¡Qué solo estarás cuando se acaben las hamburguesas y el Ketchup!
Nuestros hijos y nietos no tienen escapatoria. O consumen y se endeudan hasta la tercera generación beneficiando en exclusiva a mega empresarios sin patria ni ley, o, simplemente quedan fuera de este mundo imposible.
Tú, yo, ellos; todos migrantes
El nuestro es también un país de migrantes. Los primeros llegaron –como ya se dijo– desde Asia y Oceanía. Les siguieron después los enviados por el inca, más tarde aparecieron los invasores europeos (españoles, para mejor precisión), y vinieron luego los alemanes, palestinos y sirios, croatas e italianos. En estas últimas décadas han llegado numerosos grupos de peruanos, bolivianos, venezolanos, chinos, coreanos, ecuatorianos, argentinos, colombianos y haitianos. Un crisol de razas y de acervos que más temprano que tarde deberá fulgurar en beneficio de nuestra ya amplia comunidad.
Chile. El pueblo unido puede avanzar sin partido, pero, ¿sin ideología?
Una de las frases que brilló con fuerza en los primeros meses del estallido social decía: “el pueblo unido avanza sin partido”. Una bella ilusión, un anhelo digno de destacar y de concretar, pero, en honor a la verdad, ese ‘avance sin partido’ lleva a ninguna parte. Mejor dicho, conduce hacia el escenario de la derrota a mediano plazo. Miel sobre hojuelas para la derecha. Un pueblo desideologizado es fácilmente manipulable por quienes sí están ideologizados y poseen el poder del dinero, de las armas, de la prensa y de las cruces.
Admirados viejos autores: vuestras páginas construyeron vidas
Un país sin memoria no tiene Historia…
Un país sin Historia no tiene identidad…
un país sin identidad existe sólo como colonia
Pertenezco a una de las tantas generaciones hijas de los libros, los almanaques y el enciclopedismo, una de aquellas que podía gastar horas observando el globo terráqueo o un perfecto mapamundi imaginando culturas y aventuras acaecidas en territorios ignotos. Soy, por tanto, hijo de la educación clásica.
Me gustaría volver a nacer chileno, pero…
¿Volver a nacer en Chile? ¿Por qué no? Este país tiene bellezas naturales de primer orden a lo largo de toda su extensión, un clima variado y agradable, frutos de la tierra y del mar que son maravillosos, magníficos vinos, muchos minerales, en fin, en ello hay ventajas indiscutibles para volver a nacer aquí, pero…, pero pienso en cuestiones tanto o más relevante que las anteriores y mi decisión tiembla amenazando desmoronarse.
“El honor de un cobarde”
Lanzamiento de un libro
“El honor de un cobarde”, con el duque Rudolf von Hayek como protagonista de esta historia, es una novela que pretende no sólo entretener al lector, sino también mostrarle pinceladas de la Historia que transcurre en la segunda mitad del siglo veinte, tanto en Europa como en nuestro propio territorio, en este austral rincón del mundo, donde –pese a que muchos creen que nada ocurre– acaece bastante.
La derecha extrema y la extrema derecha
A escasos meses de asumir el gobierno es notoria la soberbia que caracteriza a varios dirigentes de la coalición gobernante. ¿El extremismo nacionalista ya sobrepasa a la derecha tradicional? ¿O los requerimientos y objetivos de la derecha económica se impusieron sobre la derecha política?. Es claro que vivimos en un país en el que todos son «centro» algo, la derecha dura -a pesar de la peluca y los afeites- aparece como es: cavernaria, reaccionaria e integrista. Una reflexión de Arturo A. Muñoz que pone las cosas en su lugar.
Piñera y la derecha transforman a Chile en país bananero
Como un chorro de agua helada cayeron sobre los profesionales de la Justicia las opiniones expresadas por el Fiscal Nacional, Jorge Abbott, en su reciente cuenta pública, mismas que reiteró posteriormente en una entrevista concedida a una importante radioemisora capitalina, afirmando que “un sistema democrático tiene que actuar para que la ciudadanía esté representada. Mientras los parlamentarios están desaforados, las personas no están representadas y eso altera la democracia”. Léalo de nuevo, si no creyó en lo que ha leído. Lo dijo el Fiscal Nacional con un desparpajo que atraganta la respuesta.
Chile: ¡Adiós, fe pública!
Chile es un país cuyas autoridades políticas, policiales, judiciales, periodísticas, militares y religiosas se han situado voluntariamente fuera de la ley.
De manera abreviada, podemos afirmar que Fe Pública es “la confianza que manifiestan los ciudadanos en la rectitud y honradez del actuar de los funcionarios públicos”. Sin perder de vista que el concepto suele asociarse a la función notarial de manera más directa que a cualquier otra actividad humana. De la fe pública penden también gobernantes, parlamentarios, militares, policías, fiscales, jueces, contralores, auditores, contadores, obispos, etc.
La decepción política tiene apellidos: Lagos Escobar
La administración de Ricardo Lagos (2000-2006) es recordada hoy –en todos los sectores de la izquierda criolla– como un gobierno que privilegió las grandes fortunas, los mega empresarios, las transnacionales y los intereses de los EEUU por sobre los chilenos.
Todo bajo la mirada cómplice del socialismo organizado en murga partidista, sabedor de que la derecha había cooptado al “faraón” Lagos Escobar años atrás, en 1989, cuando “la Concertación se bajó los pantalones”. Lagos fue uno de los artífices del contubernio que, mediante un plebiscito trucho, cimentó la fascistoide Constitución de 1980.