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Advierten graves riesgos ambientales por expansión forestal

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Sábado 21 de febrero 2015
La expansión forestal basada, principalmente, en la plantación de pino y eucaliptus generaría graves daños en el territorio nacional. Suelo, aguas, relación con las comunidades y nula mitigación en materia de cambio climático, son algunas de las denuncias que expertos y ambientalistas plantean contra el proyecto gubernamental de extender el crecimiento de la industria por los próximos veinte años.
Actualmente las plantaciones  de monocultivos de pino y eucaliptus realizadas por la industria forestal, abarcan tres millones de hectáreas, las que representan un 22 por ciento de la superficie total entre las regiones de O’Higgins y de los Ríos. Las proyecciones para el sector, según lo anunciado  por la Presidenta Michelle Bachelet  en la Cuenta Pública del año pasado,  pretenden expandir dichas las plantaciones, bajo la medida de extender el decreto DL 701 que  permitiría concretar el crecimiento del sector forestal por 20 años más.
Si bien esta es una medida que aún no se ha aprobada, existe preocupación por los daños que traería consigo el  instrumento. ¿La principal razón? las consecuencias negativas que ha generado la expansión del sector forestal para el medio ambiente  en el país.
Principales daños
Diversas Organizaciones internacionales sostienen que los bosques nativos o plantados contribuyen a mitigar el efecto invernadero porque purifican el aire y el CO2. Con esta información podríamos afirmar que las plantaciones de pino y eucaliptus colaboran a mitigar el cambio climático. Sin embargo, según explica  Claudio Donoso, miembro de la Agrupación Agua que has de beber ONG Forestales por el bosque Nativo, las plantaciones exóticas  producen el efecto contrario.
Por otro lado, explicó que aproximadamente el 70 por ciento de la madera que sale de una cosecha de pino y eucaliptus se va a procesos industriales forestales que también devuelven el carbono a la atmósfera.
Por ello, advirtió, que el actual modelo, basado en monocultivo de especies introducidas de rápido crecimiento y cosechas a tala raza, no está haciendo nada para mitigar el cambio climático, “sino que todo lo contrario”.
Además, otro de los daños causados por las plantaciones de monocultivo de pino y eucaliptus ha sido la perdida de suelo, disminución de la disponibilidad  de la calidad de agua y escasez de este recurso en las comunidades aledañas donde se realizan estas plantaciones, sentenció el activista.
Visión de Conaf
El jefe de la Unidad de Cambio Climático y Servicios de la Conaf, Angelo Sartori, manifestó que en este sentido  “hay que tener en cuenta que las plantaciones de estas especies no se hicieron con el fin de mitigar el cambio climático”. Por ello, reconoce que es efectiva la afirmación  de que con una plantación de eucaliptus, por ejemplo, que se tala a los 15 años y se ingresa esa madera a una planta de Celulosa para hacer papel y pulpa, efectivamente, “la captura de que tuvo en esos 15 años ese bosque se vuelven a liberar a la atmósfera”. Sin embargo, agrega que existen ciertas consideraciones ya que no toda la madera se destina a hacer papel y pulpa de celulosa.
¿Forestal Sustentable?
La Corporación Nacional de Madera sostiene que las empresas forestales se comprometen con un manejo de la actividad forestal que concilie la producción con el respeto al entorno y la biodiversidad.
Esto, dicen, se puede validar con el 70 por ciento de las plantaciones del país que están certificadas “voluntarias” en materia de manejo sustentable.
Uno de los principales sellos de certificación del sector forestal en Chile es el Forest Stewadship Council (FSC). Este sistema está regido por diez principios, dentro de los que se encuentra:

  1. Reconocimiento y respeto a los pueblos indígenas
  2. Mantenimiento y mejora del bienestar social de los trabajadores forestales y las comunidades locales
  3. La reducción de impacto ambiental en las actividades de cosecha forestal y mantenimiento de sus funciones ecológicas y de la integridad del bosque.

Sin embargo, el no cumplimiento de dichos principios, vuelve a lo menos cuestionable la obtención de la certificación de las empresas forestales.
Ejemplo de ello es que la Forestal Mininco, propiedad de Arauco (SA), que cuenta con la certificación de manejo FSC, ha sostenido históricos y diversos conflictos con las comunidades mapuches de la región de la Araucanía. Principalmente por reivindicaciones territoriales. Lo que ha orientado a la empresa, ha solicitar al Estado la aplicación de la Ley Anti terrorista contra los comuneros de la zona.
Visión de la CORMA
Fernando Raga, presidente de la Corporación Nacional Maderera, recalcó que el mundo en el 2030 o 2040 va a necesitar 50 por ciento más de los insumos madereros de los que necesita hoy. Por ello, la forma más eficiente de obtenerla es a través del manejo del bosque nativo, lo que a su juicio  “va a ser absolutamente insuficiente”, por lo que se va a necesitar establecer plantaciones de alto rendimiento.
“El tema de impulsar el sector forestal está más allá de que efectivamente se produzcan problemas de interface, problemas con comunidades, como problemas con los flujos de movimiento de camiones que  dañan o molestan a una comunidad. Todo eso lo sabemos, las empresas trabajan y tratan de ir mejorando, pero lo que no hay que perder nunca de vista es que el sector forestal es fundamental, no solo hoy sino que va a ser cada vez más fundamental en el futuro”, dijo defendiendo a la industria.
Consecuencias sociales
Gabriela Toledo, Magister en Economía Ambiental y activista del Colectivo Viento Sur, ha investigado el tema de los impactos sociales que ha tenido la expansión forestal en Chile.
La experta, explicó que en los territorios donde se realizan monocultivos de plantaciones forestales, las rotaciones, a diferencia de la agricultura se dan cada 15 años,  lo que al fin de cuentas hace que no ayude al desarrollo dichas plantaciones,  generando problemas como la migración de estos territorios, falta de empleo, externalidades negativas como la falta de agua para la ganadería o la falta de causes para los cultivos, impactando las posibilidades de sustento de los lugares rurales.
A juicio de la investigadora, extender el modelo forestal es extender todos los problemas ambientales y sociales que trae consigo este rubro.
Propuestas de cambio
Una de las soluciones planteadas por la Agrupación Agua que has de beber,  ONG por el Bosque Nativo, está orientada a lograr cambios político- legislativo.
Cambiar el Código de Aguas. El cual ha permitido la separación de la propiedad de la tierra y  de la tenencia del agua. Lo que  hace que un dueño de un terreno pueda ser propietario del suelo y no así del agua, situación que impide que se haga un ordenamiento territorial y gestión. De cambiarse, permitiría controlar los impactos provocados por este sector.
Por último, recalcan que se requiere de  leyes más claras que beneficien a los pequeños propietarios para poder recuperar sus bosques nativos,  ya que existe mucha más promoción a plantar eucaliptus y pino que ha plantar bosque multi específicas y multi propósitos, que son especies nativas que permitirán  ir  reparando el daño causado en estas especies por la industria forestal.
*Fuente: Radio U de Chile
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