La hegemonía del dólar y el capitalismo estadounidense llegaron a su fin
por Michael R. Krätke (Holanda)
16 años atrás 6 min lectura
"¿Qué queda entonces de la superpotencia EEUU? Su poder estaba construido sobre barro financiero. Con el desplome de la hegemonía del dólar, llegó a su fin; el sistema financiero estadounidense ha quedado desacreditado por años. Esto es el fin del capitalismo estadounidense, del ejemplo que por décadas se nos ensalzó como modelo a seguir. Y no es poco, aunque no sea, ni por mucho, el fin del capitalismo como sistema mundial."
Los bancos norteamericanos ganan tiempo con el plan de rescate. Pero la hegemonía del dólar y el capitalismo estadounidense llegaron a su fin.
Hay tradición. Los bancos y los financieros serán salvados con miles de millones de dineros del contribuyente. "Para bien de todos". Suecia lo hizo. Y Japón. Y Gran Bretaña. Y, de nuevo, los EEUU. Hasta ahora, todos los gobiernos estadounidenses habían intervenido con "rescates" en cualquier crisis financiera. Tras las mayores estatalizaciones de todos los tiempos viene ahora el mayor de los rescates.
El secretario estadounidense del Tesoro, Henry Paulson, exjefe del banco Goldman Sachs, el número 1 de los bancos de inversión, se ha sacado de la chistera la "madre de todos los rescates. De consuno con la Reserva Federal, ha diseñado un paquete para ayudar a los bancos a salir de aprietos. Y eso sólo es posible, si se les quita de las manos la patata caliente de unas hipotecas y de unos derivados hipotecarios desvalorizados que, considerados hasta hace muy poco la joya del arte financiero, andan ahora estigmatizados como "basura tóxica". Puesto que el mercado para tales papeles se ha desplomado, nadie sabe desde hace meses qué valor puedan tener.
Ahora viene el Estado como salvador. Un rescate de prestado, con miles de millones que el gobierno Bush no tiene. El Estado norteamericano todavía tiene crédito, y de ello depende ahora todo el sistema financiero estadounidense, y con él, el internacional. El volumen de los fondos de urgencia queda en principio limitado a 700 mil millones de dólares; más no permite la actual ley presupuestaria, y habría que modificarla para aumentar esos fondos. No bastará. Serán necesarios entre 1 y 2 billones –en el peor de los casos, hasta 5— para enjugar todos los créditos y todos los títulos de derivados tóxicos. Están en circulación préstamos hipotecariamente respaldados por valor, al menos, de 1,1 billones de dólares, y a eso hay que añadir más de 2 billones en forma de hipotecas a propietarias y propietarios de vivienda privados y 1,6 billones en hipotecas a empresas que operan en el mercado. Si las cosas discurren como quieren Paulson y Bush, acabarán teniendo entre manos un fondo estatal billonario más bien parecido a una empresa de propiedad popular como lo fue en su día la "Ramsch und Schund" en la antigua República Democrática de Alemania. Es vana esperanza la suya, creer que podrán vender luego los papelitos adquiridos ahora a los bancos. Al final, el Estado se quedará sólo con las pérdidas, y el contribuyente tendrá que cargar con la deuda pública.
El gobierno saliente presiona para sacar adelante su plan de salvación. Paulson pretende, en efecto, que el Congreso la firme un cheque en blanco. Nunca un secretario del Tesoro tuvo nunca tanto poder en los EEUU. La crisis financiera llama a gritos a un dictador: así ven las cosas los neoconservadores en el gobierno.
Sólo que el Comité bancario del Congreso regatea. Los senadores se agarran a cualquier pretexto, los bolsistas temen la cólera de los electores. Esto es "socialismo financiero y es antiamericano", truenan los republicanos. Los demócratas tienen un contraplan. Quieren ayuda para los propietarios de vivienda, no para los bancos. Quieren una participación del estado en las empresas rescatadas, quieren una clara limitación de los salarios y las remuneraciones de los altos ejecutivos. Es decir, intromisión directa del Estado en la política de las empresas. En Europa, eso sólo lo exige la izquierda.
