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Porque no se quiere una memoria histórica en Chile

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A 37 años del crimen en Regimiento Tucapel de Temuco

SE CUMPLIERON 37 AÑOS DEL CRIMEN EN REGIMIENTO TUCAPEL DE
TEMUCO

Señor Director:

El día 10 de este mes, se cumplieron 37 años del alevoso
crimen perpetrado contra siete militantes comunistas en Temuco.Como ya es de
público conocimiento, estos siete luchadores sociales fueron víctimas de  un montaje como tantos otros, urdido por la
fiscalía militar y los oficiales del regimiento Tucapel.

En aquellos días, en que en el país imperaba toda la
brutalidad del poder omnímodo de los militares, Alberto Molina Ruiz, Víctor
Hugo Valenzuela Velásquez, Francisco Amador Montero Mosquera, Juan Antonio
Chávez Rivas, Juan Carlos Ruiz Mansilla, Pedro Juan Mardones Jofré y
Carlos Aillañir Huenchual, fueron detenidos en distintos lugares de Temuco,
para ser luego trasladados al Regimiento Tucapel, donde durante varios días,
fueron torturados brutalmente en el gimnasio y en la Segunda Compañía
de dicha unidad militar.

Testimonios de familiares, amigos y un sobreviviente de los
hechos, además de  declaraciones de
múltiples testigos, confirman lo que siempre ha sido "vox populí" en
la ciudad y que obedece al mismo patrón de comportamiento de las FF.AA. en todo
el país: "Intentos de fuga", "falsos enfrentamientos",
"asaltos a unidades del Ejército", "resistencia al arresto"
etc, etc.

Aquel 10 de noviembre, oficiales del Regimiento Tucapel,
bajo las órdenes de la
Fiscalía y la
Comandancia de la unidad militar, en horas  de la noche y en un camión, sacaron desde el
gimnasio y otros lugares, a los siete condenados a muerte.

La caravana  con su
carga de prisioneros, enfiló hacia el sur de la ciudad por calle Prat, pasó la
línea férrea  buscando la  "Isla Cautín", campo de entrenamiento
militar ubicado entre dos brazos del río Cautín.

Los "valientes" oficiales que encabezaban el destacamento
militar, ordenaron a conscriptos y clases que les acompañaban, avanzar al
polígono de tiro ubicado en el sector sur poniente del lugar.

Una vez  allí, los
militares  procedieron a bajar del camión
a los siete prisioneros, quienes amarrados, semidesnudos y atrozmente
torturados, fueron nuevamente objeto de la bestialidad y odio irracional de los
uniformados, ya nada calmaba el odio homicida, algunos conscriptos vomitaban de
horror.

Los oficiales y su tropa 
dispararon repetidas veces sobre los siete martirizados. Como algunos de
ellos aún mostraban señales de vida, les rematan con nuevas ráfagas de sus
armas.

El ruido de los tiros de fusil, morteros y granadas,
provocan terror y miedo en los habitantes de la ciudad, especialmente en  el sector ribereño aledaño al lugar de la
masacre. Son las 23.45 horas del día 10, la "batalla" ha terminado,
una nueva victoria corona la historia de nuestro Ejercito vencedor y jamás
vencido.

El Diario Austral  de
Temuco, tituló al día siguiente a toda página en primera plana y con caracteres
destacados: "INTENTARON VOLAR EL POLVORIN DEL TUCAPEL", agregando a
reglón seguido: "Grupo de 15
a 20 extremistas provistos de explosivos. Centinelas
abrieron fuego abatiendo a siete individuos. Coronel Pablo Iturriaga se hizo
cargo personalmente de la situación".Nadie, fuera de los familiares directos,
preguntó nada. El terror paraliza, es peligroso preguntar. En los días
siguientes, los familiares fueron retirando desde la morgue del Hospital
Regional los cuerpos de los "siete asaltantes del Polvorín".Como
señalamos al principio, han transcurrido 37 largos años.

Recién ahora, en este último periodo, la verdad se ha
empezado a abrir paso. El tesón de los familiares, compañeros y amigos, se ha
visto coronado por la actitud profesional y acuciosa del Ministro Investigador
de la causa Fernando Carreño, brillantemente secundado por su equipo de la Brigada Investigadora
de Delitos contra los Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones.

