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Guantánamo, base naval norteamericana: huelga de hambre contra la tortura

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Traducido por  Anna María Garriga Tarré

La huelga de hambre que siguen muchos prisioneros en la Bahía de Guantánamo es una protesta desesperada contra las atroces condiciones a las que se enfrentan. El Washington Post acaba de revelar que el Pentágono ha interceptado miles de correos electrónicos de los equipos de defensa y los ha puesto a disposición de los fiscales militares, poniendo de relieve hasta que punto las Comisiones Militares ad hoc que pretenden dictaminar sobre la suerte de los prisioneros carecen de cualquier garantía jurídica. Mas de una veintena de organizaciones jurídicas y de derechos humanos de EE UU, entre las que están Amnistía Internacional y la ACLU, han iniciado una nueva campaña para que la Administración Obama cierre la prisión de Guantánamo, creada en 2002 en un territorio administrado por el ejercito de EE UU pero fuera de la soberanía del país y, por lo tanto, donde no son de aplicación los derechos constitucionales de EE UU.— SP

No se habla mucho de ello en los principales medios de comunicación, pero los detenidos en el campo de prisioneros estadounidense de la Bahía de Guantánamo hace semanas que están en huelga de hambre y sus carceleros estadounidenses, a las órdenes de Barack Obama, han respondido con represalias brutales.

La huelga de hambre parece que empezó el 6 de febrero y ha ido creciendo hasta incluir a 100 de los 166 prisioneros del campo, según los abogados de los detenidos. Empezó debido a malos tratos – por ejemplo, registros en celdas que incluían los ejemplares del Corán de los prisioneros, lo que los musulmanes consideran una profanación religiosa – y el interminable limbo legal en el que se encuentran los detenidos de Guantánamo desde hace más de una década, después del comienzo de la « guerra contra el terror »

Ochenta y seis de los detenidos en la Bahía de Guantánamo fueron en realidad exculpados y deberían haber sido liberados hace ya años, pero siguen presos, ya sea porque el gobierno de EE UU prefiere no liberarlos o porque no se ha alcanzado ningún acuerdo entre EE UU y los países a los que deberían ser enviados.

Tal como comentó Amy Davidson, del New Yorker (1), además de estos 86 « hay varias docenas más que la Administración ha decidido simplemente retener, incluso sin suficiente evidencia para inculparlos, supuestamente en base a que parecen tener miedo. ¿Debido a su pasado o debido al escándalo que puede causar la historia de su detención en Guantánamo? Sin un juicio ¿como saberlo ? »

Según los abogados de los detenidos, la gran mayoría de los prisioneros de los Campos Cinco y Seis – alojamiento de los detenidos de grado menor que no se enfrentan a cargos ante una comisión militar– están en huelga de hambre. La mayoría de los prisioneros de Guantánamo se encuentran en los campos Cinco y Seis, pero los militares han reconocido oficialmente a solo 31 prisioneros en huelga de hambre.

El Capitán Robert Durand, uno de los portavoces militares, se quejó al New York Times de que la huelga de hambre era una «acción orquestada para llamar la atención de los medios de comunicación» — y casi parecía que esperara simpatía para con los carceleros. « Los huelguistas de hambre han creado una situación desagradable difícil de resolver » dijo. « No han presentado reivindicaciones que podamos cumplir ».

Ramzi Kassem, un profesor de derecho de la City University de New York que representa a varios detenidos, declaró al New York Times (2) que dos de sus clientes — Moath Hamza Ahmed al-Alwi, que está detenido en el Campo Seis, y Mahmoud Faraj, que está detenido en el Campo Cinco – han perdido unas 30 libras de peso desde el comienzo de la huelga de hambre. Según Kassem, aparte de varios prisioneros de avanzada edad, «ninguno acepta alimentos de las autoridades penitenciarias…Los prisioneros no comen nada, sobreviven solamente a base de agua».

El abogado público Carlos Warner, de Ohio, defensor de un prisionero kuwaití llamado Fayez al-Kandari, escribió en una carta reciente al Secretario de Defensa Chuck Hagel que su cliente había perdido 32 libras. En una entrevista en la CNN (3), la semana pasada, Warner declaró que las condiciones son extremas y que los funcionarios de EE UU « echan leña al fuego con su opresiva caza al hombre y confiscando cosas a las que se han acostumbrado durante años…Se trata de frustración; se trata de que la administración Obama ignora absolutamente Guantánamo »

Según la periodista Carol Rosenberg del Miami Herald (4), a medida que las condiciones de los huelguistas del Campo Seis empeoran, se van trasladando al Campo 5, de máxima seguridad, donde se les instala en las celdas individuales minúsculas de 8X12 pies en las que es más fácil aplicarles alimentación por sonda ».

El asesor cultural musulmán de los prisioneros dijo a Rosenberg (5), « van en serio, han perdido la esperanza ».

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Pero según muchas voces en los medios de comunicación de EE UU, los detenidos no tienen nada de que quejarse.

En un artículo en el Business Insider (6), Robert Johnson afirma que las condiciones en el campo son « absurdamente buenas ». Añadía que no podía creer la historia de los detenidos ya que « es difícil de creer que los guardias, que ya tienen que habérselas con las dificultades de su puesto, se dediquen a hacer más dura la vida (de los detenidos) ».

Las condiciones, insiste Johnson, son parecidas al « tratamiento en un resort ».

Tal como replicó en The Guardian Glenn Greenwald (7), un comentarista de izquierdas : « la manipulación de « periodistas » ingenuos, insulsos y serviles para soltar esta propaganda de cartón piedra a lo Potemkin, con visitas acordadas con los militares, no es ninguna novedad. Se está haciendo casi desde que el campo fue abierto ».

