El piojo de mar, Caligus, arrasa la industria salmonera de la X Región
por Roberto Farías (Nación Domingo)
17 años atrás 13 min lectura
“Lo único que pueden hacer los animales es utilizar la naturaleza exterior y modificarla por el mero hecho de su presencia en ella. El hombre, en cambio, modifica la naturaleza y la obliga así a servirle, la domina. Y ésta es, en última instancia, la diferencia esencial que existe entre el hombre y los demás animales, diferencia que, una vez más, viene a ser efecto del trabajo.
Sin embargo, no nos dejemos llevar del entusiasmo ante nuestras victorias sobre la naturaleza. Después de cada una de estas victorias, la naturaleza toma su venganza. Bien es verdad que las primeras consecuencias de estas victorias son las previstas por nosotros, pero en segundo y en tercer lugar aparecen unas consecuencias muy distintas, totalmente imprevistas y que, a menudo, anulan las primeras.
Ver articulo
Texto del artículo publicado por La Nación Domingo:
La industria salmonera chilena parecía imparable. Con una benigna legislación ambiental (es el único rubro “grande” que no está obligado a presentar Estudio de Impacto Ambiental, sino solo una declaración jurada de buenas intenciones) con una fuerza laboral barata y aguas diáfanas a 60 mil pesos la concesión, tuvo 20 años de un empuje nunca visto en la Décima Región. Logró imponerse hasta llegar a ser el 4º rubro exportador chileno y la segunda potencia mundial en el ámbito acuícola.
Todo tiene su fecha. Aunque sea para el mármol. El 12 de febrero de este año quizás usted leyó que la autoridad sanitaria de Canadá detectó trazas de dos pesticidas “ememectinca e invermectina” en partidas de salmones chilenos. Nada nuevo. Ambos productos no están prohibidos en sí, pero lo que alertó a la autoridad canadiense esta vez fue la cantidad encontrada, fuera de toda norma.
El delicado mar interior de Chiloé, pertenece a la exclusiva decena de mares interiores del mundo (Caspio, Egeo, Finlandés, Rojo, Arábigo, Aral, Mar del Japón, Mar de Canadá y la ría de Florianópolis). Las mareas lo llenan dos veces al día pero mantienen una fauna muchas veces endémica encerrada en sus canales.
Artículos Relacionados
Mutaciones del capitalismo en la etapa neoliberal (Parte I): Economías centrales
por Claudio Katz (ArgenPress)
10 años atrás 45 min lectura
La rebeldía de mercado antiglobalista de la nueva derecha
por Andrés Kogan Valderrama (Chile)
1 año atrás 4 min lectura
El gran estirón: Rusia-Irán se deshacen del dólar y revientan las sanciones de EE.UU.
por Pepe Escobar (París, Francia)
1 año atrás 10 min lectura
«Ese asunto»: Canción irani por Palestina
por Eugenio Pordomingo (España)
1 día atrás
De un tiempo a esta parte, se nos está impidiendo acceder a noticias que publican otros medios de comunicación. Lo impiden tecnológicamente y, a no tardar, empleando para ello leyes a la media. Y lo hacen al amparo de que obrando así nos preservan –según ellos- de acceder a informaciones interesadas, falsas, tendenciosas y contaminantes de nuestra mente.
La necesaria movilización popular
por Juan Pablo Cárdenas S. (Chile)
1 día atrás
Las negociaciones cupulares que resolvieron la elección de la testera de la Cámara de Diputados demuestran la fragilidad de nuestro sistema político porque corroboran que el principal afán de nuestra clase dirigente es la lucha por asegurarse cargos de la administración pública y estar siempre de cabeza en los procesos electorales.
La «paciencia estratégica» de Irán se eleva a disuasión seria
por Pepe Escobar (Desde Moscú)
4 días atrás
Los ataques de represalia de Irán contra Israel no se llevaron a cabo en solitario. Los socios estratégicos Rusia y China cubren las espaldas de Teherán, y su papel en el conflicto de Asia Occidental no hará sino crecer si EEUU no mantiene a Israel a raya.
A los saharauis: «Para ganar batallas, es importante practicar activamente los valores de la solidaridad, el compromiso, la disciplina y la lucha»
por Luis Portillo Pasqual del Riquelme (España)
5 días atrás
«Creo que el FP debería plantearse estas cuestiones, ocuparse mejor de encuadrar a su gente, enseñarles a trabajar en la clandestinidad, mejorar la organización para no hacer –como hoy- el ridículo ante el enemigo.»