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¿Anular o Negociar? ¡Plesbicito!

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Los que votamos por él nos sentimos interpretados por el discurso de la alternativa
No comparto el voto de la impotencia, sin propuesta, que es la anulación en segunda vuelta por la cual dice Hirsch que opta. Es mucho más responsable y efectivo ocupar el 5% , vital para el triunfo de Bachelet en segunda vuelta y con él presionar por un compromiso de la Concertación de llamar a plebiscito nacional el término o continuidad del sistema binominal y la reintegración del derecho de los chilenos en el exterior a votar. La alternativa de izquierda, siempre ha sido democracia, más democracia para el pueblo.

Hay que ser coherentes. Y Hirsch no lo está siendo con su llamado a anular el voto en segunda vuelta.  Los que votamos por él nos sentimos interpretados por el discurso de la alternativa, de los cambios profundos, de mayor democracia en definitiva, que viene identificando hace tiempo a las más de 430 mil personas que expresaron su opinión en las urmas. Además, ¿qué ?¿ Acaso nos interesa participar en política sólo para consolidar un proyecto de izquierda, así, personalista, propio, o un proyecto de país, de otro Chile posible ? Lamento la posición del dirigente humanista. Me hizo retroceder a 1994 cuando Max Neef, planteó un nuevo movimiento ciudadano, que no quiso liderar.  Con estos líderes vamos a llegar lejos, a las soledades de la Antártica, probablemente.

Perdonen la ironía, pero es que  no puedo olvidar a los más de 800 mil compatriotas en el mundo que no dejan de ser chilenos o chilenas por hallarse en países que ellos no eligieron para vivir. Si algo me ha atraído de la izquierda ha sido su sentido libertario y su sentido de lucha por causas humanas justas. Por eso es necesario y atinado representar con fuerza el anhelo de que ellos tenga derecho a votar por el destino de su país, al que permanecen ligados por múltiples lazos. ¿Podemos con un 5,39 % presionar para obtener un compromiso protocolizado de la candidata Michelle de generar un proyecto de ley que les devuelva la soberanía que la dictadura económica y política les arrancó de cuajo ? Yo creo que sí. Juntos Podemos.

Por otro lado, ya estoy harto de esos lamentos y quejas sobre las injusticias del sistema binominal que permite que terceras mayorías obtengan un escaño, y que obliga a tácticas políticas suicidas, a competitividad insana entre aliados, en fin, pero nadie hace nada concreto.

¿Por qué no usar este magro porcentaje del 5, 39% , pero decisivo en segunda vuelta, para obtener un compromiso de plebiscitar la continuidad o eliminación del  sistema electoral ? El pueblo recibirá con alegría esta propuesta, que apunta a restituirle la totalidad de su  soberanía. Edgardo Condeza, sé que estará de acuerdo, también el movimiento Aquí la Gente. ¿ Se suma alguien más?

Nunca he votado nulo. Mi primera experiencia electoral viene del plebiscito de 1978 cuando planté una firme raya sobre el No a la constitución de Pinochet; luego  todo fue apoyo a mayores libertades, a mayores espacios de soberanía para el pueblo, aun cuando eso implicara votar por políticos que no eran de mi preferencia. Diecisiete años de sangre y opresión no se borran de la noche a la mañana y la experiencia del terror nos mantendrá siempre alertas y cautos.

Sé que mucha gente que votó por Hirsch no le hará caso. Yo creo que la opción es negociar el apoyo a cambio de compromisos formales por mayor democracia. Eso tiene sentido. La impotencia nos encierra en un discurso casi fundamentalista.

¿ Qué micro tomás, Tomás ?

¿ Qué micro tomás, Tomás ? Parece que al perder volviste a tu auto, a tu oficina y te olvidaste de las necesidades de la gente a pie, a quien representaste momentáneamente y lo hiciste bien, te felicito por ello. Avanzamos en la identidad. Es un logro, al que hay que tener cuidado de no malograr.

Quiero ahora, por contraste,  llamar la atención sobre cómo la derecha, en menos de una hora, después de despellejarse en toda la campaña, se pone de acuerdo – a regañadientes, por supuesto – y se ponen todos detrás de Piñera, incluido el tozudo Lavín – que es decir detrás de quien defiende sus intereses . En cambio, nuestra izquierda confusa, confiada y desconfiada, autoritaria y no autoritaria, no es capaz en años de ser generosa y ponerse al servicio de los intereses del pueblo y sucumbe a la discordia, a las maniobritas por la ganancia pequeña en la federación estudiantil, el sindicato; se rinde  a la “eficacia “ de los discursos encendidos, a las descalificaciones entre sí, al prurito de la hegemonía. O como les pasa a muchos jóvenes luchadores, se desconciertan ante el panorama y caen en la frustración, el desánimo. De este modo, se comprende que no se haya despegado y veamos eternizarse el   4% a 5 % por ciento, cero diputados, cero senadores y dos alcaldes huachos , por ahí. Algo habrá que hacer ¿ no?

Hay estancamiento. Es innegable. Y es por falta de política, de sensatez e inteligencia en lo que se dice y hace. El Foro Social Chileno nos reveló que hay más de 7 mil colectivos activos en el territorio, con interés por un proyecto distinto. Siento que ya encontramos la identidad, imperfecta, pero ya está algo delineada, faltan los acentos regionalistas, desprenderse del autoritarismo y los fundamentalismos. Ahora falta construir el camino de la unidad, para el cual no hay atajos ni fórmulas sencillas. Sólo trabajo y acción, lucha. Siempre fue así para nuestros padres y abuelos porqué habría de ser distinto para nosotros.
Es mucho más responsable ocupar el 5% , vital para el triunfo de Bachelet en segunda vuelta y con él presionar por un compromiso de la Concertación

Lo que hay que evitar que siga ocurriendo es lo que ocurre ahora: que la izquierda todavía siga siendo el principal obstáculo para la unidad de la izquierda.

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