecto complicadísimo en cuanto a la elección de los concejales (escrutinio a una vuelta uninominal que eligiría el 80% de concejales territoriales + el 20% a la proporcional ) que reduce el número de éstos con el objetivo de reducir el gasto estatal relativo a las regiones consideradas como inoperantes y costosas.

Ello se inscribe como dice un cazurro comentarista galo, en la idea de ¿Para qué instaurar un modo de escrutinio fácil si podemos establecer uno complicado y escamotear así el espíritu democrático que debe presidir todo modo de escrutinio? En el fondo está evidentemente el temor a la voluntad popular que pueda expresarse en un escrutinio claro y transparente. Temor que tiene cierta similitud con el que se expresa en la Ley de partidos políticos (18 603) y la Ley de votaciones populares (18 700) vigentes en Chile.  

Desde 2014, los nuevos elegidos serán concejales territoriales según el proyecto gubernamental y reagruparán a los departamentos tradicionales y las regiones. Esta era entonces la última vez que se elegían concejales regionales conforme a la ley de 1982.  Pero por cierto, este único factor no explica la importancia y naturaleza de la abstención. La cuestión principal es la desconfianza en « la política y los políticos ». Una parte considerable de los abstencionistas de derecha ha querido expresar su desencanto por la política seguida por Sarkozy. Es así como en regiones donde el actual presidente había obtenido una cómoda mayoría en la presidencial de 2007, se constata una espectacular progresión de la abstención. Es el caso de las regiones de Alsacia, Alto Rin, Lorena e Yvelines, esta última colindante con París.

Aunque todos los ministros y dirigentes de la coalición gobernante lo han negado al unísono, existe una sanción de su propio electorado en cuanto a la política llevada a cabo desde hace dos años y medio y ninguno de los ocho ministros que postulaban a la presidencia de una región está en medida de ganar en la segunda vuelta el domingo 21 de marzo.

Más aún, la abstención podría acentuarse para la segunda vuelta y por ejemplo, una región tradicionalmente de derecha como Alsacia podría pasar a manos del PSF.

Las críticas se acentúan  en las filas del oficialismo en torno a la  personalidad del presidente de la República y a la forma en que ejerce el poder. Pero lo esencial de las críticas está en relación a la situación económica en que se encuentra Francia, que inmersa en la crisis aún no exhibe indicios claros de mejoramiento. La agravación de la cesantía, consecutiva al cierre de empresas y deslocalizaciones, la pobreza que comienza a instalarse de manera más evidente en el país y la protesta de ciertos sectores tradicionalmente de derecha, como los propietarios agrícolas, indican que en el propio electorado del gobierno la paciencia ha llegado al límite. 

¿Qué le reprochan a Sarkozy?
En primer lugar el carácter personalista de su  ejercicio, su ingerencia desmedida en las decisiones de la UMP, el partido gubernamental, su estilo estridente y poco sobrio en tanto presidente, sus lazos demasiado vistosos con la farándula y la banca. Es decir, un presidente atípico, « a la norteamericana », que no es lo propio de la tradición francesa.

A ello hay que agregar, el reproche hecho en torno a la cacareada « apertura ». Es decir, la cooptación de personalidades del PS o ligadas  a éste en cargos gubernamentales. Es la misma maniobra empleada por Piñera en nuestro país al designar a Ravinet como ministro de defensa. Y es el caso en Francia del ministro Kouchner en RREE ; Eric Besson en la peliaguda cuestión  del polémico ministerio de la «inmigración e integración nacional » y ex responsable del equipo económico del PS; Otro ejemplo de esta « apertura es la instrumentalización por parte del gobierno de J.M. Bockel, alcalde de la ciudad de Mulhouse (derecha socialista); además de la aceptación por EEUU y las potencias europeas del candidato de Sarkozy, el « socialista » Strauss-Kahn a la cabeza del FMI.  

La fronda ya se ha desatado en sus propios rangos y Hervé de Charette, ex ministro de RREE y  dirigente del partido centrista gubernamental -Nuevo Centro- expresó sin ambages el 14 por la noche: «Debemos impedir que la máquina que nos ha impuesto Sarkozy nos vuelva a hacer perder», llamando a unirse «fuera del marco de la UMP», el partido gubernamental. 

