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Palestina: La paz no puede asentarse sobre la injusticia.

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           "Siempre he pensado que las palabras más sencillas
          deben ser más que suficientes.
          Con decir lo que está pasando
          a cualquiera se le tendría que romper el corazón."
 
                                          Bertolt Brecht.

Amigas, amigos,
Finalizamos el año 2008 estremecidos por los bombardeos de la aviación israelí contra el asediado pueblo palestino en Gaza. Fue el dia 27, con una crónica de urgencia, y no sobre América Latina, porque como explicábamos " somos parte de la Humanidad y ninguna injusticia flagrante contra cualquier pueblo nos es ajena."   Y describimos y analizamos entonces el comienzo de un ataque en Gaza que dias despues se convertía en una matanza. Asistimos al uso sistemático de la fuerza por uno de los ejércitos más poderosos y mejor armados del mundo contra una población indefensa. Se violan todas las convenciones del derecho internacional.  Y una vez más escuchamos la retórica de gobiernos que "lamentan" las muertes. Pero nadie detiene la maquinaria asesina.
 
Casi todos, menos las víctimas, olvidan las causas de esta crisis interminable, que cada tanto rebrota en una nueva masacre:  la injusticia.   Es conveniente que repasemos los orígenes del moderno estado judío en 1948 y que además, comparemos sobre los mapas la expansión territorial.  Y más recientemente los asentamientos de colonos dentro del territorio palestino ocupado. Y el infame muro "de protección", que no sigue la frontera sino que en muchos casos se adentra en Palestina y se "come" otra porción de territorio.
 
Más Historia: a pesar de los acuerdos originales, el Estado Palestino sigue pendiente. Su creación ha sido frenada, boicoteada, olvidada. Claro que ambos pueblos deberán convivir.  ¿ Pero, sobre que bases ?  ¿ Las del sometimiento de uno de ellos ?  No, ambos, como todo ser humano tiene derecho a la vida, a escoger su lugar en el mundo.
 
¿ Que solución pueden aportar las Naciones Unidas, si cuando se consigue consenso para aprobar una resolución aparece el representante de Estados Unidos ( uno de los cinco países que se adjudicaron ese poder especial )  y veta o sea anula sus efectos. ?  Así ha ocurrido en los últimos lustros con todas las resoluciones que condenaban las acciones expansionistas o terroristas del estado de Israel, todas ellas, eso sí, definidas siempre por los gobiernos de Israel como  "defensivas".
 
Es de lamentar la incertidumbre de la población israelí en la zona de frontera de ser alcanzados por algunos de los erráticos cohetes de los grupos más radicales en Palestina.  Pero no se puede analizar estas circunstancias sin tener en cuenta lo que sucede desde hace tantos años "en el otro lado".  Y tampoco olvidar que esas tierras
donde hoy se asientan poblados israelíes, son las tierras donde nacieron y vivieron muchos de los hoy refugiados en Gaza, con sus hijos y sus nietos.
 
Ninguna razón puede justificar que un  millón y medio de personas estén cercadas en su propio territorio y que desde hace años la llegada de alimentos, medicinas, combustible dependa del ocupante que controla sus fronteras, e incluso la circulación de un punto a otro dentro del propio territorio palestino mediante centenares de "chek points".  Gaza es un campo de concentración de 40 kms por 14.  Una de las regiones con mayor densidad de población en el mundo. Allí se hacinan un millón y medio de palestinos que ya no tienen donde ir. Y a los que ahora se les bombardea cada dia.
 
Es imposible resumir la historia. Pero es importante conocerla. Al menos en sus aspectos fundamentales. Porque la acumulación de violentas injusticias es la siembra de odios que impedirá siempre alcanzar la paz.  Y son los que hoy controlan el mundo a través de su poder político, económico y militar, los que tienen la forma de frenar realmente todas las agresiones, y facilitar una salida justa. Todo lo demás son cuentos. Si están dejando que la masacre siga, es porque de una manera perversa, conviene a sus intereses. Como le conviene a la cúpula dirigente israelí y a los partidos de ultraderecha con vistas a las elecciones de febrero. Esta es su verdadera "campaña electoral".
 
¿ Que mejor cantera o fábrica de terrorismo que acosar, agredir, humillar y asesinar a un pueblo ?  Lo mismo que en Irak y en Afganistán. Los pretextos para invadir y ocupar se esfumaron;  eran eso, pretextos, pero la crueldad y la sangría persiste. ¿ Qué sentimientos suponen que albergan esos pueblos machacados, esos niños que sobreviven en medio de una represión constante, el riesgo de las bombas, familiares asesinados y las estructuras sanitarias y educacionales reducidas a escombros ?
¿ Serán también "terroristas" cuando reaccionen contra los ocupantes ?
 
