Ingerencia de EE.UU. en Venezuela y planes de magnicidio
por Niko Schvarz (Uruguay)
11 años atrás 4 min lectura
Publicado el 12/6/2014
En la reunión del Consejo Político del ALBA (Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe) que culminó el martes 10 en Caracas, el ministro del Interior y Justicia de Venezuela, Miguel Rodríguez Torres, presentó pruebas sobre el intento de derrocamiento violento y magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro por parte de sectores de la oposición venezolana, así como sobre la injerencia directa de Estados Unidos en todo este proceso que, según reveló, comenzó a gestarse en 2010.
Con anterioridad, el 28 de mayo, el alto mando bolivariano había exhibido pruebas que implicaban a los dirigentes opositores María Corina Machado, Pedro Burelli, Diego Arria y Ricardo Koesling en los planes de magnicidio, conjuntamente con funcionarios del gobierno norteamericano, entre ellos su embajador en Colombia, Kevin Whitaker.
El dirigente bolivariano Jorge Rodríguez exhibió correos electrónicos de la ex diputada de ultraderecha María Corina Machado con estas personas y con el banquero prófugo de la Justicia venezolana, Eligio Cedeño, que los involucran en estos planes conspirativos, con el agregado de que de esa manera se pretendía crear un clima de violencia que justificara una intervención extranjera. Simultáneamente, esta misma gente presionaba para que EEUU aprobara sanciones contra Venezuela.
El 9 de junio, estas personas debieron comparecer ante la Justicia, por disposición de la fiscal general Luisa Ortega Díaz, quien expresó que estaba en juego “la integridad de la nación y la autodeterminación de los pueblos”.
El Consejo Político del ALBA respaldó el proceso de diálogo por la paz en Venezuela, llevado adelante con determinación por el gobierno y que, a poco de iniciado, quedó trunco por deserción de la oposición. Una y otra vez el presidente Maduro ha instado a reanudar el diálogo. El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, apoyó esta postura, condenó el proceso desestabilizador y las amenazas de sanciones contra Venezuela. Su homólogo cubano Bruno Rodríguez felicitó al gobierno venezolano “por su lucha contra la injerencia extranjera y los planes desestabilizadores que promueve EEUU”.
El representante nicaragüense leyó un mensaje del presidente Daniel Ortega en que reconoce “el formidable coraje del pueblo venezolano” por lo que “cuenta y contará siempre con el respaldo de Nicaragua”. El canciller boliviano David Choquehuanca expresó solidaridad con Venezuela “por defender su democracia y a su presidente electo”.
Cabe destacar que Bolivia albergará desde el próximo domingo, en Santa Cruz de la Sierra, la reunión del G-77 más China, instancia en que este tema sin duda se replanteará. Asimismo, en la reunión se celebró el hecho de que Venezuela pasará a presidir el poderoso y amplio Movimiento de los Países No Alineados (Mnoal), que agrupa 120 naciones y ya se pronunció en solidaridad con la democracia y la paz en Venezuela y contra las maniobras injerencistas.
Desde la sede de la reunión, los cancilleres mencionados se comunicaron con el presidente Maduro, como lo vimos por Telesur. Se resolvió además que el próximo 14 diciembre se realizará en La Habana una cumbre conmemorativa de la fundación del ALBA 10 años atrás, “en tributo al sueño de los comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro”. En síntesis de la reunión, el canciller venezolano Elías Jaua declaró que la misma consagró “el derecho del pueblo de Venezuela a vivir en paz y sin injerencia y amenazas a la vida del presidente Maduro”.
De esta forma, la reunión sumó un nuevo pronunciamiento colectivo a los que ya se han venido produciendo a favor de la paz en Venezuela, entre los que se destaca (además de los mencionados más arriba) el de la Unasur por la unanimidad de sus 12 países miembro tras la reunión efectuada en las islas Galápagos, Ecuador, los días 22 y 23 de mayo pasados, apoyando un sólido y fundamentado documento presentado por el canciller Elías Jaua. Este demostró que la actitud injerencista de EEUU contra Venezuela viola de manera descarada un conjunto de normas de la Carta de las Naciones Unidas y de la Carta de la OEA, así como el principio de no intervención consagrado en las normas básicas de la Celac.
Todas ellas son decisiones de grupos de países que en distintas formas reúnen a la mayoría de la humanidad y que sientan en el banquillo de los acusados al gobierno de los Estados Unidos por sus actitudes de agresión abierta contra Venezuela, planificada desde hace años (no olvidar su participación en el golpe de Estado de abril de 2002 contra Chávez), e incrementado en contubernio con los sectores de oposición a partir de los atentados iniciados el 12 de febrero.
Estas intervenciones de EEUU no son las únicas, por cierto. Se encargó de recordarlo el vicepresidente Danilo Astori, quien declaró ante la TV rusa, al ser consultado sobre la situación en Crimea y Venezuela, que con su política de intervención en otros países “EEUU ha hecho mucho más daño que ayuda”.
*Fuente: La República
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Si yo fuese un corresponsal de televisión, preguntaría públicamente a los detenidos por fomentar el terrorismo callejero en Venezuela lo siguiente: ¿Qué prefieren ustedes, ser juzgados de acuerdo con las leyes venezolanas, o desearían que se les aplicase una justicia salomónica?, (algo parecido a la que el rey Salomón, como dice la Biblia, aplicó a las dos mujeres que afirmaban ser madres de un mismo niño).
En el caso de estos detenidos, la justicia salomónica sería. Entregárselos al pueblo que ellos dicen defender contra la «dictadura», en una plaza pública, para que el pueblo les pueda recompensar como se merecen.