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La Escuela Nacional Unificada (ENU, febrero, 1973)

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Preámbulo palábrico
Uno de los rasgos que vienen definiendo nuestro actual carácter social, moldeado a partir de las traumáticas experiencias colectivas vividas en los años 70/80 y desde las interesadas matrices exógenas, es la ‘amnesia histórica’, la cual se trasunta, entre otras vías, a través del lenguaje. Durante la dictadura, y aún, se ha intentado ningunear o execrar palabras, e instalar otras. Entre las primeras, por ejemplo: clase social, Allende, Unidad Popular, pueblo, ENU, Liceo; entre las segundas (nuevas palabras instaladas): gente, colegio, competividad, universidades ‘privadas’, ‘americano’, Oh, my God!, yes!!!, rating, zapping, reality-show, ranking. La pérdida de nuestra idiosincrasia lingüística se acelera propugnando la universalización del inglés en los ‘colegios’. Sobre la comunicación semántica, las transmisiones icónicas, la influencia de la medios, los objetivos de nuestra educación formal, habría mucho que decir pero, por ahora, nos interesa puntualmente aquí consignar la suerte de ‘demonización’ que se ha pretendido atribuir al referente ‘Escuela Nacional Unificada’ (ENU), borrándolo del escenario histórico-educativo chileno. Nuestro intento es presentar su contenido ideo-valórico y su estrecha conexión con la tradición cultural y con el presente y futuro de nuestro proceso educativo, sin dejar de lado sus limitaciones como proyecto inconcluso.
Contexto gremial y socio-pedagógico
Culminando un largo proceso de unificación gremial docente, en septiembre de 1970 se forma el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (S.U.T.E.), cuyo concurso fue decisivo en la elaboración de la E.N.U. (Febrero, 1973).
Si bien en Chile se sucedieron varias reformas educativas, en ninguna de ellas se reeditó la participación y compromiso gremial-docente como la gestada en 1927-1928 (Decreto N° 7.500), y más bien se operó acatando directrices internacionales (principalmente de Estados Unidos), a través de la intervención de expertos y de equipos (Comisiones) de planificación y operativos (aunque, eso sí, entonces eran educadores), perdiendo aquella originalidad y acento diferencial propio que distinguiera lo obrado en aquel bienio, principalmente por el protagonismo decisivo de los actores sociales del proceso educativo.
Fue la Reforma de 1965 (Eduardo Frei) –con aportes de la anterior Comisión de Planeamiento Integral de la Educación chilena (Jorge Alessandri, 1962)– la que alcanzó niveles de mayor alcance organizacional y técnico-pedagógico, persistiendo, sin embargo, sin solucionar, los macroproblemas educacionales, tanto en el plano cuantitativo como cualitativo.
Es en este contexto social, con el Magisterio unificado sindicalmente y con una situación educacional crítica y aún deficitaria, que asume la Presidencia Salvador Allende (1970) inaugurando el Gobierno de la Unidad Popular, uno de cuyos Programas más representativos y polémicos fuese el Proyecto de Escuela Nacional Unificada, síntesis simbiótica de las sentidas aspiraciones magisteriales y de los postulados recurrentes que se venían proclamando a través de las reformas técnico-pedagógicas, desde comienzos de siglo en nuestro país.
Desde la Convocatoria a la Asamblea Constituyente del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (SUTE), en Julio de 1970, hasta su Primer Congreso Nacional (18-20 de diciembre de 1971), su preocupación prioritaria fue la necesaria Reforma que demandaba el sistema educacional chileno, muy coincidentemente con lo planteado en el Programa Básico de la Unidad Popular (UP), en el sentido de procurar las transformaciones educacionales, ya no sólo a cargo de técnicos, sino participativa y democráticamente. Por su parte, el Presidente Allende junto con nombrar ministro de Educación al Vicepresidente del SUTE, profesor Mario Astorga, declaraba “1971” como el año de la ‘democratización educacional’, anunciando ya una Gran Convención educacional: el futuro Congreso Nacional de Educación, realizado bajo el patrocinio del SUTE, la CUT y el MINEDUC en diciembre de 1971. El gremio docente unitariamente aunó, organizó e implementó el proceso de discusión y elaboración del Proyecto ESCUELA NACIONAL UNIFICADA (ENU), por la vía del SUTE, y a través de los Congresos locales y provinciales que antecedieron al Congreso Nacional.