Un oficial israelí declara: "vamos ocupando vivienda por vivienda. Si sospechamos que en alguna de ellas hay milicianos de Hamás, se lanza un misil desde el aire o se hacen disparos desde un tanque. Y luego viene la maquinaria pesada del ejército y derriba lo que queda. Ese es el procedimiento".
 
Más de 700 muertos palestinos.  Más de 300 de ellos mujeres y niños. Más de 3000 heridos, muchos de ellos "condenados" a morir por falta de medios para su asistencia. Escuelas- refugios protegidas por las Naciones Unidas bombardeadas con decenas de muertos. Muchos mueren por falta de atención médica, porque las ambulancias no pueden llegar ( también son ametralladas o bombardeadas ) , o porque en el mejor de los casos, si llegan a algún hospital, ya no se dispone siquiera de las medicinas y recursos más elementales.
 
Entre los invasores, seis muertos. Tres de ellos alcanzados por error por los disparos de un tanque israelí.  ¿ Pero que clase de "guerra" es ésta ?
 
Después, como ocurrió en el Líbano, se encontrarán los restos de las terribles bombas racimo, que seguirán matando durante meses y mutilando a los pobladores palestinos aún cuando se haya acordado otra frágil tregua o alto el fuego.
 
Sorprende que alguien pueda ser indiferente, o pueda "olvidarse" de lo que está sucediendo. Y no lo circunscribo a Gaza que es la herida más sangrante que hoy tiene el planeta. Me refiero a todas las flagrantes injusticias que ocurren porque quienes pueden evitarlas, no solo las toleran, sino que las crean y las impulsan.
 
Sé que con todo derecho habrá quienes piensen y sientan de otra manera. Pero no hablamos de fútbol o de política.  Hablamos de la condición humana, de la supervivencia de la especie a través del respeto, la convivencia y la solidaridad.  Algo en lo que estoy convencido, cree una absoluta mayoría de los seres humanos.
Hablamos del mundo que le dejaremos a nuestros hijos, a nuestros nietos. Por eso es que más allá de nuestro origen, raza o creencia no podemos callarnos, ni tolerar, ni "comprender", ni "dejar hacer", ni distraernos.
 
De los miles de textos con fundamento que están circulando, hoy compartimos estos tres. El primero, firmado por el periodista Robert Fisk del diario británico "The Independent"  ( "Nos preguntaremos porqué odian tanto a Occidente" );   el segundo, la carta abierta de la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Luisa Morantini; ( "¿ Que le pasó a nuestra Humanidad ? "   y por último, una breve reflexión del periodista argentino Alberto Szpunberg.
 
Son nuestros aportes para la reflexión y el debate. Para que la voluntad de las conciencias y de la razón consigan detener la masacre y abrir paso a la justicia.
 
Un cordial abrazo
Carlos
Redacción de SERPAL
Servicio de Prensa Alternatival


1.- Nos preguntaremos por qué odian tanto a Occidente      

por Robert Fisk *

Una vez más, Israel ha abierto las puertas del infierno para los palestinos. Cuarenta refugiados civiles muertos en una escuela de Naciones Unidas, otros tres en otro plantel de este tipo. No está mal para una noche más de trabajo en Gaza a cargo del ejército israelí, que cree en la “pureza de las armas”.

¿Debería sorprendernos?
Ya se nos olvidaron los 17 mil 500 muertos –casi todos civiles, la mayoría mujeres y niños– durante la invasión de Israel a Líbano, en 1982; los mil 700 palestinos muertos durante la matanza de Sabra y Chatila; la masacre de Qanaen en que murieron 106 civiles libaneses refugiados, más de la mitad de ellos niños, en una base de la ONU; la matanza de los refugiados de Marwahin, a quienes Israel ordenó salir de sus casas en 2006 para luego ser asesinados por helicópteros israelíes; los mil muertos en el mismo bombardeo del mismo año y en la invasión a Líbano, y lo mismo, casi todos civiles.

Lo que es sorprendente de los líderes occidentales, tanto presidentes como primeros ministros y, me temo, directores de medios y periodistas, es que se han tragado la vieja mentira de que Israel se cuida mucho de evitar víctimas civiles. “Israel hace todo el esfuerzo posible para evitar afectar a civiles”, aseguró de nuevo otro embajador israelí horas antes de la matanza en Gaza.

