Lo mejor que puede hacer un chileno es irse de Chile
por Nathan Lustig (EE.UU.)
9 años atrás 5 min lectura
Trabajar en otro país latinoamericano también sirve, pero para sacar provecho de la experiencia, un chileno debería tratar de trabajar en los Estados Unidos, en Europa, China, Japón, Corea, Nueva Zelanda o cualquier otro país desarrollado, con una cultura y valores diferentes.
Es fácil notar la diferencia entre un chileno que ha vivido en el extranjero y otro que no.
Tanto los chilenos de buena condición económica como los de clases más humildes deberían dejar Chile, pero por razones diferentes. Para los chilenos que no son parte de la élite, sus vidas mejorarán de forma instantánea al salir del sistema clasista de su país. Tendrán más oportunidades y probablemente serán evaluados por sus aptitudes o por cuán inteligentes son, en vez de por su tono de piel, por qué universidad o colegio asistieron o cuál es su apellido.
Los chilenos que no son parte de la élite se darán cuenta rápidamente de que tener la piel clara y el cabello rubio no es motivo de aspiración en todos los países del mundo.
Más aún, encontrarán a mucha gente que prefiere a las personas de rasgos más oscuros, y que les son más atractivos que el estándar tradicional noreuropeo. Cuando converso con amigos chilenos que no son parte de la élite y vivieron en el extranjero, me cuentan que los chilenos inteligentes, educados y motivados se dan cuenta de que sus proyecciones platónicas y románticas de la vida sí se ven impulsadas, e imagino que también su autoestima.
Sus posibilidades de triunfar mejoran desde el momento en que bajan del avión, Tienen la posibilidad de comprobar de que si trabajan duro, las chances de mejorar su vida son reales. Tras permanecer en el extranjero, muchos chilenos que no son parte de la élite no regresan a su país por un buen tiempo, si no tienen que hacerlo. Y para muchos que lo hacen, regresan con una perspectiva diferente sobre sus oportunidades.
Para los chilenos de clase alta, en tanto, deberían irse de Chile para terminar con muchas de las actitudes con las cuales fueron criados. Muchos -si no la mayoría- de los chilenos de clase alta son abiertamente clasistas, casi todos de forma inintencionada. Muchos, sino la mayoría, no lo hacen de forma maliciosa, sino como un proceso inconsciente.
Dejar la burbuja chilena donde la vida es fácil, donde la gente sigue viviendo con sus padres hasta mediados de sus 20 o 30, tienen una empleada doméstica y no tienen mucho de qué preocuparse, es una llamada de atención al ver que el resto del mundo no hace las cosas en la misma forma que tú.
Los chilenos de clase alta por lo general no interactúan con chilenos de menor clase económica, salvo que les provean algún tipo de servicio, por lo que conocer a personas que provienen de situaciones diferentes, que piensan diferente y no han vivido en una burbuja, les permite alcanzar una capacidad de empatía y entendimiento por los demás que les sería casi imposible obtener si se quedan en Chile.
Dejar la burbuja los fuerza a reconocer lo privilegiado que es su estilo de vida y a obtener una licenciatura en autopercepción de la que otros chilenos de clase alta lamentablemente carecen (muchas veces puedes ver un efecto similar en los niños de los suburbios en los Estados Unidos).
Descubren que (¡horror!), personas caucásicas hacen labores manuales en algunos países desarrollados. Que mucha gente encuentra más atractiva a las personas de piel oscura que a las de tez clara. Que las historias de cómo alguien de esfuerzo hizo su camino desde la pobreza a la riqueza son altamente valoradas en otras partes del mundo y no ignoradas, como sucede en Chile. Se les da la oportunidad de reconocer que quizá Chile no sea el mejor país del mundo en todo… y está bien que sea así.
Tanto los chilenos de clase alta como los más humildes deberían salir de Chile para comprobar lo que es vivir en sociedades donde los servicios son excelentes, donde la gente confía en los demás y en general es amable unos con otros en sus encuentros diarios.
