Gato por liebre: una vieja estrategia PATRONAL y de los que claudican
por Saúl Vargas J. (Chile)
15 años atrás 5 min lectura
Muchos dirán que los pueblos tienen los gobiernos (y dirigentes) que se merecen, apuntando al pueblo como único culpable y responsable de su situación y minimizando la capacidad reflexiva.
Otros se justificarán con que se trata de elegir el mal menor, como si no fueran suficiente mal las miserias que viven millones de trabajadores y sus familias, miserias producto de sobrevivir con salarios inferiores a doscientos cincuenta mil pesos o en la cesantía o en trabajos precarios por cuenta propia. Miserias de una vida empobrecida por el escaso tiempo libre y peor aun, tiempo libre administrado por el mismo poder que administra el tiempo que se vende. Miserias de trabajadores que padecieron el empobrecimiento de la vida en dictadura, luego los últimos veinte años y ahora hasta quien sabe cuándo.
Pero también existen otros sinvergüenzas que sin siquiera disimular su concubinato con la Concertación nos quieren para ocultar su fracaso, su dependencia del estado, su renuncia a cambiar el mundo y por segunda y tercera vez nos quieren pasar gato por liebre. Para ganar votos de izquierda y de los trabajadores para la bolsa de Frei, suscriben “doce compromisos por la democratización y el avance social de chile”, pensando que los trabajadores no tenemos memoria y que olvidamos que ya para salvar a Bachelet hace cuatro años suscribieron “cinco compromisos” que obviamente se olvidaron luego de la elección.
De los “doce compromisos” que ahora sacan de la manga, el quinto se refiere al mundo de los trabajadores y se denomina “Por la ampliación de los derechos de los trabajadores”. En él, prometen respaldar y empujar una agenda “de reforma laboral como la propuesta por la Central Unitaria de Trabajadores”, como si la Central realmente hubiere defendido a los trabajadores estos veinte años de “transición”. En concreto, las promesas son una serie de declaraciones demagógicas que no tienen asidero con la realidad.
Desde la vereda de los trabajadores, que no queremos más espejos sino que una vida digna y libre, no queda más rechazar esta burla.
La sola utilización de conceptos tales como “relaciones laborales más equilibradas”, “garantías más claras” o “generar regulaciones que se hagan cargo de las nuevas realidades laborales” demuestra la falta total de voluntad de un cambio radical de las relaciones entre capital y trabajo. Más bien, dejan en claro el interés de perpetuar la subordinación del segundo a favor del primero. Los trabajadores que nos organizamos en forma autónoma e independiente tenemos claro que esa no es nuestra ruta.
Apelando a la mala memoria, nos prometen una agenda supuestamente cumplida por los acuerdos CUT (Martínez)-Lagos del año 2001, cuando se nos dijo que por fin la ley laboral garantizaba libertad sindical y el fin del libre despido. Tratar de vendernos el mismo espejo solo demuestra que ya nos mintieron la primera vez. No nos engañarán dos veces.
Proponen “el cumplimiento efectivo de la Ley de Subcontratación”. A diferencia del señor Cuevas, ex candidato a diputado, nosotros no queremos el cumplimiento efectivo de la Ley de Subcontratación, nosotros queremos su abolición. ¿Por qué querríamos una ley que perpetúa el trabajo precario del sub-contrato, que autoriza el suministro de trabajadores baratos y que garantiza a los capitalistas la atomización de la clase, al permitir subcontratar incluso dentro del mismo giro de cada empresa, que abolió el fuero maternal de las mujeres suministradas?
Los trabajadores no buscamos que solo algunos tengan derechos y que existan trabajadores de primera y de segunda categoría. ¿Acaso los trabajadores subcontratados no merecen la misma dignidad que todos los trabajadores? La subcontratación significa un retroceso de más de un siglo de luchas sociales bajo la bandera de igual paga por igual trabajo. Todo lo demás es demagogia, es traición.
En la lucha por el fin del capitalismo, contra el trabajo asalariado y la enajenación, por ahora necesitamos una sola herramienta: que todos los trabajadores tengan derecho a la negociación colectiva, con sus patrones reales. Que puedan ir libremente a la huelga, que puedan sindicalizarse y negociar colectivamente sin ser despedidos. Todo lo demás será el fruto de nuestra lucha, pues a fin de cuentas, creemos que nuestra liberación solo puede nacer de nosotros mismos y no de regalos, arreglos, la compra de conciencias o coimas de la clase dominante.
Las promesas vertidas en este “compromiso” por supuesto no visualizan esta necesidad de los trabajadores que queremos luchar por nosotros mismos por nuestra liberación. Y no la visualizan porque en realidad los intereses de este pacto son otros, ajenos a la clase. Son pagar por un par de asientos en la cámara. Son mantener la razón de ser una Central burocratizada y funcional a los poderosos, que cada vez agacha más la cabeza ante la CPC y los ministros de hacienda de la Concertación. Para los traidores, este pacto es tratar de mantener su lugar en el dominio burocrático de la mano del capital, antes que éste solito, de la mano de Piñera, no los requiera más.
No nos importa. Los trabajadores no tememos a un cambio de administrador. Sabemos que el capital no nos dará nada que no sean migajas. Para los que queremos una vida libre y digna, las migajas son un insulto.
Solo nuestras luchas colectivas, autónomas, con la conciencia clara y limpia de que queremos liberar al mundo y no reformarlo para que nada cambie nos llevarán al triunfo. En estas elecciones sabemos que gane el que gane, nosotros perderemos, así que no nos tientan con mentiras que no cumplirán.
La herramienta inmediata que necesitamos es algo que no nos darán ellos, los patrones y sus lacayos porque saben el peligro que corren. Saben que reconocer realmente el derecho a la huelga, en toda su amplitud, nos permite comenzar a guapearle al capital. Como no reconocerán este derecho, lucharemos por obtenerlo. Para eso no necesitamos ni uno, ni dos ni doce compromisos de traidores y burócratas. No necesitamos sus compromisos, no los necesitamos a ellos.
Por un trabajo libre, decimos no a los chantajes electorales.
Unidad, resistencia acción contra el capital y sus títeres!
– El autor es presidente de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Santiago Poniente (CONFESIMA)
Fono-Fax: 02-532-4484
confesima@gmail.com
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