En lo importante, fue aquel Congreso el que aprobó y avaló con sus conclusiones, compartidas mayoritariamente por el casi millar de delegados representativos de la comunidad nacional, no sólo una filosofía y política educacional, sino concreta y unánimemente (Informe Único Comisión Nº 4) la Escuela Nacional Unificada como institución representativa de la nueva educación.
Basado en tales precedentes el Presidente Allende, en su Mensaje de 21 de Mayo de 1972, con propiedad, pudo afirmar:
“Interpretando antiguas aspiraciones del Magisterio y de la clase trabajadora y teniendo en consideración el Programa Básico y las proposiciones del Congreso Nacional de Educación, el Ministerio del ramo orientará su acción y líneas estratégicas de política educacional… de un auténtico Sistema Nacional de Educación… de carácter nacional, productivo, científico, social e integral… con objetivos: … igualdad de oportunidades para la incorporación y permanencia… favorecer el pleno desarrollo de las capacidades y singularidades humanas y de integración social …, constituye un sistema regular unificado, ligado estrechamente al desarrollo económico, social y cultural del país, a través de una nueva organización escolar… (y) descentralizado…, garantizar a los trabajadores de la educación las mejores condiciones sociales, profesionales y funcionarias… y promover la participación democrática, directa y responsable de todos los trabajadores de la educación y de la comunidad en la transformación del sistema educacional.”
Será este marco de referencia y estos predicamentos los que orientarán los lineamientos y disposiciones contenidas en el Proyecto ENU de 1973. El afán de cumplir con la garantía de participación ciudadana llevará al MINEDUC a extender el lapso de discusión a través de un Debate Nacional sobre Educación, a cargo del Consejo Nacional de Educación, con un plazo que se cerraba el 31 de julio de 1973, bajo el lema “Por una educación nacional, democrática, pluralista y popular”. Y fue esta compuerta agregada la que posibilitó la desfasada acción política de la oposición, muy bien orquestada a través de ‘El Mercurio’ y sectores económicos, eclesiásticos (con un particular doble estándar) y castrenses, logrando no solamente frustrar la implementación del Proyecto educativo, sino gatillar –sumados múltiples factores externos e internos– el Golpe militar que asolara y talara, durante 17 años, los predios educacionales y culturales cultivados tan fecunda y constructivamente por la acción gremial-docente, estudiantil y sindical chilena durante tantas décadas. Todo ello fue cercenado de un plumazo, en forma arbitraria e inconsulta, instaurándose un sistema subsidiario, privatizante y segregacionista, cuyas secuelas estamos sufriendo hoy en todas las áreas y niveles educacionales, a pesar de la presencia de tres gobiernos democráticos.
El texto de la E.N.U.
El Informe de 30 de enero y publicado en febrero de 1973, se inicia con una Introducción, en la cual se reitera: La voluntad unánime del Primer Congreso Nacional de Educación se pronunció sobre la necesidad de construir la Escuela Nacional Unificada… que haga realidad la educación permanente… El documento consta de 15 páginas y se estructura en 7 acápites: presentación, fundamentos, caracterización, objetivos, estructura, educación general y politécnica, y acciones y requisitos para poner en marcha la E.N.U. De su contenido extraeremos aquí, sólo algunas de sus ideas-matrices
(1) basada en el desenvolvimiento de las fuerzas productivas… y en una auténtica democracia y justicia social… un Sistema Nacional que haga realidad la atención educacional a los individuos desde el nacimiento hasta la ancianidad… (educación permanente)… apoyarse en los más avanzados logros culturales, científicos y tecnológicos… de acuerdo a criterios de unidad, continuidad, diversificación y democratización… con: Area de Educación Regular: conforme a los requerimientos de los diversos momentos del desarrollo psicobiológico de los educandos, y Area de Educación Extra-escolar… La ENU se insertará en el área de educación regular… se construirá a partir de la experiencia y de la capacidad de respuesta del pueblo chileno…
(2)… la educación chilena… posee una rica tradición de investigación y cambio del magisterio… y de los especialistas en educación… han ensayado… innovaciones concretas…
(3)… La E.N.U. será: nacional (identidad y soberanía), unificada (unidad del proceso de crecimiento psicobiológico y social…), diversificada (necesidades diferenciadas… regiones y comunidades locales y del desarrollo individual), democrática, pluralista, productiva, integrada a la comunidad, científica y tecnológica, humanista y planificada…
