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Muerte de Allende

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Llama la atención el nuevo debate suscitado a raíz de la
muerte del Presidente Allende, transcurridos 37 años desde el trágico 11 de
Septiembre de 1973.

Como la vida me ha enseñado que los medios de comunicación
son capaces de levantar cualquier suceso con el objeto de lograr algún objetivo
encubierto, abrigo la sospecha que la publicitada reposición  de este hecho tenga el propósito de concluir
con la confirmación del suicidio, para demostrar así la total inocencia de los
militares.

Mi opinión al respecto es la siguiente:

1.- Es indiscutible que las fuerzas armadas se alzaron
contra el orden constitucional, defendido por el presidente hasta las últimas
consecuencias junto al puñado de compañeros que intentaron repeler el asalto a La Moneda.

2.- Es indiscutible que las fuerzas armadas hicieron uso de
todos los recursos bélicos disponibles para atacar La Moneda y acabar con sus
defensores. Emplearon varios destacamentos militares provistos de vehículos
blindados y tanques que acribillaron 
el  edificio con proyectiles de
grueso calibre y gases lacrimógenos, culminando esta acción con el lanzamiento
de los rockets que destruyeron gran parte 
del palacio presidencial dejándolo envuelto en llamas. 

3.- En consecuencia, el propósito de asesinar al presidente
es indiscutible. No se ahorró ningún recurso para alcanzar este objetivo. No es
fundamental para mi, determinar si el presidente murió víctima de una  bala propia o ajena. 

4.- Es indiscutible que -cuando empeoró el cuadro político-
el presidente afirmó reiteradamente que no lo sacarían vivo del  palacio presidencial. Conociendo su
resolución y su consecuencia, está claro que jamás aceptaría huir al extranjero
o rendirse quedando a merced de vejaciones o torturas. 

5.-.  Quienes
estuvimos confinados en la
Isla Dawson con los doctores Patricio Guijón y Arturo Jirón,
testigos fundamentales de la muerte del Presidente, podemos asegurar que  ambos han sostenido desde un comienzo que
ningún militar había ingresado al segundo piso de La Moneda, hasta el momento en
el cual el Presidente les ordenó a todos quienes lo acompañaban que cesaran la
lucha y formaran una fila abandonando ordenadamente el palacio a fin de evitar
una masacre.

Guijón  regresó en
busca de la máscara de gases, y en ese momento asegura haber escuchado un
disparo en la proximidad, viendo de inmediato al presidente muerto, que yacía
sentado en un sillón del salón Independencia, víctima de un suicidio originado
por el uso de su arma.

También Jirón confirmó 
esta misma versión.

Conozco a Jirón desde nuestros años escolares en el
Instituto Nacional y me consta que sería incapaz de mentir respecto a un
hecho  tan trascendental en nuestra
historia. Jirón invitó a Guijón a colaborar como médico en La Moneda. Lo conocía
personalmente  y asegura que tampoco
Guijón podría haber manifestado algo contrario a la verdad. 

6.- El suicidio de Allende no disminuye en  nada su estatura como líder del proceso
revolucionario del Siglo XX que ha dejado huellas más profundas en la historia
de la humanidad. Los oprimidos de los cuatro rincones del planeta vieron en su
gobierno el modelo de alcanzar un mundo mas justo conservando las conquistas
democráticas, defendiendo el derecho a usufructuar de los beneficios originados
por la explotación de sus recursos naturales, acabando con la discriminación de
género o de las minorías étnicas, abriendo las puertas de la universidad para
todos, desatando la creatividad ilimitada de artistas e intelectuales.

No es sólo por el gesto heroico de entregar su vida que cada
día aumenta el número de plazas, calles y monumentos en todo el mundo que se
enorgullecen de llevar su nombre. Nada de eso cambiará sea cual sea el
resultado de las investigaciones judiciales en busca de determinar la forma en
que murió el presidente, como tampoco cambiará la resolución de los golpistas
de ultimarlo a cualquier precio. 

7.- Allende representa hoy, como lo puso de manifiesto en
los excepcionales mil días de su mandato, la esperanza de encontrar una fórmula
que asegure el bienestar de las mayorías, poniendo fin al dominio del gran
capital, a la explotación desenfrenada de los recursos naturales, a la
preservación del medio ambiente.

Su  ausencia está  cada día mas presente. 

7 de Febrero de 2011.

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