Y cada presidente y primer ministro que ha repetido esta mendacidad como excusa para no exigir un cese del fuego tiene en las manos la sangre de la carnicería de anoche. Si George W. Bush hubiera tenido el valor de exigir un cese del fuego hace 48 horas, todos esos ancianos, mujeres y niños, esos 40 civiles, estarían vivos.

Lo que ocurrió no sólo es una vergüenza: fue una desgracia. ¿Sería exagerado llamarlo crimen de guerra? Porque así es como llamaríamos esta atrocidad si Hamas la hubiera cometido. Por lo tanto, me temo, estamos ante un crimen de guerra.

Después de cubrir tantos asesinatos masivos a manos de ejércitos de Medio Oriente –por soldados sirios, iraquíes, iraníes e israelíes–, supongo que debería yo reaccionar con cinismo. Pero Israel proclama que está combatiendo en la guerra “internacional contra el terror”. Los israelíes aseguran luchar en Gaza por nosotros, por nuestros ideales occidentales, por nuestra seguridad y para salvarnos, de acuerdo con nuestras normas. Y así somos cómplices de las salvajadas que se cometen en Gaza.

Ya he reportado las excusas que en el pasado ha dado el ejército israelí por estos atropellos. Como está claro que serán recalentadas en las próximas horas, aquí les obsequio algunas: los palestinos mataron a sus propios refugiados, los palestinos desenterraron cuerpos de los cementerios y los plantaron en las ruinas. Y a final de cuentas, los palestinos tienen la culpa por haber apoyado a una facción armada, y además porque los palestinos armados deliberadamente utilizan a refugiados inocentes como escudos humanos.

Cuando la derechista Falange libanesa, aliada de Israel, perpetró la matanza de Sabra y Chatila, los soldados israelíes se quedaron ahí, observándolos durante 48 horas, sin hacer nada, y esto fue revelado por una investigación a cargo de una comisión israelí.

Posteriormente, cuando Israel fue acusado de esa matanza, el gobierno de Menachem Begin acusó al mundo de calumniar con sangre a su país. Después que la artillería israelí disparó bombas contra una base de la ONU en Qana, en 1996, los israelíes afirmaron que hombres armados de Hezbollah también se refugiaban en dicha base. Era mentira. Los más de mil muertos en 2006 en una guerra que comenzó cuando Hezbollah capturó a dos soldados israelíes en la frontera simplemente se achacaron a Hezbollah.

Israel aseguró que los cuerpos de niños asesinados en la segunda matanza de Qana fueron tomados de un cementerio. Ésa fue otra mentira.

Nunca hubo excusas para la masacre en Marwahin. Se ordenó a los pobladores de la aldea que huyeran y ellos obedecieron sólo para ser atacados por barcos artillados israelíes. Los refugiados tomaron a sus niños y los colocaron en torno a los camiones en que viajaban, para que los pilotos israelíes pudieran ver que eran inocentes. Fue entonces cuando los helicópteros israelíes les dispararon a corta distancia. Sobrevivieron sólo dos personas, haciéndose pasar por muertos. Israel ni siquiera ofreció disculpas por este episodio.

Doce años antes, otro helicóptero israelí atacó una ambulancia que llevaba civiles de una aldea a otra –de nuevo obedeciendo órdenes de Israel– y mató a tres niños y dos mujeres. Los israelíes aseguraron que había un combatiente de Hezbollah en la ambulancia. Era mentira. Yo cubrí todas estas atrocidades, investigué, hablé con sobrevivientes. Lo mismo hicieron varios colegas. Nuestro destino, desde luego, fue enfrentar la más vil de las calumnias: se nos acusó de antisemitas.

Y escribo lo siguiente sin la menor duda: escucharemos de nuevo estas escandalosas fabricaciones. Nos repetirán la mentira de que Hamas tiene la culpa. Dios sabe que éste es culpable de suficientes cosas sin tener que añadir este crimen. Probablemente nos salgan también con la mentira de “los cuerpos sacados del cementerio”, y seguramente también escucharemos de nuevo la mentira de que “Hamas estaba dentro de la escuela de la ONU”. Y definitivamente, nos dirán de nuevo la mentira del antisemitismo. Y nuestros líderes soplarán y resoplarán y le recordarán al mundo que fue Hamas el que rompió el cese del fuego.

Sólo que no fue así. Israel lo rompió primero, el 4 de noviembre, cuando dio muerte a seis palestinos durante un bombardeo a Gaza, y de nuevo el 17 de noviembre al matar con otro bombardeo a cuatro palestinos más.

Sí, los israelíes merecen seguridad. Veinte israelíes muertos en los alrededores de Gaza en 10 años es, desde luego, una cifra horrible. Pero 600 palestinos muertos en poco más de una semana y miles de muertos desde 1948, a partir de cuando la matanza israelí de Deir Yassin impulsó el éxodo palestino de esa parte de Palestina que se convertiría en Israel, es una escala totalmente distinta.