Dos altos ex oficiales de Ejército han sido requeridos por
este crimen, Julio Jaime García Covarrubias y Manuel Abraham Vásquez Chahuán.
Este último, sometido a proceso como autor de homicidio calificado, permaneció
por un mes aproximadamente detenido, saliendo en libertad bajo fianza por
resolución de la Corte
de Apelaciones de Temuco.

La investigación aún en curso es observada por vastos
sectores de la población a la espera de justicia, ya que éste crimen se
inscribe entre los montajes más siniestros ocurridos en nuestro país con motivo
del golpe de estado que derrocó al Gobierno constitucional del Presidente
Salvador Allende.

Pese a todo, la verdad vuelve a aparecer. Esperamos que la
justicia termine por imponerse, aplicando el máximo de la Ley a los responsables de éste
crimen de lesa humanidad.

Comité 10 de Noviembre

CINPRODH

*Fuente de la carta anterior es El Periódico.cl

Esta nota es la evidencia de porque en Chile (ni en ningún
otro lugar del mundo), es aceptable tener una Justicia Militar. Los crímenes
que denuncia una carta al director de El Periódico, en Temuco, nos lleva a la
fuente. ¿Cómo se puede justificar sin ser un bandido, que un sector -el victimario-
justifique sus acciones con? Ningún crimen puede ser juzgado por quien los
cometen o por sus pares en cometerlos.

Una carta desgarradora y que muestra que el pretendido Chile
Transparente, un Estado de Derecho, Democrático, Moderno, Justo y tantas mentiras
más necesita, para serlo, una Constitución que ponga las leyes iguales para
todos. No hay nada que justifique estos crímenes y la vergüenza de poder
esconderlos por que los asesinos se auto-declaren superiores al resto de los
ciudadanos.

Las leyes represivas, los fiscales y Testigos del Ministerio Público que el
Estado nos pone por delante son la prueba de que en Chile NO HAY JUSTICIA. Un
país no es decente por el simple hecho de tener grandes fortunas… especialmente
cuando estas fueron "facilitadas en su gestión" gracias a los crímenes que
esconden. Cuando se las pone en jaque ese mismo poder vuelve y trata a quienes
se atreven a establecer demandas justas, como es el caso del pueblo Mapuche,
les aplican esa "justicia" de marras, de mentiras. Y esconde los crímenes y
estafas que permiten lo que sucede en Los Pelambres, en las minas del norte
donde se roban el agua y secan ríos y se acaba el agua para la vida, en las
Forestales donde se destruye el medio ambiente y se excluye a los pueblos de su
historia, de sus medios para vivir y de su condición de seres humanos
respetables.  Ese Regimiento Tucapel, que
tuve la triste suerte de "conocerlo" contra mi voluntad, tiene cuentas que
rendir a muchos, al país entero: estuve allí -"visitándolo desde la cárcel"- en
las noches y algunos eran asesinados y todos torturados. Algunos tuvimos mejor
suerte porque salimos vivos. La lista de ese horror es demasiado larga para que
se pueda tener la inmoralidad de taparla.

Mientras los crímenes como el denunciado no vean la
justicia, la reparación y se desarrollen los mecanismos verdaderos para que
nunca más vuelvan a suceder, Chile seguirá siendo mediocre, de gobiernos
oportunistas, injustas, sin equidad y sin moral. No se sale de una dictadura
sin la eliminación de "sus leyes" ni escondiéndose en la farándula. Por esto es
que el gobierno actual, tributario de la dictadura como ningún otro grupo,
quiere eliminar los presupuestos para el fortalecimiento de los Derechos
Humanos y la construcción de una Memoria Histórica duradera y que prevenga el
regreso a los horrores vividos y que o se olvidan. Los pro-hombres del gobierno
(de este y del anterior) se horrorizan cuando les dicen que no hay liberta de
expresión… ¿Qué libertad tuvo el país cuando le asesinaron a su gente y hoy le
siguen impidiendo tener justicia, reemplazándola con las desvergonzados Juicios
Orales de Cañete, donde se miente como se respira?

Dr. José Venturelli <joseventurelli@gmail.com>

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