Mes de la Revolucionaria Historia de los Negros
por Mumía Abú-Jamal (EE.UU.)
13 años atrás 7 min lectura
21/1/2012
Como otra vez se acerca febrero, los periódicos y las estaciones de televisión van a tener programas con más rostros negros que de costumbre. Algunos van a pasar películas de largo metraje, o cortos documentales, y algunos van a tener programas de historia para celebrar el Mes de la Historia de los Negros
Seguramente, se volverá a ver y escuchar el discurso de la épica «Marcha a Washington» de Martin Luther King Jr., en la copia granulada de la cinta en blanco y negro, verdadero símbolo de una era que ya se fue, y otra vez se oirá la frase clásica, «¡Gracias Dios Todopoderoso, ahora ya somos libres!» ~ frase que en su triste e irónica repetición, es burla de la verdadera situación de la gran mayoría de los negros en los Estados Unidos.
Una cinta grabada que indudablemente no será vista por la televisión es la de la última conferencia de prensa del primer (y quizás el único) Juez negro de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, Thurgood Marshall, viejo y enfermo, pero en absoluto control de sus facultades y pensamiento, anunció, «Yo todavía no soy libre.»
Para millones de negros norteamericanos, este, Mes de la Historia de los Negros, aún cuando quizás esté lleno de símbolos, llega en medio de la más grande pérdida colectiva de bienes en nuestra historia: paralizante pérdida de empleos, constante pérdida de viviendas, escuelas públicas que corrompen en vez de educar, rabioso terrorismo policial, y quizás el más alto porcentaje en encarcelamiento de negros en la historia de los Estados Unidos, y lo que todo eso implica.
Que tengamos el Mes de la Historia de los Negros lo debemos a los Movimientos de Liberación de los Negros de los años ’60s, y a la tenaz persistencia del historiador negro, Carter G. Woodson, quien nos dió La Semana de la Historia de los Negros, allá por los 1920s! Pero, empezó, como empiezan todas las luchas progresistas, con el Movimiento.
Si las madres y las abuelas negras, y después los alumnos negros de las escuelas, no hubieran seguido a Martin Luther King, hoy no conoceríamos su nombre, excepto quizás por una nota al pie de un escrito sobre historia. Porque, sin adherentes, no hay movimiento — y en consecuencia, no hay progreso.
El desaparecido, gran historiador revolucionario marxista, C.L.R. James, en su libro más importante, Jacobinos Negros, una Historia de la Revolución Haitiana, (Black Jacobins, a History of the Haitian Revolution), muestra como los líderes – incluso el General Toussaint L’Ouverture – repetidamente trataron de traicionar la Revolución, y confrontaron dos fuerzas inflexibles -la obstinación racista del gobierno francés de Napoleón (que quería restablecer la esclavitud), y la militancia de los soldados negros, que llevaron adelante la Revolución.
¿Porqué todo ésto? El pueblo hace la historia, mediante movimientos de masa, que a veces van más rápido y más allá de lo que los líderes quieren. Y las masas hacen y sostienen las revoluciones – a veces a pesar de los «líderes» cuyo instinto es traicionar la Revolución.
En un preámbulo a una de las muchas ediciones de Jacobinos Negros, James nos recuerda que, «…fueron los esclavos los que hicieron la Revolución. Muchos de los líderes esclavos, líderes hasta el final, no sabían leer ni escribir.» (James, xvi)
Sin embargo, ellos ciertamente sabían como luchar.
Los africanos, por cientos de miles, rompieron las cadenas y, aún cuando no tenían ni un centavo, hambrientos, y con cicatrices por los azotes del cautiverio, encontraron armas y la voluntad de luchar por su libertad contra los defensores de la esclavitud: Francia, Inglaterra y España. Los negros africanos vencieron a todos ellos porque su hambre de libertad era más fuerte que cualquier otra cosa.
¡MÁS FUERTE QUE CUALQUIER OTRA COSA!
Y haciendo eso, los negros cambiaron la historia del mundo.
Ellos hicieron pedazos los sueños franceses de un imperio en el continente americano; y facilitaron que los Estados Unidos doblara de territorio al comprar Luisiana a Napoleón.
Los negros también hicieron lo que ningún ejército de «esclavos» jamás ha hecho en la historia moderna o antigua: esclavos negros derrotaron a un imperio.
Esa es la Revolucionaria Historia de los Negros –y mucho merece ser recordada durante el Mes de la Historia de los Negros.
(c) ’12 maj
Traducción libre del inglés enviado por
Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com,
hecha en REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas.
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For a Revolutionary Black History Month
Mumia Abu Jamal
As we once again approach February, the papers and TV stations will feature programming that shows more Black faces than usual. Some will show movies, some documentaries and some will feature history in celebration of Black History Month.
Undoubtedly, Martin Luther King Jr’s epic «March on Washington» speech will be samples, its grainy, black and white videotape the very symbol of a bygone era, and it’s key catchphrase….Thank God Almighty, we’re free at last!» ~ a haunting and ironic mockery of the real state of most of Black America.
One tape that invariably will not be shown is one of the final press conferences of the nation’s first (and perhaps only) Black U.S. Supreme Court Justice, Thurgood Marshall, aged and ill, yet with the presence of mind to announce, «I’m still not free.»
For millions of Black Americans, this Black History Month, while perhaps rich in symbol, comes amidst the greatest loss of collective assets in our history, crippling joblessness, haunting home foreclosures, public schools that perform more mis-education than education, rabid police terrorism and perhaps the highest Black incarceration rates in U.S. history, and all that entails.
That we have Black History Month at all is due to the Black Freedom Movements of the ’60’s, and the dogged persistence of Black Historian, Carter G. Woodson, who began his efforts with Negro History Week, back in the 1920’s! Yet, it begins, as do all struggles for progress, with the Movement.
If Black mothers and grandmothers, and later Black schoolchildren, didn’t follow King, we wouldn’t know his name, except perhaps as an Historical footnote. For, without followers, there is no movement – and thus no progress.
The late, great Marxist Revolutionary historian, C.L.R. James, in his finest work, Black Jacobins, a History of the Haitian Revolution, illustrates how the leadership – including Gen. Toussaint L’Ouverture – tried repeatedly to betray the Revolution, on to face two immovable forces -the racist recalcitrance of the French government of Napoleon (who wanted to restore slavery), and the militancy of the Black soldiers, who pushed onward to Revolution.
The point? People make history, by mass movements, often ones which go faster and further than the leaders want. And masses make and sustain revolutions – often against ‘leaders’ whose every instinct is to betray them.
In a forward to one of the many editions of Black Jacobins, James reminds us, «…that it was the slaves who had made the Revolution. Many of the slave leaders to the end were unable to read or write» (James, xvi)
But they sure knew how to fight.
Africans, by the tens of thousands, broke their chains, and though penniless, hungry, and scarred by the ravages of bondage, found weapons and the will to fight for freedom against the defenders of slavery: France, Britain, and Spain. They beat them all, because their hunger for freedom was greater than anything.
ANYTHING.
And by so doing they changed world history.
They shattered French dreams of an American Empire; and enabled the U.S. to double in size after it’s purchase of Louisiana from Napoleon.
They also did what no ‘slave’ army had ever done in modern or ancient history. They defeated an empire.
That is Revolutionary Black History —and it deserves to be remembered during Black History Month.
(c) ’12 maj
*Fuente: Mariátegui
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