Una de las muchas cosas que Johnson no vio, evidentemente, es la alimentación forzada de al menos 10 prisioneros – que EE UU admite haber hecho. La alimentación forzada es un procedimiento brutal que ha sido utilizado en otras ocasiones para causar daño y disuadir así las huelgas de hambre.

En 2005, Julia Tarver, una abogada del Centro de Derechos Constitucionales, describió el proceso de alimentación forzada después de entrevistar a sus clientes (8) :

Los detenidos fueron vejados verbalmente e insultados y fueron inmovilizados de cabeza a los pies. Tenían grilletes u otras ataduras en sus brazos, piernas, cintura, pecho, rodillas y cabeza… Inmovilizados de esta forma se les administraba medicación intravenosa (con frecuencia bastante dolorosa ya que el personal médico inexperto parecía incapaz de localizar las venas adecuadas). Sus brazos estaban hinchados debido a los múltiples intentos de clavarles agujas intravenosas….Si se movían, les pinchaban en el pecho / corazón…

Delante de los médicos de Guantánamo – incluido el jefe del hospital de los detenidos – los guardias sacaban sondas (naso gástricas) de los detenidos y sin ningún tipo de medida higiénica lo reinsertaban en la nariz de otro detenido. Cuando estas sondas se reinsertaban, los detenidos podían ver la sangre y la bilis estomacal de otros detenidos pegados a ellas.

Más abominables son todavía las informaciones de que actualmente los militares deniegan el acceso al agua potable a los huelguistas del hambre. Los detenidos dicen que el agua de los grifos de sus celdas no es potable—y que los militares han empezado a negarles el agua embotellada. Los abogados de los detenidos dicen también que los militares han apagado el aire acondicionado en las celdas. Los oficiales militares niegan todas estas afirmaciones.

« La realidad es que todos estos hombres se están apagando lentamente y nosotros, como nación, debemos actuar inmediatamente » dijo a la Associated Press, Mari Newman, una abogada de derechos humanos de Denver (9).

Newman forma parte de un grupo de abogados que la semana pasada entregaron una petición a un tribunal de Washington quejándose de las malas condiciones. En ella los abogados dicen que la falta de agua potable ha « causado ya a algunos prisioneros problemas de riñón, urinarios y estomacales »– además de los efectos sobre la salud de la huelga de hambre.

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Por su parte, la administración Obama ha rechazado responder a las preguntas sobre la huelga de hambre —excepto para decir, como hizo la semana pasad el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest, que la administración « continúa comprometida con el cierre de las instalaciones de la Bahía de Guantánamo ».

Pero según Rosenberg, del Miami Herald, el fracaso de la administración Obama en el cumplimiento de sus promesas de cerrar el campo de prisioneros puede haber añadido más frustración a los prisioneros. Rosenberg afirma que fue más o menos coincidiendo con la to
ma de posesión de Obama este año cuando las tensiones en el campo empezaron a crecer:

A lo largo del primer mandato de Obama, que empezó con la promesa del cierre del centro de detención de Guantánamo en enero 2010, el Campo 6 se presentaba como un modelo de prisión para prisioneros de guerra – y un grupo de trabajo determinó en 2009 la puesta en libertad de muchos de los cautivos. Actualmente, transcurridos más de tres años, casi 90 cautivos deberían estar en libertad, pero están todavía en Guantánamo debido a una combinación de restricciones congresuales y falta de un lugar donde enviarlos.

No son solo restricciones congresuales. Los antiguos planes de Obama de « cerrar » el campo de prisioneros no eran más que un plan para redistribuir a los detenidos en territorio de los EE UU, pero manteniendo la detención indefinidamente. Durante su presidencia, Obama se ha mantenido en silencio respecto al tratamiento de castigo al que están sujetos los prisioneros. Tal como ha señalado Glenn Greenwald:

Cualquiera que sea la verdad respecto al campo, la gran mayoría de estos detenidos han sido mantenidos en una jaula durante años – algunos más de una década – sin que se les pueda haber culpado de nada. No han visto a sus familias durante años. Diez prisioneros han muerto en el campo, el último de ellos tan solo hace cuatro meses bajo circunstancias muy sospechosas (según los militares, el invitado del resort, a pesar de todos los lujos a su alcance, se suicidó). Por lo menos otra media docena de invitados del resort se han suicidado, el último de ellos (antes del de noviembre de 2012) a mediados del 2011.

Para los detenidos, sin un final en vista de su cautiverio, la huelga de hambre es su último recurso. No deberíamos permitir que la Administración Obama eluda su responsabilidad.

NOTAS:

[1] http://www.newyorker.com/online/blogs/closeread/2013/03/guantanamos-hunger-strike-by-the-numbers.html

[2] http://www.nytimes.com/2013/03/26/us/guantanamo-hunger-strike-appears-to-widen.html

[3] http://amanpour.blogs.cnn.com/2013/03/27/guantanamo-prisoners/

[4] http://www.miamiherald.com/2013/03/24/3303644/at-guantanamo-camps-war-on-terror.html

[5] http://www.miamiherald.com/2013/03/24/3303644/at-guantanamo-camps-war-on-terror.html

[6] http://www.businessinsider.com/guantanamo-hunger-strike-2013-3

[7] http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2013/mar/28/guantanamo-hunger-strikepropaganda#.

UVR99R8NGF8.facebook

[8] http://www.commondreams.org/news2005/1019-17.htm

[9] http://news.yahoo.com/striking-guantanamo-prisoners-water-denied-152817946.html

[10] http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0

 

Gracias a: Sin Permiso
Fuente: http://socialistworker.org/print/2013/04/01/torturing-hunger-strikers
Fecha de publicación del artículo original: 01/04/2013
URL de esta página en Tlaxcala: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=9510

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