Esto recuerda, no lo que sería el normal derramamiento de sangre en Medio Oriente, sino una atrocidad del nivel de la guerra de los Balcanes en los años 90.

Desde luego, cuando un árabe se levante y con furia sin freno arroje hacia Occidente su ira incendiaria y ciega, diremos que eso nada tiene que ver con nosotros. “¿Pero por qué nos odian?”, nos preguntaremos. No vayamos a decir que no sabemos la respuesta.
Traducción de Gabriela Fonseca.

* Robert Fisk es un veterano periodista del diario británico "The Independent".


2.- ¿Qué le pasó a nuestra humanidad?

Por Luisa Morantini (Italia)

Frente a la vergonzosa decisión del gobierno israelí de atacar por tierra e invadir de manera indiscriminada la Franja de Gaza, y al silencio cómplice de la comunidad internacional que, una vez más, ha demostrado su inmoralidad política y falta de decencia humana, la Vicepresidenta del Parlamento Europeo, Luisa Morgantini, ha enviado una carta a los políticos italianos, atacándolos por su inercia y falta de beligerancia. Una carta que perfectamente se podría enviar a todos los políticos de las grandes potencias mundiales, quienes en estas horas de horror y desesperación para el pueblo palestino siguen titubeando y proponiendo soluciones que de ninguna manera van a la raíz del problema, manteniendo una actitud de sumisión frente a la rapaz dirigencia israelí y al nuevo veto que los Estados Unidos acaban de imponer en el Consejo de Seguridad de la ONU.

"Ni siquiera una palabra, un pensamiento, una señal de dolor para centenares de personas asesinadas, mujeres, niños, ancianos y militantes de Hamas, esos últimos también personas. Casas derrumbadas, edificios enteros, ministerios, escuelas, farmacias, delegaciones de la Policía. ¿Qué se hizo nuestra humanidad? Dónde están Veltroni y su "I Care" (secretario nacional del Partido Demócrata de Italia, quien hizo suyo el lema Obamiano en las ultimas elecciones en Italia N.d.R.). ¿Cómo se puede callar o defender la política de agresión israelí?

La población de Gaza y de Cisjordania, los palestinos todos, pagan el precio de la incapacidad de la Comunidad Internacional de hacer respetar a Israel la legalidad internacional, obligándolo a dejar su política colonial.

Ciertamente Hamas con el lanzamiento de los cohetes asusta y es una amenaza contra la población civil israelí, acciones ilegales, y hay que condenarlas. Hay que pararlas. Pero, ¡basta ya! con la impunidad de Israel y los chantajes de sus grupos dirigentes. Desde 1967 Israel ocupa militarmente los territorios palestinos, una ocupación brutal y colonial. Robo de tierras, demolición de casas, check point donde los palestinos son maltratados físicamente, despreciados, humillados; centros urbanos (colonias) que surgen sin control llevándose tierra, agua, destruyendo cultivos. Miles de prisionero políticos, a los que se les prohíbe las visitas de sus familiares.

Ustedes, dirigentes políticos, ¿Acaso han visto alguna vez la desesperación de un campesino palestino cuando se agarra del tronco de su arbol de olivo, mientras un buldózer se lo lleva y los soldados le pegan con el fusil para que lo suelte? ¿O una mujer que pare detrás de una roca y el marido que le corta el cordón umbilical con una piedra porque los soldados israelís en el check point no le permiten pasar para ir al hospital? ¿O Um Kamel, sacada de su casa que le costó muchos sacrificios, porque fanáticos judíos que no son sobrevivientes del holocausto llegaron desde Brooklin, pensando que esa tierra, y por lo tanto esa casa, les pertenecían por derecho divino, y entraron con la fuerza, tomándosela, porque en ese barrio árabe de Jerusalén quieren levantar otra colonia hebrea? ¿Acaso han visto a los niños de las aldeas en los alrededores de Tuwani, al sur de Hebrón, que para ir al colegio tienen que caminar más de una hora y media porque en la carretera que va de su aldea a la escuela surge un asentamiento y los colonos agreden y les pegan a los niños? ¿O los pastores de Tuwani que encuentran sus tanques de agua y sus ovejas envenenadas por fanáticos colonos? ¿O la ciudad de Hebrón?

