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«Vivo en un país libre, cuan solamente puede ser libre en esta tierra y en este instante»

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En primer lugar Cuba no es un edén, no es la tierra prometida del socialismo perfecto, ni tan siquiera del mal llamado “socialismo real” que se nos promocionaba desde los países que integraban el ya desaparecido campo socialista.

Cuba, es Cuba, con sus particularidades, realidades, deficiencias, dificultades, proyectos y sueños. Lo mejor que ha tenido la isla en estos cincuenta años, desde mi apreciación personal, es haber contado con un hombre de la dimensión humana y una proyección política y social de la talla de Fidel Castro. Es por eso que dentro de la sociedad cubana, en los sentimientos internos de la psicología social, pocos dicen ser marxistas-leninistas, socialistas o hasta comunistas, la mayoría está orgullosa de ser simplemente, fidelistas.

¿Por qué esa identificación? Pues con Fidel Castro como máximo líder de la Revolución, como Comandante en Jefe, se fue haciendo realidad un proyecto social que ya había previsto desde su histórico alegato La Historia Me Absolverá. ¿Errores? Sí, el propio Fidel los ha reconocido a lo largo de estos años, pues ha sido una revolución construida por hombres y mujeres, seres humanos con sus virtudes, deficiencias y proyectos utópicos.

Ante una crisis globalizada donde se impone el alza de los precios en el petróleo y la escasez e incremento de los precios en lo alimentos, no podemos estar ajenos a esa realidad que en el caso nuestro se agrava por cuatro circunstancias muy particulares: la permanencia de un bloqueo económico, financiero, comercial y cultural impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos que por más de 89 mil millones de dólares ha afectado a la sociedad cubana, la caída del campo socialista con todos los beneficios que nos reportaba, y con ese hecho el nacimiento de una crisis económica que popularmente se ha definido como “período especial”, y las propias deficiencias e inaptitudes para llevar adelante el socialismo cubano .

Sin saturación de cifras, según datos ofrecidos por las comisiones permanentes de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular que sesionó hasta el pasado día 11 en el Palacio de las Convenciones, en la Ciudad de la Habana, la tasa de mortalidad infantil se comporta en 4,9 por cada mil nacidos vivos, mientras que la esperanza de vida está en 77,97, ambos indicadores al nivel de los países más desarrollados del mundo. Como es tradición el presupuesto del país se dedica en un 55 por ciento a la seguridad social, salud, educación, deporte y cultura.

Si al cierre del 2007 la economía cubana creció en un 7,5 por ciento, ahora se proyecta en un 8 por ciento. En lo que va de año se concluyeron 22 558 viviendas, un programa que aunque superior a etapas anteriores marcha lento en relación con las necesidades del país, y la terminación en el presente de 295 obras de la Batalla de Ideas entre las 7 000 ya puestas explotación en estos últimos nueve años.

Una breve muestra de lo que se ha avanzado está entre lo hecho entre 1989, inicio del llamado “período especial” y el 2007. De 34 752 médicos se pasó a 71 489, de 303 habitantes por médico ahora son 158, de los mejores índices en el mundo, una tasa de escolarización que de 98,5, es de 99,4, una tasa de desempleo de 5,5 a 1,8, mientras que la electrificación en el país llega al 96 por ciento.

La Operación Milagro, nacida para recuperar la visión a quienes en América latina y otras partes del mundo la han perdido, hoy se extiende gratuitamente por más de 70 naciones con la participación de 37 000 especialistas y técnicos cubanos, un solo ejemplo de la tradición solidaria y humanista de la Revolución cubana.

Aún con todas las limitaciones en recursos materiales y tecnológicos, y los efectos del bloqueo económico, la economía cubana se proyecta llegar al 2009 con un crecimiento planificado del 7,5 por ciento en el sector agropecuario, del 6,2 en la industria, 6,5 en las construcciones, 8,5 en los servicios, 4,2 en inversiones, el 6,1 en la productividad del trabajo, y la terminación de 50 000 viviendas.

Se mantiene vigente la valoración realizada por Osvaldo Martínez, Presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, quien en su última sesión del 2007, expuso algunos de los factores que contrastan la realidad cubana con la de América Latina.

Entre ellos puntualizó la justa distribución de los ingresos, la mayor calidad en los servicios de educación primaria y secundaria, la mayor cantidad de maestros en relación con su población, elevados, y gratuitos, servicios de salud, el mejor índice de mortalidad infantil en menores de un año y de cinco, bajo nivel de desempleo, atención médica primaria permanente, formación educacional garantizada en todos los niveles de enseñanza, y el único país del área que combina alto desarrollo humano y adecuada sostenibilidad ambiental.

Aún así no hay satisfacción total, porque no hay sociedad perfecta. No vamos a señalar todos los factores que provocan esa situación.

En el reciente discurso de clausura del primer período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el General de Ejército Raúl Castro, Presidente del Consejo de Estado y de Ministros, señaló que aún pese a las adversidades que enfrenta la economía cubana en sus factores internos y externos, las prioridades estarán en la producción de alimentos, la sustitución de importaciones, el ahorro, el incremento de las exportaciones, la consolidación de la defensa y la lucha por preservar la obra de la Revolución..

* Versos de la canción «Pequeña serenato diurna» de Silvio Rodríguez.

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