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Luksic busca tribunal a su pinta: recibe ofertas

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El dinero, lo mismo que el poder, enceguece y lleva a creer que un acusado puede elegir el tribunal que lo juzgue y a conseguir abogados que le lleven el amén

Escuchar y ver a mi ex compañero de colegio viñamarino Edmundo Eluchans Urenda, en su condición (me habría gustado usar la palabra calidad) de abogado de Andrónico Luksic, me ha suscitado ciertas reflexiones.
Debo señalar que Edmundo ha sido varias veces miembro del Consejo del Colegio de Abogados de Chile, entidad que se supone aboga por los inmaculados principios y valores de la ética del abogado. Dicho esto, me llama poderosamente la atención que este defensor declare que aconsejó a su cliente no presentarse ante el tribunal peruano que lo investiga por fraudes y coimas, teniendo entre otras pruebas un video cuya legitimidad como tal nadie ha discutido. Entiendo que ir a negar lo evidente nunca ha sido fácil.

Nunca había visto que públicamente un abogado haga que un cliente actúe con desacato y rebeldía hacia una resolución de un tribunal. Se supone que todo abogado es un auxiliar de la justicia, no un saboteador o descalificador de los tribunales. Esto es insólito.

Ahora, el plantear que van a los tribunales que al imputado le acomoda, es una conducta reñida con todas las tradiciones procesales en el mundo legal. Si todos pudiéramos descalificar el tribunal que nos juzga (yo lo habría hecho) estaríamos en el mundo de las maravillas y a nuestro antojo.

¿Será que el dinero alucina? ¿Que genera tal descomposición química en el cerebro de gente súper profesional que los convierte en protagonistas e impulsores de su propio ridículo?

A este coro de insensateces se suma el Ministro Osvaldo Puccio, quien desciende de los dramaturgos del Corcovado de Notre Dame, y con voz asmática advierte que “ el gobierno no quedará con los brazos cruzados “. ¡Santo Dios! A invadir Lima nuevamente y robarnos más estatuas para la maltraída Plaza de la Victoria de Valparaíso. Todo un llamado a devolver los espolonazos peruanos.

“Nuestra justicia vale, la de ellos no”. Si no constituye una amenaza grave el que un gobierno le diga a otro que no se quedará con los brazos cruzados, desconozco que es una amenaza.

Después, Su Excelencia, Lord Richard Lakes, en medio del calor brasilero declara que su intervención será para que esto se acabe pronto. El no excelencia del Presidente peruano dice allí mismo que él respeta la ley, pero que también “hará lo posible para que esto se resuelva rápidamente “. ¡Con estas presiones, no hay justicia que valga! Se fue a la cresta el sistema judicial peruano. Como decía mi tío don Teculeo Henríquez, “se jodió el sistema “

Llamaré a mi amigo Miguel Vega Alvear, ex presidente del Colegio de Abogados del Perú y ex senador, con quien compartí una beca del BID el año 1967, para comunicarle que su sistema judicial fue hecho trizas por Lord Richard Lakes junto a su Presidente. Así de simple.
¡Pobres chilenos ! Actuamos como los nuevos ricos del barrio y amenazamos con la plata. Decimos que son las inversiones las que sufrirán. Todo lo que importa. Practicamos el matonaje monetario, mercantil, gangsteril.

No faltó el imbécil que dijo que deberíamos arrestar a todos los peruanos y solamente liberarlos cuando el patrón Luksic vea solucionado sus problemas. Los lambiscones (lameculos) de turno sacan cuentas y piensan que es la hora de defender a quien, con su poder, les puede dar dividendos.

Lo único sensato que cabe a mi amigo Eluchans Urenda es mostrar cautela y respeto ante las instancias procesales de cualquier tribunal. Lo único sensato que Luksic debe hacer es comparecer, y ser mejor asesorado acá y allá.

Su pretensión de ser procesado a su gusto en Washington por el Tribunal Interamericano hará únicamente que mi amigo Claudio Grossman, viñamarino residente en Washington y descubridor del hilo negro de los derechos humanos, gane plata con esto. Compartí con él no hace mucho el foro de la SIP en Santiago, organismo de invernadero que le pagó por moderar un debate más añejo que la chicha de Villa Alegre. De hecho yo podría defender a Luksic mejor que nadie.

La defensa de Luksic tiene como pilares negociar la culpabilidad, actos de grandeza, y condenas virtuales, como el Internet. Todo lo demás es una pérdida de tiempo. ¿Saben otra cosa?: no sería raro para nada que Lord Lakes otorgue pasaporte diplomático a Luksic para que vaya a la próxima montaña en misión imposible. Así no lo pueden detener. El pasaporte lo puede emitir Lagos como Pinochet, da lo mismo. ¡¡Menudo problema tendremos con este “Embajador” itinerante del las cumbres más altas del mundo, y las finanzas más bajas de la tierra.!!

En Chile, todo es posible. Los peruanos que se preparen. Mientras tanto les patentamos el suspiro limeño, la flor de la canela y el pisco. Yo me agarraré el marquesado de Torre-Tagle.

Pero nunca hacemos nada. Somos los angelitos.

(30/09/05)

Reproducido con autorización de su autor

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