Que salga todo a la luz: Violación de los DD.HH. de las mujeres en el Sahara Occidental ocupado
por Euskal Fondoa–Asociación de Entidades Locales Vascas Cooperantes
1 año atrás 3 min lectura
10 de marzo de 2024
Vivíamos en Tan-Tan. Empezaron a llevarse a todas las mujeres y niños, no sé si fue a finales de 1975 o 1976. Yo era una niña pequeña, tenía 6 años, y el tiempo que estuve allí encerrada vi cómo torturaban a mi abuela y a otras mujeres delante nuestro [de niñas y niños], yo lloraba hasta no poder más. A mi abuela, cuando ya no podía hablar, la llevaban cargando, la torturaban y le preguntaban por sus hijos y por los que se habían ido a los campamentos de refugiados. Mi abuela estaba enferma y no podía moverse más por las torturas. Luego la dejaron tirada cerca de Glimin y tuvo que andar muchísimos kilómetros para poder llegar a su casa. Estuvo con unos amigos hasta que falleció. Falleció sola, sin su familia.
A mí me secuestraron en 1980, eran dos coches policiales y un coche de la gendarmería, tenía 32 años, era muy joven en ese momento. Llegamos a El Aaiún, y en la comisaría central empezó mi interrogatorio… Después me volvieron a poner la venda en los ojos y me llevaron al PCCMI, esperaban a que anocheciera para empezar con las torturas, estaba destrozada… Luego nos metieron en un avión militar hacia Casablanca, y a la mañana siguiente empezaron nuevamente el interrogatorio y las torturas.
Después de diez meses allí, una noche vinieron unos camiones, sacaron sogas y empezaron a atarnos a todos por nuestras manos y pies, nos daban todo tipo de patadas y golpes, nos decían todo tipo de obscenidades, ‘polisarios de mierda’, ‘hijos de puta’… Nos amarraron a todas, las mujeres primero, nos pusieron vendas en los ojos y nos metieron en los camiones, nos ataron con esas sogas fuertemente, estábamos muy débiles, gritábamos de dolor y algunas lloraban, ya no podíamos aguantar más
esos malos tratos. Estuvimos así hasta que nos llevaron a la cárcel de la fortaleza de Maguna. Cuando llegamos sufrimos la misma recepción, nos empujaron de los camiones y los de abajo nos recibieron a palos, nos metieron en unos garajes y
nos encerraron. Pasé 11 años desaparecida, hasta 1991.
Escuchaba todas las torturas de los chicos, e incluso llegué a escuchar disparos. Era un terror constante, gritos, lamentos, lloros, se escuchaba todo. Los soldados decían que los disparos que habíamos escuchado eran porque habían matado a un joven que no dejaba de gritar que era saharaui y que ‘¡viva el Frente Polisario!’.
Estábamos en la celda y vinieron a buscar a mi madre. El capitán llamó a los militares que estaban de guardia y la sacaron, la tumbaron boca arriba y empezaron a torturarla. Cerraron la puerta entre ella y nosotras. La escuchábamos gritar de dolor por las palizas. Yo no podía dejar de llorar y las otras mujeres gritaban de pena y miedo. Oíamos cómo uno decía: ‘¡dale fuerte a la cabrona, más fuerte, dale bien!’ Oíamos todo… Y cuando nos torturaron a mi hermana y a mí, las otras mujeres gritaban y lloraban de miedo y preocupación.
…
Violaciones de derechos humanos de las mujeres en el Sáhara Occidental ocupado
Enlace a folletos en formato PDF y en diferentes idiomas:
Que_salga_todo_a_la_luz_(cast).pdf
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M-7025_resumen-grafico_cast.pdf.pdf
M-7025_resumen-grafico_eusk.pdf
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