(4)… Objetivos: unidad de teoría y práctica, estudio y trabajo productivo en términos que permitan la formación de un pueblo capacitado para superar el subdesarrollo y dotado de la energía creadora necesaria para dar nacimiento a una cultura auténtica y propia… formación armónica de la personalidad… el desarrollo físico, moral, estético y técnico… para la convivencia democrática y el compromiso social… condiciones adecuadas de salud… el trabajo como elemento activo en la formación… exaltar la nacionalidad… cultivo de los valores y productos culturales autóctonos… necesidades de progreso regional y local…
(5)… Educación Parvularia, Educación General y Politécnica…
(6)… ENU: institución… que considerará la realidad sociocultural en que se emplaza y las decisiones de la planificación nacional, regional y local… como Complejos Educacionales o Unidades Escolares… a través de Ensayos… las actuales Escuelas Consolidadas podrán ser organizadas… como Unidades Escolares completas y/o ser integradas a los Complejos… asociar… una Escuela Normal o sede universitaria para los efectos en materia de investigación, formación y perfeccionamiento del profesorado… la ENU tendrá carácter coeducacional… La educación particular reconocida por el Estado mantendrá su organización administrativa actual y todos sus deberes y obligaciones… deberá adoptar los contenidos y estructura curricular de la ENU… El Estado ofrecerá a la educación privada el acceso a los recursos y facilidades que se brindan a los establecimientos fiscales… podrán optar libremente por incorporarse al funcionamiento de los Complejos Educacionales, sin perder su calidad de establecimientos privados…
(7)… Atención educacional universal progresiva… (se establecen, luego, medidas de implementación programada en primeros grados, con plazos, modalidades de ensayo y evaluación)… (y)… Medidas de apoyo: poner en práctica el Decreto de Democratización … y… difusión del proceso… Formación y perfeccionamiento del personal: formación unificada de las nuevas generaciones de maestros… en especial… de educación politécnica y tecnológica… medidas de perfeccionamiento… homologar el régimen de nombramiento y la jornada de trabajo, completa, con un sueldo base común y las asignaciones complementarias a que haya lugar… En lo administrativo: una Ley Orgánica de Educación deberá establecer la nueva estructura del Sistema Nacional de Educación, reorganizar la administración de los servicios, crear la carrera del magisterio y regular el status profesional y funcionario de éste, conforme a las características de la Escuela Nacional Unificada…
Dadas tales características, la Comisión Técnica correspondiente sostenía que la idea de la ENU no es más que una concreción de un conjunto de valores e ideas manejadas en torno a la Educación por las generaciones pasadas, con el fin de hacerla funcional al desarrollo cultural, social y económico del país. Convergentemente con lo postulado gremial y técnico-profesionalmente en aquellos eventos y disposiciones oficiales de la década de los 20, aquí se reeditan y actualizan principios y criterios de política y organización educacional, tales como:
– Se reafirma el principio de que la Educación, como función social organizada, corresponde al Estado.
– Se aplican principios de Unidad, Continuidad, Diversidad e Integración.
– Se cautela la participación de la educación particular como cooperadora de la función educacional del Estado, en conformidad a los Planes, Programas y Reglamentos oficiales.
– Se equilibran las dimensiones individuales (personalidad, desarrollo psico-biológico, diferencias y singularidades, creatividad) y sociales (convivencia democrática, compromiso social, productividad, solidaridad).
– Se enuncian valores de nacionalidad, cultura e identidad propias, y normativas de salud, recreación y bienestar físico y psico-social.
– Se cautela y resignifica el rol fundamental del Magisterio, a través del mejoramiento homologado de su estatus socioeconómico y profesional, de la propuesta de una Escuela única de Pedagogía y de su perfeccionamiento permanente.
– Se valora el trabajo como instancia formativa y productora, acorde con las características de los educandos y las necesidades regionales y nacionales.
– Se consagra la coeducación en el sistema integral.
