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El Efecto Mariposa en las decisiones gubernamentales

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El día Sábado 5 de Diciembre, se realizaron los funerales del Músico, Cantautor   y Director de Teatro Víctor Jara, acribillado a balazos en el Estadio Chile el 16 de Septiembre de 1973. Póstumo reconocimiento a una cruel realidad, en la cual todavía vive la memoria emocional de muchos de nuestros compatriotas sin poder mitigar su dolor. Es que el asesinato frío y despiadado del otro desarmado e indefenso es un acto tan contundente de crueldad que nadie podría justificarlo, nadie podría interpretarlo como lo que no es, nadie en sus cabales podría defenderlo.

Pero la mayoría de los acontecimientos que presenciamos o tenemos noticia, no tienen la claridad impactante de un asesinato a sangre fría, son más misteriosos, más interpretables, y se siguen sucediendo linealmente en el tiempo sin que sepamos cómo se llegó a eso, que millones de decisiones aparentemente sin tanta trascendencia llevaran a que algo horrendo sucediera.

Los que no conocían los vericuetos de las Fuerzas Armadas, no sospecharon jamás que estaban perfectamente instruidas en sistemas de represión violenta de la población civil ni que la iban a ejercer del modo que lo hicieron. El Senado Chileno que aprobó los convenios de estudios de los soldados en USA, en los años 50, no se percató del imbunche que estaba empollando, un verdadero Caballo de Troya. Y los que se percataron quizás se quedaron callados. Lo que se decide los años 50 se cosecha en los 70 en una forma que da espanto.

Así, en forma inusitadamente cruel se despliega una dictadura, que venía con un libreto ya escrito, y un manual de instrucciones de cómo reprimir a la población civil creado y practicado en Argelia y que nosotros, personas de la población civil, ni sospechábamos que existía. Los que deberían haberlo sabido son los políticos de la época, porque ese era su trabajo, por eso dirigían revoluciones  y contrarrevoluciones.

Y el país se divide política y emocionalmente y al escuchar las condenaciones y apologías de ambos lados, uno detecta lo limitados que somos cerebralmente para poder tener certezas de nada. Pero nunca tan descerebrados como para no reconocer el crimen. Ambos bandos siguen viendo cosas distintas hasta el día de hoy, en que se fue la dictadura y llegó una democracia hace ya 20 años.  Y la muerte del cantautor y poeta fue hace 36 años, y el dolor sigue vigente y las personas no se ponen de acuerdo en el por qué de los acontecimientos, aunque existen acontecimientos que no necesitan por qués, siendo el asesinato uno de ellos.

Pero volviendo a tiempos presentes yo tengo una pregunta, ¿por qué habiendo un consenso, por lo menos externamente entre la mayoría de las personas, de que el ensañamiento demostrado había sido entrenado en cursos especiales dados a los miembros de las FFAA en USA, por qué después de decir “nunca más debería de pasar esto en Chile” se siguen enviando a los estudiantes de guerreros a entrenarse en los métodos de la guerra sucia de represión a las mismas aulas, pero con otro nombre? ¿Por qué después de 20 años de democracia no se ha hecho nada? Esas son las preguntas del día de hoy.  ¿Por qué en democracia se toman decisiones  en nombre del pueblo, que son atropellos a la dignidad del pueblo, de los habitantes de este país, decisiones que quizás estallarán en 20 años más  y que además son absurdas ya que habría otras posibilidades menos peligrosas?  Falta de visión, coimas, falta de preparación técnica para el cargo. ¿Quién controla en este país si las leyes dan o no buen resultado, quien evalúa, quién corrige rumbos? Las elecciones evidentemente no sirven para ese tipo de función. Pareciera que nuestro aparato estatal carece de las formas más elementales de administración, carece de control y de metas en el corto y en el largo plazo y eso genera una incoherencia permanente en las decisiones que se toman, lo que en un cierto tiempo lleva a una confrontación entre los afectados.  Y  en estas confrontaciones, que sirven para que algunos ganen mucho dinero, sale lo peor de nosotros a flote, sale el asesinato, la delación, la tortura, los dogmas y la inquisición correspondiente.  Esto porque se tomaron decisiones injustas a espaldas de la población y después se trata de justificar lo injustificable.

