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El ministro Lavín no ha respondido a la ciudadanía

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 DECLARACIÓN PÚBLICA

Hace ya tres semanas que el ministro Lavín anunció la
reducción de horas de los sectores de historia, 
geografía y  ciencias sociales,
y  educación tecnológica del currículum
nacional, medida que ha provocado numerosas y autorizadas manifestaciones de
rechazo, al tiempo que las demandas de debate sobre la fundamentación de las
medidas anunciadas no han sido satisfechas. Hasta la fecha, el Ministro de
Educación, principal responsable de estos cambios, no ha dado una respuesta
adecuada a los emplazamientos hechos desatendiendo  las diversas solicitudes provenientes de la
ciudadanía. Las medidas anunciadas son de importancia y resultan insidiosas y
peligrosas para la formación de nuestros niños y niñas. Estas iniciativas
son,  tanto en la forma como en el fondo,
un agravio a la convivencia democrática y a la participación ciudadana,  y una expresión de autoritarismo y secretismo
que nuestra sociedad no merece.

Nos parece que esta disminución horaria obedece a una visión
sesgada de la educación, que restringe significativamente la opción de entregar
una formación amplia a nuestros estudiantes, limitando sus posibilidades de
transformarse en sujetos capaces de aportar críticamente al desarrollo de la
sociedad. Con esta medida, se sigue reduciendo la educación al entrenamiento de
habilidades funcionales para el mundo laboral y se debilita la formación de
personas que puedan convertirse en ciudadanos y ciudadanas activas y críticas,
con conciencia de su pasado y su identidad y como sujetos responsables de su
entorno y de su futuro, capaces de entender el mundo en que viven en su
diversidad y riqueza, con pluralismo y capacidad de integración.

Nos oponemos a la decisión ministerial por que muestra un
claro desconocimiento del debate sobre el tema y se funda en la presentación de
argumentos parciales y tergiversados sobre lo que conduciría al mejoramiento
educativo, inspirados en experiencias internacionales parciales y completamente
ajenas a nuestra realidad social, económica y cultural. Sorprende, de hecho, la
total carencia de ideas y argumentos que trasciendan la reduccionista y
caprichosa  idea de que los sectores de
matemáticas y lenguaje son la base de toda educación.

Consideramos que la medida no tiene fundamentos pedagógicos
suficientes, dado que no es el aumento de horas lo que gatilla el cambio, sino
la forma en que se trabaja con ellas y la disponibilidad de espacios para el
adecuado trabajo profesional de los docentes. Esta iniciativa desconoce, a su
vez, la importancia de la lectura como herramienta para la comprensión del
mundo, así como el aporte fundamental que hacen en esa dirección el estudio de
la historia, la geografía y las ciencias sociales, áreas que con una adecuada
estrategia, fortalecen la competencia lectora de nuestros estudiantes. La
reducción horaria, en ese sentido, produce un desequilibrio en la formación y
no beneficia en nada la educación de nuestros niños, salvo en el entrenamiento
para pruebas estandarizadas. 

La inconsistencia de esta medida tiene que ver también con
su carácter inconsulto y autoritario, diseñada por el  gabinete ministerial que da la espalda a la
comunidad nacional y escolar, que no considera la opinión de los especialistas
y que desconoce la realidad educativa y las causas profundas de los problemas
que aquejan a nuestra educación.

El impacto negativo de la reducción de horas en áreas
relevantes, se verá acentuado con las otras iniciativas que el Ministerio ha
impulsado en el marco del proyecto de Ley, ya que este, desde un modelo de
control gerencial, refuerza el entrenamiento en torno a metas
descontextualizadas y a evaluaciones estandarizadas, bajo la lógica de
premio-castigo y de la competencia entre escuelas, buscando resultados
inmediatos que se pretenden convertir en lo que no son: un barómetro de la
"calidad" de la educación.

En los hechos, el Ministro Lavín y su equipo, están
hipotecando el futuro de los niños, impidiendo su formación integral y su
desarrollo como personas pensantes y creativas. Por ello, emplazamos al
Ministro a terminar con el autoritarismo, a no seguir dando la espalda a la
comunidad y a considerar la opinión de los demás actores involucrados, como la
del propio Consejo Nacional de Educación, instancia especializada que ha puesto
al descubierto la inconsistencia de este tipo de decisiones.

En definitiva, es la comunidad educativa entera la  que ve con perplejidad e impotencia como se
empobrece aún más nuestro sistema educacional, lo que hace urgente que se
derogue la reducción horaria y se discutan democráticamente las iniciativas
impulsadas en el último tiempo, abriendo una discusión amplia, participativa y
con fundamentos, para introducir los cambios que verdaderamente requiere la
educación en nuestro país.

De lo contrario, serán los propios niños -de los que tanto
habla el Ministro- quienes sigan pagando la ceguera y el reduccionismo de las
autoridades.

MOVIMIENTO POR LA HISTORIA, LA GEOGRAFÍA Y LAS
CIENCIAS SOCIALES EN LA
EDUCACIÓN CHILENA.

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