Economía superficial y economía profunda
por Leonardo Boff (Brasil)
16 años atrás 3 min lectura
¿Hay una economía profunda? Aunque no sea la economía dominante, creo que existe, y que debe existir. En los inicios de los años 70 del siglo pasado, el filósofo noruego, recientemente fallecido, Arne Naess, introdujo una distinción, hoy ampliamente aceptada en los medios ambientalistas, entre ecología superficial y ecología profunda.
La superficial sería aquella que separa al ser humano de la naturaleza y lo coloca fuera, y por encima de la misma, presuponiendo que las cosas sólo tienen sentido cuando le son útiles a él. La profunda ve el entrelazamiento ser humano-naturaleza, afirma el valor intrínseco de cada ser, y se da cuenta de que todo está inmerso en un tejido de relaciones, que forma la comunidad de la vida. Hay un Todo orgánico y lleno de propósito, y el ser humano es capaz de identificar el hilo conductor que liga y religa a todo, y lo llama Fuente Originaria de todo el ser, base de valores infinitos (veneración, amor, justicia) que llenan de sentido a la vida humana. La economía profunda ayuda a la superficial a autolimitarse y a no ser destructiva.
Apliquemos estas reflexiones al campo de la economía. La economía superficial sería aquella que se centra solamente en ella misma, en los capitales, los mercados, las inversiones, el lucro, en una palabra: en el PIB, sin preocuparse por la dilapidación de la naturaleza, ni la ruptura de la autorregulación de la Tierra, ni la creciente distancia entre ricos y pobres. Eso serían externalidades, factores que no entran en el cálculo económico.
Su lógica es la de un sistema cerrado, como si la economía fuese todo en la sociedad. Efectivamente, como fue ampliamente denunciado por la Escuela de Frankfurt, especialmente por Polaniy, en el capitalismo avanzado le economía ha absorbido todas las instancias sociales (política, ética, estética, ciencia…), transformándolo todo en mercancía, en oportunidad de lucro. Se ha establecido como el eje articulador de todo lo social. Y eso ha tenido como consecuencia el exceso malsano de la voluntad de enriquecimiento a toda costa, y nos ha conducido al caos socio-económico actual. Es la locura de la racionalidad económica superficial.
¿Qué sería la economía profunda? Sería la vuelta al sentido originario de la economía como «técnica y arte de atender a las necesidades de la casa» -hoy, de la Casa Común, la Tierra viva, respetando sus ciclos y su capacidad de aguante-. Se inscribiría en todo lo que constituye una sociedad. En ella habría una base que, en última instancia, aseguraría la vida material: la economía. Habría una forma de organización, de distribución del poder, y leyes que permitieran a todos vivir juntos sin demasiados conflictos. Habría un conjunto de valores morales, éticos e ideales que darían sentido a la vida social y que humanizarían las relaciones siempre tensas entre las diferencias. Y, por fin, habría un horizonte de sentido mayor, que vincularía la historia a una instancia más alta y diseñaría el cuadro final del universo: la espiritualidad.
Así, idealmente, tendríamos una sociedad que podríamos considerar verdaderamente humana, porque tendría una visión integradora de la complejidad humana.
Aquí emergería la economía profunda, aquella que sabe su lugar en el conjunto de la estructuración social, y que respondería a la cuestión: ¿cómo producir lo suficiente, de modo decente, conservando el capital natural y en armonía con toda la comunidad de la vida?
El economista profundo, ante la crisis actual, pensaría: ¿cómo podemos resolver los problemas de la humanidad?, y no: ¿cómo salvar el sistema económico que está en crisis?
El cambio de pregunta implica un cambio de respuesta. Y ésta solamente vendrá si hubiese una quiebra del paradigma antiguo -la dictadura de la economía- y volviéramos a poner la economía en su debido lugar, en el conjunto de la sociedad. Ese sería un nuevo paradigma, sostenible a largo plazo. Entonces, la economía sería parte de la política, que sería parte de la ética, que a su vez sería pare de la espiritualidad. La economía superficial sería incorporada dentro de la profunda. Y el futuro sería diferente.
2009-03-20
* Fuente: Koinonia
Artículos Relacionados
Mis niños de Chile en huelga de hambre
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
14 años atrás 1 min lectura
Cambio21 intenta hacer creer que se avanzó con Bachelet hacia un país más progresista
por Juan Carlos Cuevas Jimenez (Desde el exilio)
6 años atrás 4 min lectura
Brutalidad imperial de dentro y fuera
por Hermes H. Benítez (Edmonton, Canadá).
18 años atrás 6 min lectura
Denuncian que Israel usa drogas en alimentos como arma de exterminio en Gaza
por TeleSurTV
5 horas atrás
28 de junio de 2025 Este hallazgo expone una táctica de manipulación humanitaria utilizada en medio de la grave crisis alimentaria y los constantes bombardeos que afectan al enclave….
Es hora de desenmascarar a los escuadrones de detención y deportación del Gobierno de Trump
por Amy Goodman y Denis Moynihan (EE.UU.)
6 horas atrás
28 de junio de 2025
Mexicano, padre de un veterano del Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos, es detenido por agentes, vestidos de civil, conn sus rostros cubiertos y con chalecos antibalas y cascos de uso militar. Algunos de los chalecos tenían en la espalda la inscripción “Policía-Patrulla Fronteriza de EE.UU.”, pero una persona que es abordada por estos escuadrones no ve ningún nombre, insignia o marca identificatoria en el frente.
Denuncian que Israel usa drogas en alimentos como arma de exterminio en Gaza
por TeleSurTV
5 horas atrás
28 de junio de 2025 Este hallazgo expone una táctica de manipulación humanitaria utilizada en medio de la grave crisis alimentaria y los constantes bombardeos que afectan al enclave….
Medios hegemónicos: el arte de invisibilizar el genocidio
por Aram Aharonian (Uruguay)
17 horas atrás
28 de junio de 2025
Palestina ha desaparecido de los noticieros de la televisión y de las portadas de los diarios, en un intento por hacer olvidar, desaparecer y negar las masacres ordenadas por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. En fin, ocultar el genocidio de más de 60 mil palestinos.