– La Escuela se democratiza e integra efectivamente a la comunidad, a través de la participación múltiple y representativa, respetando las diferencias socio-culturales y económicas en los niveles regionales y locales, constituyéndose, así, en comunidad de vida y de trabajo.
XVI. Proyecciones
En síntesis, podemos concluir que, efectivamente, se evidencia una notable continuidad de principios socio-pedagógicos y criterios organizacionales propugnados durante todo el siglo XX, desde aquella Reforma de 1927.
Sin embargo, desde el 73 se ha ocultado su significación histórico-educativa; más aún, las ideas plasmadas en el Informe naufragaron junto con la regimentación y represión ejercida sobre el Magisterio durante el régimen militar, incluyendo la desarticulación de la Universidad de Chile, la pauperización de las Universidades estatales, la proliferación de establecimientos educacionales bajo el signo neoliberal de la ‘subsidiariedad’ (libre mercado) y, en fin, la municipalizacion del sistema.
Los intentos posteriores de reformar la educación chilena no sólo no han cambiado sus bases economicistas sino que las han aceptado y reforzado, generando una galopante privatización de ella, con las funestas consecuencias discriminatorias en lo social y con los pobres resultados en cuanto a logros efectivos de los aprendizajes en sus distintos niveles, como son los que se están evidenciando en el escenario educativo chileno actual.
Aquella participación protagónica que distinguieran los Proyectos de 1927 y 1973 se extinguió, siendo reemplazada a través de ‘expertos’, muchos de ellos no docentes, cuyas matrices y paradigmas no han tenido sus fundamentos en las características distintivas de nuestro país. Antes bien, han respondido y siguen correspondiendo a modelos extranjeros, español en el caso de la Reforma, y europeo (Bolonia, Tunning) en el de los cambios postulados en la educación superior, particularmente en la formación docente. Lo que prima hoy son los cánones globalizantes del sistema económico neoliberal, las directrices del Banco Mundial, los criterios de competitividad y eficiencia bancaria, la finalidad de servir tales motivaciones exógenas e intereses monetarios, antes que los pertinentes a la realidad latinoamericana y al perfil psicosocial del pueblo chileno y sus expectativas.
Al cumplirse más de tres décadas del Proyecto ENU y dado el interesado silenciamiento y estigmatización respecto a su real contenido y proyección educacional y gremial-profesional, pensamos que resulta relevante rescatar y revalorizar su impronta y su legado, aglutinante y representativo de la tradición que había unificado el pensamiento y la acción gremial del profesorado chileno durante el pasado siglo. Sus principios e ideas matrices siguen vigentes y reverberan en los actuales intentos de reforma educacional (aunque no hayan sido conscientemente acogidos ni menos, reconocidos). Más aún, es desde este marco de referencia histórico-social que tenemos que proyectar, con identidad e integridad socio-cultural propia y con el soporte de la rica experiencia pedagógica chilena, una construcción sólida y coherente de la Educación Pública del siglo XXI.
FUENTES REFERENCIALES
Bowen, J. y Hobson. P. Teorías en educación, Ed. Limusa, México, 1996.
Palacios, G. Historia de la Educación: 5 ensayos, Ed. República, 1993.
Rubilar L. Juicio a la Educación chilena, Punto Final, Nº 375, 1996.
Suárez W. et al. Perspectivas de estructura y funcionamiento de la Educación chilena, Ed. U.T.E., Santiago, 1971.
MINEDUC. Congreso Nacional de Educación: Temario y Primer Aporte a sus debates, Septiembre, 1971.
Informe sobre Escuela Nacional Unificada, Febrero, 1973.
Revista de Educación Nº. 36 y 39 (1972) y 43 (1973).
Antecedentes para la fundamentación de la ENU, Marzo, 1973.
Debate Nacional sobre Educación, Suplemento, 1973.
VARIOS Los desafíos de la educación chilena frente al siglo XXI, Ed. Universitaria, 1994.

*Fuente: Revista Extramuros N° 3

Redacción piensaChile, 24.04.2014, Recomendamos leer tambien:
10 momentos clave para entender nuestra historia como Movimiento Educativo Popular

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2 Comentarios

  1. pablo

    yo soy de esa generacion….pero el sueño sigue existiendo

  2. Galia Libertad

    agradezco la información, mas ahora que cada vez mas olvidamos de donde somos, donde el capitalismo y la poca hermandad gobiernan en un territorio extenso del pensamiento. la lucha no acaba, es un proceso largo, pero con fe y buena disposición a un cambio necesario en el ahora y siempre se hara posible.

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