Poco después de la Independencia, se efectuó por parte del Estado de Chile, el remate de tierras indígenas en la zona central del país, llevando a cabo el final de un proceso de aculturación que condenó a los afectados a ser peones e inquilinos sin tierra.  El proceso estalló con la Reforma Agraria y la indignación de los dueños de tierras, que se olvidaron o no supieron nunca cual fue el proceso real de adquisición de sus derechos.

Similar fue la “Pacificación de la Araucanía” que en 1896 condena a los indígenas del sur del Bío Bío a la pobreza al quitarles sus tierras, rematarlas y asentar colonos europeos y ahora vemos las peleas entre indígenas y colonos.

El día 3 de diciembre el Senado aprobó un proyecto de Ley donde se privatizan los fondos marinos por presión de la banca, para que ésta le preste dinero a los salmoneros quebrados tomando hipotecas sobre estos fondos marinos.  De este modo si un salmonero no puede pagar el préstamo, el Banco le puede rematar su garantía y cualquier persona, empresa chilena o extranjera lo puede comprar. ¿Qué tal? ¿No es el tema una pequeña bomba de tiempo?

Yo pensé  que el día que eso sucediera, alguien iba a pegar un alarido.  Hasta el minuto no he escuchado ni siquiera un comentario.  No hay interés, no es un crimen de sangre, no sale en la 4ª ni los involucrados trabajan en teleseries.  Matthei y Escalona ayudaron a aprobar el proyecto, y seguramente tendrán muchísimas explicaciones, todas muy cuerdas, para justificarlo.  Pero a mí no me acaba de convencer, igual que Pascua Lama que empieza ya a producir conflictos en el valle del Huasco, que la Escuela de las Américas y sus descendientes los produce entre los carabineros y los comuneros mapuche, que el salvataje a los Bancos, que la letra chica de los TLC, que la realidad difusa del cultivo de los transgénicos, que el envenenamiento de 450 personas en Maule por pesticidas que no era tal según la Asociación chilena de Seguridad (seguro que era pura histeria)  que siguen las concesiones de los géisers del Norte, etc. Todas son minas personales que estallarán en algún minuto.

Es difícil descifrar la realidad que transita velozmente ante nuestros ojos, llena de eventos ambiguos, decisiones que no huelen bien y que a la larga llevan a situaciones sin salida que se resuelven con  enfrentamientos y represiones que conllevan crímenes de tipo ideológico como el de Víctor Jara, ante los cuales no hay vuelta atrás.

Me desconcierta el gobierno de la Señora Bachelet, tan bien evaluada en las encuestas, y que ha ido cediendo ante todas las presiones externas que nos pueden llevar a situaciones difíciles.  Porque puestos a donar los bienes nacionales en aras de la economía de los salmones, se podría pensar que se le debería dar alguna cosita a Bolivia a cambio de agua para el Norte o Gas Natural o Petróleo.  Y en vez de donar bienes nacionales a la banca internacional, el Estado podría, a través de su Banco, haber hecho un préstamo a los salmoneros a tasas decentes. En cuanto a los pesticidas usados en Chile, estamos llegando a límites peligrosos, casi criminales y  así sucesivamente.

Los señores que han estado 20 años en el gobierno de este país y que sospechan que puedan tener que irse, ya tienen sus fortunas consolidadas, porque en eso supongo que son previsores.  Así las pequeñas decisiones de atropello tomadas a espaldas, o mejor dicho sin el conocimiento de la población o sabiendo que la población no entiende mucho las consecuencias, seguro que no fueron hechas gratuitamente.  Y eso tampoco se controla.

La democracia para que funcione sin tanto riesgo de conflictos, necesita un estado de alerta de todos los habitantes, necesita de un periodismo investigativo, necesita de un defensor del pueblo,  y un control de la corrupción, exactamente las condiciones que no existen en Chile, porque no se han querido estimular.  Eso entre otras cosas, pero lo más importante es la conciencia país y la responsabilidad ante el futuro de nuestros hijos.

Luego sabremos que nos traerán las elecciones y ojalá  que quién sea el que salga, tenga valentía, conciencia y sentido de responsabilidad hacia los habitantes del país y no sea un farandulero light que piense que “Después de mi…el diluvio”
Diciembre, 2009

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