El abstencionismo en las barriadas populares de población de origen extranjero
El elevado abstencionismo en los barrios que rodean las ciudades debería inducir a tirios y troyanos a un poco más de sobriedad. En efecto, en las barriadas populares de las grandes ciudades se registran porcentajes de abstención que sobrepasan el 80%. Se trata de población de origen extranjero, de segunda o tercera generación que manifiestamente «no están ni ahí con las elecciones». Es el caso de la región de Lyon, en el feudo del diputado del PC André Gérin, que sin parar en mientes y en compañía de otros diputados (tanto de derecha como del PS) han iniciado una virulenta campaña antimusulmana. Gérin es el relator de una comisión parlamentaria que ha propuesto la prohibición del mal llamado «velo islámico» y que en propiedad debería designarse con el nombre de velo mediterráneo. La islamofobia ambiente y la complacencia del establishment al respecto, ha olvidado un poco rápidamente que fue en estos suburbios donde se inició la revuelta que mantuvo en ascuas a Francia en 2005. Los mismos porcentajes de abstención (80%) se registran en suburbios del norte de París, como Sarcelles y Argenteuil, o en el norte de Francia, en Roubaix. Se trata de un fenómeno masivo, de barrios y comunas enteras que se han autoexcluido del sistema electoral. Este fenómeno cuestiona evidentemente la legitimidad de los diputados, alcaldes y concejales. En una comuna vecina a París, Clichy (comuna desde la cual se encendió la llamarada en 2005 como consecuencia de la muerte de dos jóvenes hijos de extranjeros, perseguidos por una patrulla policial), el alcalde socialista  fue elegido con el 66% de los sufragios, que representaban  2 792 votos en una ciudad de 28 000 habitantes… El porcentaje de abstención el domingo pasado fue en esta ciudad de 62%.

Es verdad que el establishment reacciona con celeridad cuando una autoridad o una personalidad transgrede la frontera que limita con el racismo, siempre y cuando se trate de determinada comunidad. Pero los epítetos racistas dirigidos contra árabes y musulmanes no provocan mayor revuelo. Es el caso del alcalde socialista de Montpellier quien fue expulsado de dicho partido. En realidad Georges Freche es un notable de dicha ciudad y postula para otro mandato como presidente de la región. En el pasado ha proferido diversos insultos públicos contra argelinos, norafricanos y extranjeros sin que nadie se haya  particularmente inmutado. Pero hace algunas semanas el establishment   consideró que había sobrepasado el límite cuando empleó una expresión popular dirigida al ex primer ministro Laurent Fabius, cuyos padres son de origen israelita. Entonces fue raudamente expulsado del PS y la dirección nacional de París apoyó a otra lista para las regionales, que fue aplastada por Freche, que tiene todas las posibilidades de ser reelegido el domingo próximo. Lo cómico del caso es que Freche es un furibundo pro sionista que propugna la creación de un espacio especial para la importación de productos israelíes en la región.

El PSF, indiscutible vencedor de la elección
A pesar de la elevada abstención, el PSF, considerado en estado moribundo luego de las elecciones para el parlamento europeo (2009) ha pasado a ser el partido más votado de Francia y sus candidatos están en primer lugar en 13 regiones

Este éxito consolida la autoridad de la actual dirección encabezada por Martin Aubry, alcalde de la ciudad de Lille y cuya elección a la cabeza del PSF había sido ampliamente contestada porque habría estado maculada de irregularidades. Este éxito la conforta en su posición como jefe de la oposición, del PS y como eventual candidata a la presidencia de la República en 2012. Sin embargo Martine Aubry y otros dirigentes socialistas se han mostrado cautos, sabedores que una victoria en elecciones municipales o regionales no garantiza  per se el triunfo en el plano nacional. Para muestra: antes de la presidencial de 2007, el PSF había ganado tres elecciones locales que no se transformaron en una victoria en la presidencial.

