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Carta para el Che a 43 años de su caída en combate

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"… y dicen que el Che ha muerto.
Que los míos, que los tuyos, que los nuestros murieron.
… Solo muere quien se olvida."

Compañero Guevara:
Desconozco al autor de estos versos, y aunque los he
adulterado concientemente creo que son los que de mejor manera expresan el
sentir de muchos, al conmemorarse el 43 aniversario desde que solo contamos con
tus escritos, con tu ejemplo de vida y de lucha, mas no con tu presencia
física.

En esta conmemoración nuevamente se hablará mucho de tus luchas, de tu actitud,
de tu ejemplo, así como de tus propuestas y sueños. Se llenaran una o varias
hojas de periódicos en saludo al guerrillero heroico y su causa. Habrá actos
solemnes e incluso desfiles en tu honor. Sumaran miles los muros pintados, se
harán arengas y se tomaran compromisos en los mas variados lugares.

Será demostración de que estas entre nosotros en el día a
día y aún así tengo la impresión que algo no está bien hecho.

Muchos tránsfugas van por ahí citando tus textos, luciendo
tu rostro barbado en escarapelas y sin embargo, en su actuar, están muy lejos
de lo que tu fuiste en vida, un hombre digno, desapegado de lo material, preocupado
del bienestar del pueblo, sin otro norte que la liberación plena del hombre.

Por eso, mas que transitar por lugares comunes, he resuelto
contarte parte de lo que siempre se oculta, sea por la conversión de los
actores o por vergüenza.

Comandante. Así se te llamaban en las presentaciones desde
antes del triunfo de la revolución en Cuba, cuando lo de Bolivia y se sigue
haciendo hasta hoy. Con tu ejemplo muchos fueron los jóvenes idealistas, que
dejaron sus países y la tranquilidad familiar para ir a pelear hasta la entrega
de la vida, por la causa popular.

Comandante. La verdad es que no puedo dejar de sentir algo
de vergüenza ante la liviandad con que a veces se utiliza este grado militar.
Contrariando a Brecht, hay algunos que estuvieron varios años jugándosela por
la causa pero a la primera que las cosas no se dieron como ellos juraban que se
darían, abjuraron sin vergüenza y hoy comparten espacios, alimentos y bebidas
con esos a los que tú – y otros antes que tú y otros después de ti – tienen
claramente identificados como los responsables de tanta penuria y dolor que
golpea a nuestro pueblo.

¿Podría creer Che que varios de los que juraron seguir su
ejemplo, ahora andan por ahí sacando provecho de las tantas ventanas que les
abrió el sistema, ese sistema que brindó con champagne cuando supo de su
asesinato?.

Pero no son los únicos Che. Existen otros desvergonzados que
dejaron de creer hace tiempo en el socialismo, sin embargo esconden su renuncia
y cargan banderas rojas ante cada convocatoria de movilización, para luego
volver a sus espacios, ganados por haber traicionado al pueblo.

A 43 años de su último combate, con desazón percibo que mas
que ayudar a la causa por la que usted dio su vida, varios se han servido de su
nombre y su figura para ir por la vida mintiendo, haciendo cosas muy distintas
a lo que fue su compromiso, comandante Ernesto.

¿Como vamos a creer que honran al camarada, aquellos que
drogados y ebrios exhiben su figura en un estadio de fútbol, mientras se
golpean salvajemente con los barristas del equipo contrario?. Ambos grupos de
fanáticos tienen imágenes del Che en sus banderas y sin embargo no trepidan en
causarse feroces heridas e incluso infligirse la muerte, defendiendo un
territorio de estadio o barrio, con una ferocidad que asusta.

¿Que decir de esos que tatuaron su insigne figura y/ o su
nombre en hombros, espalda o antebrazos?.

Aunque muchos la llevan con orgullo, en el trabajo
voluntario, en el contacto diario con los pobres, en las escuelas de formación
sindical y social, hay otros – Che – que te hacen un flaco favor y dañan la
causa que representas. A estos les sigue la prensa por ciudades, países y
continentes y generalmente los muestra vinculados a problemas de droga, exceso
de alcohol o vida licenciosa.

Debieran estar avergonzados de honrar al Che, antes deben
romper con el sistema que facilita y promueve los vicios de los que son
prisioneros

Y aunque estos son hechos dolorosos hay otros aún mas
graves, porque involucran a quienes dan una señal pública de compromiso y
entrega total a las causas populares, mientras engañan y traicionan en las
sombras.

Ellos que dicen honrarte, que se vienen juramentado cada año
desde 1968 cuando recordaron por primera vez tu partida física, que se
comprometieron a seguir su ejemplo, dan algunos pasos en el camino correcto y
muy luego, cuando ya se apaga el fragor de los homenajes excluyen, discriminan,
persiguen, descalifican, hostigan, menosprecian, insultan a todos aquellos que
no asumen sin discusión lo que ellos han definido como el camino a seguir.

Creerás comandante que en algunos casos hasta se han sentado
a la mesa a compartir con los mismos que fueron inspiradores y promotores de
duros golpes contra el pueblo y sus organizaciones sociales y políticas.

Pasos tácticos le llaman a estas maniobras y el resultado de
las mismas casi siempre supone la mantención, con algún maquillaje superfluo,
del modelo imperante.

Es doloroso pero debe decirse. A veces queda la impresión
que se han separado de las luchas populares. Que se están sirviendo del pueblo
y no sirviéndolo como debe ser. Aunque levantan el puño cerrado y cantan
nuestros himnos, tus himnos, tengo la impresión que no los tienen grabados a
fuego en el corazón.

Aunque la lucha no cesa, queda la sensación que los momentos
duros seguirán aún por bastante tiempo. Y es que ya no es política permanente,
principal de los revolucionarios, el contacto permanente con las masas, las
visitas a las empresas, los campos. Ciudades y pueblos son recorridos a veces
solo en épocas electorales y los resultados terminan dando cuenta de ese
abandono.

El contacto directo con el pueblo, con los mas desposeídos,
van siendo reemplazadas por las conversaciones en los cafés, tertulias al
atardecer, reuniones de estudiosos de la cosa social, coloquios y encuentros
entre iguales. Lo que resulta un poco extraño Che, es que a esos encuentros no
son invitados trabajadores, ni pobladores. No dan su opinión sobre la
explotación y el abuso, los explotados ni los abusados. Otros lo hacen en su
nombre.

Hay mas temas pendientes, que si no los discutimos y los
resolvemos con firmeza, con el pueblo y de cara a él, será poco lo que se
avance en este camino al que ya entregaron su vida generosa tu y otros
luchadores a los que en muchos casos no se les recuerda ni de nombre.

Un saludo comandante y la reiteración del compromiso. Siga
guiando con su ejemplo la lucha de todos los que no cejaran en su intento por
un mundo más justo y digno para el pueblo, inspirados en ti y en el camino que
mostraste.

 " Y dicen que el Che ha muerto,
solo muere quien se olvida".

Manuel Ahumada Lillo
Presidente CGT Chile

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