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Los 'extraños' asesinatos de la CIA. La 'obsesión' presidencial

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Por fin una gran parte del mundo comienza a darse cuenta de la realidad, especialmente ahora que se tiene certeza que los medios de información han jugado un papel primordial en ocultar la verdad cuando ésta ha favorecido a las grandes mayorías de la población. Por ello, el rol de la CIA (Central de Inteligencia Estadounidense), no se había conocido en todas sus facetas ni en la profundidad de sus lazos con Gobiernos, indicándoles el camino a seguir y ofreciendo sus servicios en la neutralización de los conflictos con el fin de opacar la certeza respecto a las oscuras actuaciones de éstos. Es una doble jugada: no se sabe quién hizo el daño y el Ejecutivo no tiene relación con lo sucedido.
Según el régimen estadounidense, la CIA ha actuado durante muchas décadas en el mundo como un garante de la paz, posicionado gracias a una mediática presencia noticiosa y a la prensa fílmica al crear incluso estereotipos del hombre demócrata, elegante y justiciero, que nadie toca: es el James Bond americanizado.
Sin embargo, hoy se confirma que esta organización de carácter ‘legal’ con actuación ilegítima, es responsable de la muerte de extraordinarios líderes que se opusieron a las transnacionales estadounidenses, razón por la cual se dio la orden de silenciarlos a través de envenenamiento, detonación o ‘simple’ asesinato. Son muchos, sin embargo entre ellos se cuenta a Yassir Arafat (Palestina), Jaime  Roldós (Ecuador), el general Prats y Orlando Letelier (Chile), Hugo Rafael Chávez (Venezuela), Omar Torrijos (Panamá), Bishop (Granada), Jaime Pardo Leal (Colombia), Néstor Kirchner (Argentina) y atentados fallidos contra Castro y otros, siendo emblemática la muerte de Ernesto ‘Che’ Guevara.
Coincidencialmente varios presidentes latinoamericanos han sufrido cánceres ‘extraños’ como Luis Ignacio ‘Lula’ da Silva, Dilma Roussef, Fernando Lugo y Cristina Kirchner.
Ordenada la exhumación del líder palestino Yassir Arafat, recientemente ha sido confirmado por evidencia científica su asesinato (2004) a través de polonio radiactivo, lo que corrobora que es coherente con las apreciaciones sobre atentados a otros dirigentes desaparecidos. Naturalmente nadie se ha adjudicado el hecho aunque las miradas apuntan a organizaciones secretas y operaciones conjuntas.
Desde la década de los 50 estaba posicionada la CIA en América Latina asesorando a numerosos Gobiernos desde la sombra y realizando contactos militares para el entrenamiento en la Escuela de Las Américas, reconocido centro de aprendizaje en torturas, espionaje y formación de contrainteligencia con adoctrinamiento fascista. Por dar un ejemplo, el jefe de la DINA (policía secreta de Augusto Pinochet), Manuel Contreras, estuvo como invitado en el cuartel de la CIA en Langley desde donde se estructuró el Plan Cóndor, estrategia de asesinato masivo de opositores a las dictaduras, al modelo neoliberal y a Estados Unidos. El premio nobel de la paz Henry Kissinger es sindicado junto al anterior como los artífices de tan macabro proyecto.
Sin embargo, la experticia es amplia, especialmente en el exilio. Después de su derrocamiento, João Goulart se convirtió en el primer presidente brasileño que murió en Argentina (1976), de un supuesto ataque al corazón. Dado que su cuerpo nunca fue sometido a una autopsia, la causa real de su deceso sigue siendo desconocida aunque relacionada con envenenamiento y asesinado como parte de la Operación Cóndor. Así mismo, el general Carlos Prats (chileno) fue exterminado por la DINA con un coche bomba en Buenos Aires; el espía de la Agencia directamente vinculado al caso Michael Townley aceptó su responsabilidad y está protegido en Estados Unidos.
Orlando Letelier, exfuncionario del Gobierno de Allende,  falleció en las mismas condiciones en Washington. El año 2005, el agente Townley vinculó al Gobierno de Chile con la toxina que presuntamente mató en 1982 al expresidente Eduardo Frei Montalva, contradictor de Pinochet. Obviamente Allende no saldría vivo de La Moneda pues, además de la logística aérea de la CIA, la orden era eliminarlo, algo que ocurrió.
Juan José Torres, presidente derrocado de Bolivia, fue asesinado también bajo el Plan Cóndor en Buenos Aires, en junio de 1976.
‘Coincidencialmente’ Jaime Roldós, presidente de Ecuador, y Omar Torrijos, fueron objeto de un desastre aéreo. Roldós, en oposición a dictadores e insobornable, decidió que los recursos naturales serían para el país como soberano, lo cual condujo a un ‘raro’ accidente de avioneta la que cayó cerca de una base estadounidense, desde la cual se retiraron los restos y acabó la investigación: testigos claves también murieron de modo infortunado antes de testificar. Torrijos, líder panameño, logró que a partir del 31 de diciembre de 1999 que el Canal de esta nación fuera devuelto en propiedad plena e incondicional, aunque  EE.UU. introdujo dos enmiendas que permitían el tránsito a sus embarcaciones en caso de emergencia y le facultaba para la intervención militar en dicho país.
El 31 de Julio de 1981, el pequeño avión en el que viajaba se ‘accidentó’, de modo similar a Roldós. Maurice Bishop, en Granada, ‘simplemente’ fue acribillado con su compañera.
En cuanto a la inoculación de cáncer artificialmente creado, en 1975 el Comité Selecto del Senado de Estados Unidos en su investigación sobre los complots de la CIA, descubrió que ésta había creado una pistola con dardos que causaban ataques cardíacos y cáncer a través de un veneno líquido congelado, con el espesor de un cabello humano y de sólo 0,6 centímetros de largo, el cual  podía penetrar la ropa, era casi imposible de detectar y no dejaba rastros en el cuerpo afectado.
