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Carta de los trabajadores del salmón a Monseñor Goic

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Monseñor Alejandro Goic
Presidente
Conferencia Episcopal
Presente
Estimado Monseñor Goic

Nos dirigimos  a Ud. como trabajadoras y trabajadores de las diversas plantas salmoneras en conflicto existentes en nuestra zona.

Como bien sabe, en un gesto de comprensión y disposición a la negociación, desde el sábado 16 de Febrero no existen ocupaciones nuestras en los centros de cultivos, tampoco de nuestra parte existe un ánimo de confrontación con la parte empresarial, al contrario, hemos dado muestras de que creemos en las buenas intenciones y la negociación de buena fe para lograr nuestras mejoras salariales que son tan urgentes como necesarias para nuestras familias.

Hemos tenido muy presente en nuestra lucha y reivindicaciones las orientaciones y enseñanzas de la Iglesia respecto al salario justo, la solidaridad, el tema de la pobreza y la justa distribución de la riqueza. Muchos de nosotros sabemos lo que fue la prédica y el testimonio de San Alberto Hurtado cuando se refería a que “habrá justicia social cuando sea el bien común y no el interés particular el que regule la administración de los bienes”. Nos parecen estas palabras de plena vigencia y profética coherencia con nuestra esperanza en una vida digna y mejor que todos nos merecemos como hijos de esta tierra.

A la luz de los últimos acontecimientos en que solicitamos a Ud. que nos ayude a encontrar una solución justa a nuestras peticiones salariales, le pedimos que nos acompañe en nuestras legítimas reivindicaciones, tal como ha sido una tradición en la Iglesia Católica chilena desde siempre, especialmente en este último tiempo en que la propia Conferencia Episcopal pide que el país necesita que exista un sueldo ético. A este respecto le pedimos, respetuosamente, que se ponga en nuestro lugar y sienta la pobreza, la miseria y la humillación como propias. Tal como lo hizo Jesús ayer y siempre.

Monseñor Goic, le entregamos esta reflexión en el nombre de nuestras familias. Le reiteramos que no buscamos ni la confrontación ni la violencia. Somos trabajadoras y trabajadores dignos y exigimos ser tratados como personas y no como una mera mercancía.

Queremos vivir en paz y con dignidad, convencidos de que nuestras peticiones salariales no son desproporcionadas sino justas, hemos hecho uso del derecho de petición y hemos estado siempre disponibles para negociar, pero nos hemos encontrado con una cerrazón y falta de voluntad de la contraparte. Por lo tanto mucho le agradecemos que nos ayude a encontrar soluciones a nuestras demandas salariales. Más aun cuando es la propia doctrina social de la Iglesia la que dice: “La remuneración del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presente el puesto de trabajo y la productividad de cada uno.”

Monseñor Goic, esperando encontrarnos y dialogar sobre nuestros problemas, nos despedimos convencidos de que solo la justicia, la igualdad y la dignidad humana son la única garantía de la verdadera paz.

Con nuestros Saludos fraternos!

Benjamín Teneb Alvarado                 Ricardo Casas Mayorga
                      Sindicato Aguas Claras S.A. FETRAINPES

Mirta Ojeda Mancilla                         Carlos Parra Gonzáles
                      Sindicato Chonchi Sindicato Estuario

                               Edison Muñoz Cortes
                                  CUT Llanquihue

CC: A la Conferencia Episcopal.
Central Unitaria de Trabajadores

* Fuente: Reflexión y Liberación

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