Nadie podrá negar que el contribuyente norteamericano es el tonto de esta historia: nadie está en condiciones de garantizar que la salvación de los bancos el servirá para algo al propietario o a la propietaria de vivienda. Pues lo precios inmobiliarios siguen cayendo, y se contarán por millones los que verán aumentadas sus deudas al tiempo que cae el valor de mercado de sus casas. Por consiguiente, en cada refinanciación, los bancos exigirán mayores intereses, lo que traerá consigo un incremento drástico de los embargos y las ejecuciones hipotecarias. Puesto que éstas últimas yo no aportan nada, más bancos irán a la bancarrota. No es por casualidad que los dos últimos grandes bancos de inversión, Goldman Sachs y Morgan Stanley, acaben de ser transformados en bancos comerciales normales y corrientes. Caen así bajo la inspección bancaria pública, a trueque de poder acceder a los fondos públicos de urgencia. Los necesitarán. Los bancos extranjero filiales de empresas estadounidenses podrán beneficiarse igualmente de esos dineros públicos. Si se les excluyera de la bendición crematística, la plaza financiera de Londres sería la siguiente en partirse de risa. Por eso la negativa de los restantes miembros del G-7 a aprobar planes de rescate parecidos carece de sentido, y no podrá mantenerse. En cualquier caso, los británicos seguirán tomando medidas de ayuda, y los alemanes ya han socializado las pérdidas de sus bancos (semi)públicos.
El Plan saldrá adelante y ayudará a algunos bancos a ganar tiempo. Pero no resolverá la crisis financiera. El déficit de los EEUU crecerá todavía más. El umbral de máximo endeudamiento ha crecido con las últimas estatalizaciones otros 10,6 billones de dólares: está, pues, ahora en los 11,3 billones. Sin aumentar los impuestos, lo único que pueden hacer los EEUU es emitir y lanzar al mercado más deuda pública. Ya hoy, las importaciones estadounidenses de capital precisan de 4 mil millones diarios. Eso no puede sentarle bien al dólar. Ya se acabó otra vez su efímero vuelo, y volverá a caer.
¿Qué queda entonces de la superpotencia EEUU? Su poder estaba construido sobre barro financiero. Con el desplome de la hegemonía del dólar, llegó a su fin; el sistema financiero estadounidense ha quedado desacreditado por años. Esto es el fin del capitalismo estadounidense, del ejemplo que por décadas se nos ensalzó como modelo a seguir. Y no es poco, aunque no sea, ni por mucho, el fin del capitalismo como sistema mundial.
– Michael Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam e investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad.
28/09/08
Traducción: Amaranta Süss
* Fuente: Sin Permiso
Artículos Relacionados
¿Qué nos dicen las “midterm” sobre el conflicto interno estadounidense?
por Thierry Meyssan (Francia)
6 años atrás 7 min lectura
Capitalismo de Inteligencia Artificial vs nueva formación social poscapitalista
por Wim Dierckxsens, Walter Formento
5 años atrás 24 min lectura
Izquierda Chilena y Bolivia. Un doble discurso
por Esteban Silva Cuadra (Chile)
9 años atrás 5 min lectura
Un libro, para descargar gratis, que desvela los «Secretos del Tratado de Libre Comercio Chile-Unión Europea»
por Chile Mejor Sin TLC
11 meses atrás 2 min lectura
¿Casualidad? ¿Coincidencia? ¿O enemigo en acción?
por Manuel Acuña Asenjo (Chile)
15 años atrás 33 min lectura
¿Es Francisco rehén del establishment vaticano?
por Germán Gorraíz López (España)
6 años atrás 11 min lectura
El capital, «por una ganancia del 100 %, pisoteará todas las leyes humanas»
por piensaChile
7 horas atrás
02 de enero de 2024
El capital experimenta horror por la ausencia de ganancia o por una ganancia muy pequeña, como la naturaleza siente horror por el vacío. Si la ganancia es adecuada, el capital se vuelve audaz. Un 10 % seguro, y se lo podrá emplear dondequiera; 20 %, y se pondrá impulsivo; 50 %, y llegará positivamente a la temeridad; por 100 %, pisoteará todas las leyes humanas; 300 % y no hay crimen que lo haga vacilar, aunque corra el riesgo de que lo ahorquen.»
Lanzamiento del libro: «El día que desaparecieron mis padres»
por Fundación Puente Bulnes (Chile)
1 día atrás
01 de enero de 2025
“Para mí, la desaparición de mis padres, de mi tío y de mi abuelo, está en el presente. No hay ningún día en que no piense en ellos. Y hoy, que mis hijos crecen, que son adolescentes, pienso en cómo habrían estado, cómo habría sido la relación con ellos”
Detectan en Chile a soldado israelí acusado de genocidio en Gaza
por Medios Internacionales y Nacionales
1 día atrás
01 de enero de 2025
La Fundación Hind Rajab, con sede en Bélgica, le pidió a la justicia de Argentina y de Chile la detención inmediata del militar sionista Saar Hirshoren, que se encuentra en la Patagonia, al menos allí se encontraba recientemente, vacacionando.
Marruecos: «Dime con quién andas y te diré quién eres»
por piensaChile
1 día atrás
01 de enero de 2025
Este es el verdadero rostro de la monarquía marroquí estrecha aliada del criminal sionista de Netanyahu.