¿Han visto el muro que corta calles y barrios, que expropia a los palestinos de sus tierras, que separa los palestinos de los palestinos, que le da nuevas tierras fértiles y agua a Israel, un muro considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia? ¿Han visto en el paso de Eretz a los enfermos de cáncer devueltos por razones de seguridad? En los últimos 19 meses son 283 las personas muertas por falta de atención médica. Tenían que ser atendidas en el exterior, pero no las dejaron pasar pese a que los médicos israelís del grupo Phisician for Human Rights garantizaran por ellos. ¿Han probado el frío que penetra hasta los huesos en las noches heladas de Gaza porque no hay calefacción, no hay luz o los niños nacidos prematuros en el hospital de Shifa, con sus cuerpecitos que quieren vivir, y son suficientes treinta minutos sin electricidad para que mueran?

¿Han visto el miedo y el terror en los ojos de los niños, sus cuerpos partidos? Sin duda alguna también los niños de Sderot, su miedo, no es diferente, y también los cohetes matan, pero por lo menos ellos tienen dónde refugiarse, dónde ir y por suerte nunca han visto edificios derrumbados, o decenas de cadáveres que los rodean, o aviones que los bombardean. Un sólo muerto es suficiente para decir NO, pero las proporciones también tienen su valor. reducida a fantasma porque en el casco urbano 400 colonos, custodiados por miles de soldados, han desalojados a miles de palestinos, obligándolos a cerrar 870 actividades comerciales?. Desde 2002 hasta la fecha han muerto 20 personas por los cohetes que lanzan los extremistas palestinos. Demasiado, pero en Gaza, en ese mismo lapso de tiempo, miles y miles de casas han sido derrumbadas y más de tres mil personas han sido asesinadas, entre ellas centenares de niños que no lanzaron cohetes.

Después de las manifestaciones en Milán donde fueron quemadas banderas israelíes, ustedes los dirigentes políticos manifestaron indignación, y gritaron su condena. Tienen todo el derecho de hacerlo. Yo no quemo banderas, ni de Israel, ni de otros países y pienso que Israel tiene el derecho de existir como un Estado normal, un Estado por sus ciudadanos, con las fronteras de 1967, mucho más amplias que las de la repartición de Palestina decidida por Naciones Unidas en 1947. Sin embargo, me hubiese gustado oír indignación y humanidad en sus palabras, oírles gritar el dolor por tantos muertos y tanta destrucción, por tanta arrogancia y falta de humanidad, por tanta violación del derecho internacional y humanitario. Me hubiese gustado escucharles decir a los gobernantes israelís: ¡Cesen el fuego! ¡Cesen el asedio a Gaza! ¡Paren ya la construcción de colonias en Cisjordania! ¡Acaben con la ocupación militar! ¡Respeten y apliquen las resoluciones de las Naciones Unidas! Es esta la mejor manera para quitarles espacios a los fundamentalismos y a las amenazas contra Israel.

Ayer lo decían miles de israelíes en Tel Aviv: "Rechazamos ser enemigos. ¡Basta ya de ocupación!"

¡Dios mío, en que mundo terrible vivimos! ( Roma, Italia, 3 de Enero del 2009 ).   Fuente:  Lista Informativa "Nicaragua y más" de Asociación Italia-Nicaragua – Texto y traducción Giorgio Trucchi  –


3.- ¡No a la guerra !  ¡No a la matanza en Gaza !

Por Alberto Szpunberg

Como simple ser humano que siempre sintió como suyas las causas más elementalmente justas; como simple ciudadano argentino sobreviviente de un exterminio de 30.000 desaparecidos; como simple compañero de estas víctimas que pagaron con su vida haber soñado un mundo mejor; como simple judío que, con la memoria fresca de las laceraciones padecidas durante siglos, creyó y aún cree en antiguos legados de universal humanismo; como simple poeta que nunca pudo ni puede disociar la belleza de la verdad; como simple individuo que no olvida la existencia del otro para ser él mismo, NO PUEDO NI QUIERO PERMANECER EN SILENCIO.

Convencido del derecho a la autodeterminación de todos los pueblos, sin ánimo de entrar en laberínticas disquisiciones políticas, evocaría la contundencia del hebreo de los Profetas para que estas palabras se impongan sobre la brutalidad de la masacre en Palestina, pero, simple entre los más simples, desde esta pequeña parcela de intimidad que es mi conciencia, quiero recordar al Gobierno de Israel –si el tronar de sus cañones aún no lo ha ensordecido definitivamente– que, como dice el Talmud, “salvar una vida es salvar un mundo”. De eso se trata: de salvar un mundo, este único y angustiado mundo que habitamos todos, que a todos pertenece y que hoy se llama Gaza.

El autor es periodista, escritor y poeta argentino
8 de enero de 2009.

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