Lo viejo agoniza y a lo nuevo le cuesta nacer
por Leonardo Boff (Brasil)
15 años atrás 3 min lectura
Entre los muchos problemas actuales, los más desafiantes son estos tres:
la grave crisis social mundial, el cambio climático y la
insostenibilidad del sistema-Tierra. La crisis social mundial deriva
directamente del modo de producción que impera todavía en todo el mundo,
el capitalista. Su dinámica lleva a una acumulación exacerbada de
riqueza en pocas manos a costa de un espantoso pillaje de la naturaleza y
del empobrecimiento de las grandes mayorías de los pueblos. Es
creciente y los gritos agudos de los hambrientos y considerados «aceite
quemado» no pueden ser silenciados. Este sistema debe ser denunciado
como inhumano, cruel, sin piedad y hostil a la vida. Tiene tendencia
suicida y, si no es superado históricamente, podrá llevar al
sistema-vida a un callejón sin salida y hasta al exterminio de la
especie humana.
El segundo problema grave esta formado por el cambio climático, que se
revela por eventos extremos: grandes fríos por un lado y prolongados
veranos por otro. Estos cambios sintetizan un dato irreversible: la
Tierra ha perdido su equilibrio y está buscando un punto de estabilidad,
que se alcanzará subiendo la temperatura. Hasta dos grados centígrados
de aumento, el sistema-Tierra todavía es administrable. Si no hacemos lo
suficiente y el clima aumenta 4 grados centígrados (como advierten
algunos centros de investigación serios), la vida tal como la conocemos
ya no será posible. Habrá un paisaje siniestro: una Tierra devastada y
cubierta de cadáveres.
Nunca la humanidad como un todo se había enfrentado a semejante
alternativa: o cambiar radicalmente o aceptar nuestra destrucción y la
devastación de la diversidad de la vida. La Tierra continuará, con las
bacterias, pero sin nosotros.
Es importante entender que el problema no es la Tierra, sino nuestra
relación agresiva y poco cooperativa con sus ritmos y dinámicas. Tal vez
al buscar un nuevo punto de equilibrio, ella se verá forzada a reducir
la biosfera, implicando la eliminación de muchos seres vivos, sin
excluir seres humanos.
El tercer problema es la insostenibilidad del sistema-Tierra. Hoy
sabemos empíricamente que la Tierra es un superorganismo vivo que
armoniza con sutileza e inteligencia todos los elementos necesarios para
la vida a fin de producir o reproducir continuamente vidas y garantizar
todo lo que ellas necesitan para subsistir.
Pero sucede que la excesiva explotación de sus recursos naturales,
muchos renovables y otros no, ha impedido que ella consiga reproducirse y
autorregularse con sus propios mecanismos internos. La humanidad
consume actualmente un 30% más de lo que la Tierra puede reponer. De
esta forma, no es ya sostenible. Hay crecientes perdidas de suelos, de
aire, de aguas, de bosques, de especies vivas y de la propia fertilidad
humana. ¿Cuándo van a parar estas pérdidas? Y si no paran, ¿cuál será
nuestro futuro?
Esto nos obliga a un cambio de paradigma civilizatorio. Un cambio de
civilización implica fundamentalmente un nuevo comienzo, una nueva
relación de sinergia y de mutua pertenencia entre la Tierra y la
humanidad, la vivencia de valores ligados al capital espiritual como el
cuidado, el respeto, la colaboración, la solidaridad, la compasión, la
convivencia pacífica, y una apertura a las dimensiones trascendentes
relacionadas con nuestro sentido último, nuestro y de todo el universo.
Sin una espiritualidad, es decir, sin una experiencia radical del Ser y
sin una inmersión en la Fuente originaria de todos los seres de donde
nace un nuevo horizonte de esperanza, ciertamente no conseguiremos hacer
una travesía feliz.
Nos enfrentamos a un problema: lo viejo todavía persiste y a lo nuevo le
cuesta nacer, para usar una expresión feliz de Antonio Gramsci.
Vivimos tiempos urgentes. Las urgencias nos hacen pensar y los peligros
nos obligan a crear arcas de Noé salvadoras. No nos conformamos con la
actual situación de la Tierra. Pero aun así creemos que está a nuestro
alcance construir un mundo del «vivir bien», en armonía con todos los
seres y con las energías de la naturaleza, principalmente en cooperación
con todos los seres humanos y en profunda reverencia hacia la Madre
Tierra.
2010-09-03
*Fuente:
Koinonia
Artículos Relacionados
La catastrófica Navidad de los señores políticos
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
19 años atrás 2 min lectura
Carta a la Iglesia de Aysén: "Que el Obispo se dedique a rezar"
por Luis Infante De La Mora (Aysén, Chile)
13 años atrás 7 min lectura
La Pontificia Universidad Católica por primera vez reconoce oficialmente a sus propias víctimas de la dictadura
por Ernesto Carmona (Chile)
12 años atrás 10 min lectura
Las 100 fotos del siglo: La última foto de Allende, 18/100
por Marie-Monique Robin (Francia)
14 horas atrás
09 de julio de 2025
En mi serie Las 100 fotos del siglo, dediqué un vídeo a la última foto del Presidente Allende, tomada en el Palacio de La Moneda mientras la aviación bombardeaba este símbolo de la democracia chilena.
No a la Normalización de la Ocupación de Palestina: Rechazo a la presencia de Tal Ben Shahar en Chile
por Red Chile-Palestina de Salud Mental
1 día atrás
08 de julio de 2025
El 9 de septiembre, en el Centro de Eventos San Carlos de Apoquindo, Santiago-Chile, está anunciado que un psicólogo estadounidense llamado Tal Ben Shahar, nacido en la Palestina Histórica Ocupada, quien trata temas como la “Felicidad”, vendrá a dictar sus charlas.
La ayuda como emboscada: la horrible nueva cara de la guerra de Israel en Gaza
por Eva Barlett (Canadá)
4 días atrás
06 de julio de 2025
«El régimen (israelí) está siendo juzgado por genocidio. Sus líderes están acusados de crímenes contra la humanidad. Israel está aislado. El régimen es ahora casi universalmente despreciado, al igual que lo fueron los regímenes nazi y del apartheid. La gente de todo el mundo está abrumadoramente del lado de Palestina. No se puede volver atrás del apartheid y el genocidio».
Gaza: Los indicios señalan que Israel utiliza de forma continuada la hambruna para perpetrar su genocidio contra la población palestina
por Amnistía Internacional (Chile)
6 días atrás
03 de julio de 2025
“Hay una crisis de leche en Gaza en general. Además, observamos que las madres recientes, como no comen adecuadamente o a causa del pánico, el trauma y la ansiedad, no pueden amamantar. Conseguir leche maternizada normal es una auténtica lucha. Pero si tu bebé tiene alergias, es casi imposible encontrar fórmulas especiales en ningún hospital de Gaza. Para los bebés, la imposibilidad de conseguir leche maternizada especial puede ser una condena a muerte”.