Aunque el liderazgo del PSF en la oposición aparece ahora más nítido, el conglomerado Verde/Ecologistas no lo pone en cuestión como tampoco la dirección del PCF, que ante todo busca salvar a sus concejales y mantener su clientela en departamentos y comunas.El PCF ha aceptado seguir mansamente la orientación política decidida por el PSF. La misma noche del 14 su máxima dirigente, Marie George Buffet, fue bien clara al respecto « ¿Cómo podemos exigir cambiar de orientación o de programa al PS con un porcentaje de 5% ? ». La dirección del PCF ha optado por una política de «acompañamiento », sin exigir demasiado y espera que su unión junto al PS le pueda ayudar a hacer salir de esta fase agónica terminal que ya se prolonga por varios años.

A diferencia de la dirección del PC, el Partido de izquierda de JL Melenchon, es más reacio a darle un cheque en blanco al PS y el senador ha recordado el fracaso de la experiencia de la « izquierda plural » bajo el primer ministro Lionel Jospin entre 1997 y 2002. Los disidentes socialistas son menos proclives a aceptar el liderazgo del PS, que tanto el PC y los Verdes/ecologistas parecen ya haber aceptado.

En el PSF el éxito obtenido por Martine Aubry ha despertado los apetitos de los otros presidenciables, entre ellos, la singular Segolene Royal (ampliamente victoriosa en su región), de su ex marido, François Hollande y por supuesto, de Strauss-Kahn, que podría ser el candidato de la derecha socialista, pudiendo contar con el apoyo de algunos partidos y personalidades de derecha. La carrera por la presidencial de 2012, aunque lo nieguen los principales implicados, ya ha comenzado en el PS. Queda por cierto, el sector más de izquierda del PS encabezado por Benoit Hamon que se debate en medio de todas las demás corrientes y que manifiesta más cercanía con la actual secretaria del PS, Martine Aubry.

El otro aspecto importante y no resuelto hasta hoy por el PS es el llamado « proyecto de sociedad » o « modelo de desarrollo », en buenas cuentas, el programa de dicho partido. Entre la voluntad de proclamarse « partido reformista », propugnada por algunos, el énfasis puesto por otros en el aspecto « liberal del socialismo » y las tímidas proposiciones del ex jefe del PS François Hollande tendientes a no proponer « aventuras », se perfila como dijimos Benoit Hamon, con un discurso un poco más radical. Discurso radical, lo que no quiere decir por cierto que hay que tomarlo al pie de la letra. 

La izquierda extraparlamentaria, un bajo resultado
Como lo reconoció el propio Olivier Besancenot, el resultado para el NPA fue malo. Besancenot, una de las personalidades que goza con más simpatía e incluso audiencia más allá de la izquierda extraparlamentaria, ha reconocido que estas elecciones, así como en las europeas de 2009, no les habían sido favorables. El poco más del 4%de los sufragios recogidos por su partido y por el grupo troskysta Lucha Obrera es decepcionante, dijo. « Reivindicamos nuestra independencia frente a los partidos institucionales y esta noche pagamos el precio por ello ». El NPA debió hacer frente en su interior a una corriente contestataria encabezada por Cristián Piquet, que finalmente abandonó el NPA, fundiéndose en la coalición Frente de Izquierda junto al PC y a los socialistas disidentes del senador Jean Luc Melenchon. Con 4,5 % de los sufragios emitidos el NPA, está muy por debajo del 10% alcanzado hace algunos años junto a Lucha Obrera y otros partidos de  izquierda extraparlamentaria.

El NPA se negó a participar en el Frente de Izquierda por cuanto consideró que la cuestión de la sumisión a la estrategia electoral del PSF por parte del PCF y los otros era evidente y que no estaba dispuesto a servir de « rueda de salvataje a desgraciadas experiencias de unión », en las que el PSF siempre llevaba el pandero y aplicaba un programa que no se diferenciaba demasiado de la derecha, excepto en cuestiones «societales ». Recordó varias veces que el gobierno de la llamada « izquierda plural » encabezado por Jospin había privatizado más empresas que los precedentes gobiernos de derecha.

