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Democracia sin partidos políticos

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10-03-2014
Germán Westphal, por medio de un mail que me envió, cuantifica  muy bien el poco peso que tienen los partidos políticos en el universo electoral: Chile cuenta con 14.121.316 electores, según el SERVEL. Hoy su representatividad con respecto al total de votantes habilitados es el siguiente:

Partido Socialista 25.769 inscritos 0,182% del padrón
Partido Progresista 18.446 inscritos 0,130% del padrón
PRI 17.573 0,124%
Demócrata Cristiano 13.971 0,098%

 

RN 9.203 0,065%
UDI 7.001 0,049%
Partido Comunista 6.000 0.042%
PRSD 4.659 0,032%

 

PPD 5.860 0,041%
     
Cifra exigida  por el Padrón electoral 18.255 0,129%

El total de militantes de los partidos políticos es de 108.482, cifra equivalente al 0.768% del Padrón electoral, ni  siquiera llega al 1%, cifra que es inferior al voto nulo en cualquier elección chilena, suponiendo que el nulo representa un rechazo a todos los candidatos a elección popular, lo cual indica, en buen castellano, que los ciudadanos consideran a todos los candidatos como inútiles y corruptos.

El SERVEL exige un mínimo de 33.000 firmas para que un partido pueda presentar candidato presidencial y/o 500 inscritos en cada una de las regiones del país. En la  Región de Aysén, por ejemplo, el 0,25% equivale a 90 inscritos, es decir, el diputado Iván Fuentes, el senador  Patricio Walker, quienes con el apoyo de sus familias hacen un número superior al exigido, y sin necesidad de recurrir a las empresas pesqueras.

Hasta hoy, ningún partido cumple las exigencias para tener un candidato presidencial, por consiguiente, habría que recurrir a leguleyadas para que alguno de los posibles candidatos (as) pudiera serlo. Alejandro Guillier se encuentran en buenas condiciones, pues son independientes y, por lo tanto,  pueden inscribirse como tales – ahora Guillier expresó que bajaría su candidatura si no se realizan primarias en la Nueva Mayoría -; Sebastián Piñera no tiene mayor problema, pues podría ser presentado por Evópoli, o bien, RN que, a lo mejor, completaría las firmas requeridas.

El caso de Ricardo Lagos es, francamente, miserable para un ex Presidente de la República y que, además, terminó su mandato con una aprobación de más del 60%, pues el Partido donde milita, el PPD, tiene apenas 5.000 inscritos, y sólo le queda un mes para triplicar la cifra necesaria para ser partido político.

La exigencia para inscribir un partido político es la  de tener 0.25% de la votación en la última elección municipal en tres regiones contiguas, o cinco discontinuas.

Si en Chile existiera una democracia y el Estado de derecho, lo lógico sería que la ley se respetara, pero como el Estado de derecho es un chiste, los partidos políticos que no logren inscribirse no respetan la ley y, como buenos leguleyos para mantenerse en el poder, buscarán argucias para desviarla – por ejemplo, un acuerdo “exprés” por parte de los parlamentarios, pues “nosotros hacemos la ley  a nuestro gusto, y los cargos y los dineros fiscales nos pertenecen, casi por derecho divino…, y los electores sólo nos son útiles para bolsearlos en el <puerta a puerta>, regalarles flores a la mujeres en su día <como lo hace el PPD>, y comprarlos con anteojos de sol y zapatos, como antes lo hacía Joaquín Lavín; por suerte hay “rotitos” entre nosotros para hacer la caridad y ganarnos el cielo -.

El presidente del PPD, Gonzalo Navarrete, no tiene una pisca de vergüenza y está a punto de ganar el concurso de rey de los “cara de raja” y, como su convertido en una excrecencia burocrática, nadie quiere militar en él: se lanza contra el director del SERVEL acusándolo de inmiscuirse en política y de ensañarse contra su Partido; cuando los dirigentes estaban muertos de miedo por el rechazo ciudadano debido a la mezcla entre la política y el dinero, se apresuraban a apresurar leyes de probidad en el Congreso, pero ahora, que se dieron  cuenta de que el pueblo, “con muy mal criterio” puede elegir hasta a un imputado por la justicia como candidato y probable Presidente de la república, a Sebastián Piñera, los ciudadanos, en vez de castigar la corrupción, la aplauden – no es nuevo sólo en Chile, pues miren a Perú, con cuatro Presidentes ante la justicia, y un poco más lejos, la Italia de Berlusconi, la España de Rajoy, la Francia de Fillon… Al PPD se le pasó el miedo a los electores y siguió el proverbio “donde se hace la ley, se hace la trampa”.

Un mínimo de sentido común haría rechazar la definición como un país democrático  al que tiene menos del 1% de personas inscritas en los partidos políticos. Francamente, constituye un sarcasmo el sostener que una democracia no podría funcionar sin partidos políticos y que si desaparecieran, se dejaría el espacio a los aventureros y populistas. Estas tonterías que repiten algunos periodistas, a veces como loros, sólo demuestran su ignorancia, que sólo conocen el diccionario de “los lugares comunes”.

Reflexionemos un poco: los mejores sociólogos han definido a los partidos políticos como oligarquías: en Max Weber, por ejemplo, son calificados como partidos de patronazgo; en Robert Michels, están sometidos a la ley del hierro de las oligarquías; en general, en la mayoría de los sociólogos, son mafias que se reparten el poder, y no canales de opinión pública, y muchos menos, representantes de los electores. Una democracia directa sin  partidos es mejor calidad que la representativa con partidos corruptos.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

10/03/2017

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6 Comentarios

  1. Pedro Lautaro Ferrer Vergara

    Hay que votar solo por los candidatos de los movimientos sociales ya sea en las presidenciales ó parlamentarias.
    NO + AFP

  2. Jorge Torrealba

    Una democracia sin partidos políticos, no tiene ningún poder. En la situación en que sólo están los individuos y el mercado, es imposible tomar una decisión colectiva efectiva.

  3. jose garcia peña

    Considero que se debería elegir por votación popular, en primer lugar al tribunal de justicia más alto del país, al mismo tiempo que se elige a los gobiernos, con la única diferencia de que los candidatos a un puesto del tribunal, deben hacerlo a título personal, prohibiendo hacerlo por medio de agrupaciones políticas.
    Este tribunal organizaría todo el aparato judicial por el tiempo que dure su mandato.
    A los gobernantes se les debería prohibir terminantemente el decidir sobre quien debe ocupar un puesto en ese tribunal.
    De esta manera, los jueces y fiscales honrados, podrían seguir con sus investigaciones sin temor a las amenazas de los gobernantes delincuentes que ya no podrían destituirles de sus cargos.

  4. Nelson Villagra Garrido

    Estimado don Rafael, por su lucidez y franqueza, debería pertenecer al MRTM: «Movimiento Remanentes de Tiempos Mejores». Felicitaciones

  5. José Maria Vega Fernandez

    Es como ir entrando en una nueva era de Chile….en toda su historia construída desde Londres.
    «Oh solemne loco!…Todo lo alcanzarás!…Si tu estatura lo permite»…Almafuerte.
    Y mirando el mapa..la tenemos.

  6. olga larrazabal

    La diligencia ahora es incribirse….

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