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Crímenes en serie y la isla del nunca jamás

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En criminología, cuando se está en presencia de un criminal o asesino en serie, este se identifica por los patrones que utiliza para cometer sus fechorías. Pareciera que de igual manera esto es válido cuando se relaciona a Estados que atropellan los derechos de personas, veamos. En los años setenta, en plena guerra fría, cuando proliferaron las dictaduras militares en Latinoamérica, apoyadas y promovidas por los Estados Unidos, este país creó una serie de escuelas de torturas, en Uruguay, Brasil, así como la célebre Escuela de las Américas en Panamá, etc., en donde se sacaron manuales y se preparaba al personal militar de diversos países para que realizaran esta práctica. Eran diferentes los actores, pero el mismo principio. Hoy, cerca de treinta años después, perdura la influencia de esta mano delictiva en Guantánamo. Las evidencias:

Detención ilegal y tortura de menores de edad

En La Jornada (27/11/03), AFP presenta la denuncia del director general del Comité Internacional de la Cruz Roja, sobre la base estadounidense de Guantánamo: en ese momento habían varios niños entre los prisioneros detenidos, igual cosa planteó Human Rights Watch. En Chile, durante la dictadura de Pinochet, la cual como se sabe fue apoyada por los Estados Unidos, cientos de niños y niñas fueron apresados, ya sea para ser torturados, secuestrados, para presionar a sus padres, o para ser robados y entregados a otras familias. Hoy, algunos de estos menores que son ya adultos, piden ser reconocidos como el resto de víctimas del Informe Valech.

Barcos para esconder a prisioneros/as

La AFP también relató que Manfred Nowak, experto de la ONU, denunció que Estados Unidos tiene detenidos a presuntos terroristas en "barcos-prisiones" secretos estadounidenses. En Chile, ya los obedientes alumnos habían aplicado esta técnica criminal, para estos fines utilizaron embarcaciones como el Lebu y el buque Escuela Esmeralda, así como otros barcos en los que se llevaron personas para hacerlas desaparecer en el fondo del mar.

Irrespeto a creencias religiosas

Un exdetenido ruso de apellido Vajitov, narró que los soldados estadounidenses en Guantánamo profanaban el Corán: "Ante nosotros echaban el Corán en los baños", indicó al precisar que eso ocurría "con frecuencia"(1). Son largas las listas de denuncias de sacerdotes y religiosas muertas y templos profanados por los militares chilenos y del resto de Latinoamérica.

Uso de animales

El mismo Vajitov afirmó que los detenidos eran "envenenados con gas" y que los norteamericanos lanzaban perros contra ellos. Sobre el uso de animales se tiene incluso registros fotográficos. Los criminales chilenos realizaron lo mismo y en el Informe Valech hay referencias de esta práctica.

Participación de médicos en las torturas

El New York Times alertó: “Médicos militares de la base naval estadounidense de Guantánamo han ayudado a refinar los interrogatorios aplicados a los detenidos desde el 11-S”. Esta vez, el diario se basó en “relatos de ex interrogadores”. El portavoz del Pentágono, Bryan Whitman, justificó la práctica diciendo que tales galenos “no estaban bajo restricciones éticas porque no trataban a pacientes”. En Chile es conocido el aporte a la tortura de los profesionales de la medicina y ramas alternas. Incluso las asociaciones de ex presos/as políticos/as han sacado listas de galenos que apoyaron estas prácticas.

Son muchas las evidencias que deja tras de sí este criminal en serie, incluso en manuales de entrenamiento, y por años ha logrado que sus culpas sean escondidas y negadas, pero esta vez parece que en Estados Unidos se han levantado voces protestando a favor de las víctimas de Guantánamo. Se ha solicitado que se investigue ese lugar transformado en tierra de nadie, Isla del Nunca Jamás, en donde soldados de verde tienen derecho a todo, sin juzgar y sin ser juzgados. Sectores de la comunidad norteamericana sí han madurado, sí han reconocido que están frente a uno de los hechos delictivos más atroces de los últimos años y sí ha entendido la consecuencia que puede traer al país y a su sistema legal.

Así se escuchan las voces de los ex presidentes demócratas William Clinton y James Carter. El segundo jefe liberal en el Senado, Richard Durbin, comparó las torturas aplicadas por los militares en Guantánamo a los crímenes nazis. Incluso en las filas oficialistas se oyen voces discordantes, como la del senador por Carolina del Sur Lindsey Graham y el ex representante por Georgia Robert Barr. "En un principio me opuse a una medida de ese tipo, pero las últimas revelaciones sobre los abusos a detenidos en Guantánamo me hicieron cambiar de parecer", comentó Graham. De manera parecida opinan Mel Martínez, John McCain y Chuck Hagel.

La situación "es causa de embarazo internacional para nuestro país y nuestros ideales", dijo el demócrata Patrick Lehay; "en muchas partes del mundo no nos ven como la nación de Jefferson, Hamilton y Madison, sino como un país que aprisiona a gente sin juicio y les degrada y tortura", opinó Ted Kennedy.

Además, la prestigiosa institución Amnistía Internacional ha calificado el lugar como un "gulag de nuestro tiempo", en referencia a los vastos campos de prisioneros que existieron en la Unión Soviética.

Aprovechando esta coyuntura de denuncias —después de años de silencio internacional—, invito a sumarse a las voces de protesta, con el fin de que se pare la práctica de tortura y de injusticia legal en Guantánamo.

(1) http://www.univision.com

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