Con todo, toda estrategia presidencial triunfante por parte del PSF en 2012, pasa por resolver el problema de la espina NPA incrustada en algunas regiones (+ de 6% en Alta Normandía y en las Ardenas) y entre los sectores estudiantiles. Se estima que el NPA tendría que aumentar su audiencia y volver a niveles superiores de audiencia de aquí a 2012.

El centro, una travesía por el desierto
François Bayrou, cuyo movimiento centrista Modem, había obtenido 18 % en 2007, inició un descenso electoral sostenido y sufrió escisiones, (el Nuevo Centro, que aceptó   responsabilidades ministeriales) alcanzando el domingo 14 de marzo sólo 4,3%. Su líder François Bayrou se encuetra aislado y el partido profundamente dividido. Heredero de tendencias cristianas, el Modem quiso distanciarse tanto de Sarkozy como de la oposición de izquierda, perdiendo a su electorado en el intento.

La extrema derecha
Si hay un tema que genera consenso desde la izquierda parlamentaria hasta la extrema derecha, es la obsesión por la supuesta « islamización » de Francia, que en realidad no es otra cosa que islamofobia. Es la muletilla que une a todas las fuerzas de extrema derecha en Europa. La noche de la primera vuelta, el líder del FN, Jean Marie Le Pen, hizo un autocomplaciente discurso enarbolando un afiche en el que llamaba a luchar contra la islamización de Francia. Celebró alborozado su buen resultado en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, donde obtuvo el 23% de los sufragios emitidos, que obligará a una triangular entre Le Pen, el PS y la derecha gubernamental. Igual cosa en otras 11 regiones donde el FN supera la barra del 10% de los sufragios emitidos y puede mantenerse para la segunda vuelta provocando triangulares en detrimento de los partidos gubernamentales, aun si el FN no tiene posibilidad de ganar en ninguna región.

Por ello la derecha por boca de sus dirigentes ha endurecido su discurso y durante esta semana ha hechos llamados al electorado del FN para impedir la victoria del PS. El presidente de la República y el primer ministro François Fillon han  aprovechado luctuosos hechos policiales  para atizar la fibra de la bestia que cada honesto ciudadano lleva dentro, echando leña al fuego del conocido tema de la inseguridad y propugnando el endurecimiento de la legislación represiva.

Como se sabe, la estrategia de Sarkozy en 2007 fue tomar y utilizar el arsenal de argumentos del FN para ganar electores que tradicionalmente votaban por dicho partido. Ello le trajo agua a su molino y redujo el electorado del FN, que había llegado en la primera vuelta de la presidencial de 2002 al 19%. En las elecciones posteriores de 2007 y 2009 la mitad de los electores abandonaron el FN y el partido de Le Pen estuvo por debajo del 10%. Pero el domingo14 recién pasado, uno de los ganadores relativos de las regionales es el FN de Le Pen, aun si su porcentaje de votos no aumenta excesivamente. La hija de líder del FN, Marine Le Pen, obtuvo por su parte más del 18 % en la región del Norte, bastión obrero tradicional y también se mantendrá en la triangular PS-derecha-extrema derecha en esa región.

La política llevada a cabo por el gobierno de Sarkozy buscó adular al electorado más cavernario y la creación del contestado ministerio de la inmigración amén de la campaña lanzada por el ministro Eric Besson, tránsfuga del PS, en torno a la espinosa cuestión de la « identidad nacional » iba en ese sentido. Pero algunas voces en el propio gobierno se alzaron para protestar por dicha campaña que fomentaba los instintos xenófobos de algunos sectores. Todo ellos se inscribía en la óptica de « cortarle el pasto bajo el pie al FN », apropiándose de sus argumentos xenófobos. Dicha maniobra ha funcionado a medias.

Todo parece indicar que la situación no se revertirá el domingo próximo con ocasión de la segunda vuelta y la derecha y el presidente Sarkozy sufrirán una ruda derrota. El PS y sus aliados podrán así conservar o ganar algunas regiones. Pero la experiencia demuestra que la victoria en una o varias elecciones -local o regional- no implica obligatoriamente una victoria en la presidencial..

Paco Peña, Paris, 18 de marzo de 2010

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