En Venezuela, Hugo Chávez fue repentinamente objeto de un agravamiento de su cáncer que en menos de dos meses lo condujo a la tumba, pese a que tiempo atrás había mencionado sus temores respecto a los intentos de atentar contra su vida de modo sutil. Fidel Castro, después de años de convalecencia, logró recuperarse.
Faltan cientos de ejemplos de líderes ejecutados a través de los más diversos métodos, basados en el derecho a la excepcionalidad que significa estar por encima de las leyes divinas y humanas, es decir, ser superiores a todos los seres vivientes en este planeta con el derecho a arrogarse el destino de cada sujeto vivo en la tierra.
Un análisis desde lo humano-político  
Desde la Humanología como transdisciplina del comportamiento humano se puede comprender las mentalidades y, por tanto, la forma de pensar de ciertos sectores sociales. En el caso de las élites transnacionales, éstas tienen como fin primero y último la obtención del lucro, lo que los aliena en su comprensión del mundo: todo lo que sea necesario hacer para obtener riqueza está permitido, desde lo primario como amenazar o sobornar hasta eliminar por desaparición al contradictor o probable amenaza a sus intereses. Ello conduce a una forma de mirar y actuar que la gente normal no parece entender pese a que existe esa forma perversa del hacer delictual, muchas veces protegido por la ley o invisibilizado por la comunicación orientada a la oscuridad.
Si a los datos existentes se une esta forma de mirar a las personas (una cosmovisión cruel), se comprende con mayor claridad que determinados grupos sean capaces de hacer despiadada su acción. Al entenderlo así, cobran vida los diversos documentos desclasificados, los datos conocidos, las hipótesis producto de estudios profundos y se puede visualizar un espectro complejo que hoy queda claro: ya no hay que dudar pues así ha sido y se ha comprobado. Después de la reciente  reconfirmación que la CIA obligó a médicos de Guantánamo (concentración de presos en territorio arrebatado por las fuerza a Cuba) a realizar torturas con el fin de obtener confesiones de supuestos terroristas y a los psicólogos a violar todos los códigos de confidencialidad de modo aterrador (práctica muy común desde 1950), todo lo perverso es creíble.
La Agencia ha estado presente en el mundo y, especialmente en América Latina, para ejercer su mano negra provista de torturas, desapariciones, asesinatos, con un archivo implacable y muy rico en herramientas disuasivas. Casualmente en Miami se encuentra el principal lugar donde residen la mayor parte de los dictadores, empresarios, golpistas, torturadores, criminales, estafadores, acogidos bajo la protección de los Estados Unidos debido a que fueron artífices de la ‘democracia americana’, actualmente denominada modelo neoliberal.
Cuando hoy se comienza a percibir nítidamente que el asesinato de John Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, tiene la misma vinculación  por medio de un contacto llamado Lee Harvey Oswald, asesinado sólo dos días después por Jack Ruby (quien muere de cáncer), las razones criminales se vuelven poderosas para eliminar al presidente: negación al secretismo, injerencia, guerras internacionales, decisión de desenmascarar agencias ocultas, dejaron sentenciado su destino. Tal vez quitar a la FED (institución bancaria privada) la emisión de la moneda y hacerlo desde el Estado, junto con el apoyo a políticas palestinas, fueron determinantes para su eliminación.
Como anexos se comenta que Kwame Touré, fundador del Poder Negro, denunció que la CIA le había inyectado cáncer a la próstata, del cual falleció; Moshood Abiola, en Nigeria, y Rossie Douglas, murieron después de un cóctel que produjo expansión del corazón y ataque masivo al corazón respectivamente, pese a que ambos practicaban regularmente ejercicios, sindicándose a la Compañía de su asesinato.
Finalmente, no es dable decir que es un invento esta realidad sino que es cierto y lo que provoca es un rechazo a una política estadounidense de sometimiento y explotación a millones de personas, proceso que se encuentra en su fase de contención en la medida que se logre mantener la unidad y se desenmascare a los grupos antisoberanos. La defensa de esta organización es que siempre que ocurre algún problema en el mundo ‘le hechan la culpa’ y no ven en el interior de los países que es donde se encuentra la causa de lo que ocurre. Sin embargo, la tormenta Snowden mostró como esta organización internacional, al igual que la NSA, han estado atentas al mundo viendo cada microespacio a través de un selecto grupo de funcionarios, adoctrinados y temerosos de su deserción por lo que pueda ocurrirles a ellos y a sus familias. El castigo a Bradley Manning es el ejemplo que debe causar temor a todos supuestamente.
Como reflexión profunda, cabe pensar que es increíble como las garras de la represión CIA y sus trabajos sucios se extendieron por todo el orbe y aún continúan vigentes, desviando ahora la atención hacia la NSA (que es la misma organización con otra estructura). Por ello, el mundo debe tener los ojos muy abiertos pues en cada esquina el sicariato está expectante de atentar contra la libertad de pensamiento y la soberanía de los recursos.
Cabe a las naciones con Gobiernos autónomos, libertarios, en búsqueda de la equicracia, sostener con hidalguía el estandarte de la transparencia y, a su vez, desarrollar al máximo nivel la denuncia de estas agencias conspirativas que tienen como único fin establecer democracias restringidas para seguir usufructuando de las riquezas nacionales, derecho que posee la ciudadanía. Parece ser que las nubes grises comienzan a girar hacia el norte y el sur se despeja con aires puros de transformación social.
El autor, Carlos Santa María, es analista internacional.

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