Podrán darse cuenta de que pasivo-agresivo no es el camino al éxito. Que pedir directamente lo que quieres es probablemente la mejor forma de obtenerlo. Que decir “no” a las cosas que no quieres hacer, es mucho más fácil que decir “sí” a todo siendo algo que realmente no deseas.
Estos chilenos aprenden a ser más independientes y a no depender siempre de sus padres cuando se meten en líos en sus 20. Les da la posibilidad de aumentar sus expectativas por Chile, de forma que cuando regresan a casa tienen una nueva actitud sobre lo que es posible, lo que es correcto y cómo quieren vivir sus vidas.
Definitivamente, lo mejor que puede hacer un chileno es irse de su país por un año o dos.
PD: Por cierto, también creo que lo mejor que un estadounidense puede hacer es irse de su país por algunos años también, pero creo que si un estadounidense no se va, su forma de ver la vida no se afecta tanto como la de un chileno que nunca ha estado en el extranjero.
Este post fue traducido por Bio Bio Chile.
*Fuente: Nathan Lustig
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Magnifico artículo.
Y esto no quiere decir que dejaría de ser un patriota chileno. Para nada.
Es simple: el chileno vive con una tensión extra: las placas del pacífico lo presionan sobre la cordillera, incólume, maciza, terca en quedarse ahí con el macizo del aconcagua haciendo frente a macro toneladas de empuje feroz hacia el Este y Norte.
Que es hacia donde se desplaza el continente sudamericano.
Y los chilenos sentimos esa presión, pero no los argentinos, hijos de las cenizas y lavas de la cordillera, donde se sienten seguros, y en algunos sitios «aquí no tiembla nunca».
Sabemos que, a diferencia de los gauchos, nuestra vista va de mar a cordillera. Y nunca sabemos si o nos cubre el mar o nos tapa un alud.
Pero como todo esto evitamos darle forma pensante, vivimos estresados. Y mas encima queriendo ser como «los desarrollados».
Por esto y por mucho mas, apoyo el consejo de Nathan Lustig.
Los estadounidenses no se van de su país, a menos que su pareja (femina) lo induzca filosóficamente a ello, para echar raíces en Africa, Sudamerica o India. Muy distintos son los europeos. O …el negocio.
Este es un país aislado en que el peso de la cultura nacional, pesa demasiado y no para bien.
Y nos estamos quedando muy atrasados en nuestras aspiraciones y en las posibilidades que se abren en el mundo. Estamos mareados por tanta prensa amarillista,tanto escándalo financiero que termina sin sanciones, y conviene ir a respirar a otros lados ya que el aire está enrarecido.
está muy bien viajar y conocer el mundo, tambien lo recomiendo, pero no le hagan caso a esta persona ingenua que piensa que todo es igual para un gringo como para un mestizo de america latina. MENTIRA que los tratarán segun su inteligencia y no segun el color de su piel o su acento. Basta con que tengan un nombre o apellido latino para que no los incluyan. No entiendo para qué publican estas cosas. Hay un millón de chilenos viviendo en el extranjero, en Chile hay muchos retornados, y justamente tienen que publicar a un gringo que nunca sabrá lo que es viajar con un pasaporte de america latina.
Creo que el sr, Lustig nos ha tomado el pelo porque lustig, en alemán, quiere decir alegre y de buen humor.
PUEDE SER QUE CAMBIANDO el sistema educacional chileno tambien cambie la gente…antes de salir de Chile por primera vez en 1974 a vivir en el extranjero, los chilenos eran menos clasista de como los dibuja la escritora del artiulo y eso creo era por la forma de educar que existia…Claro que la separacion de clases que se produjo entre 1970 y 1973 fue muy fuerte, pero me cuesta pensar que eso llevaba a determinar una forma de non considerar a los de mas abajo…por parte de los de mas arriba…si, se que la polarizacion fuè fuerte pero politicamente, no antropologicamente…