Articulos recientes

Al navegar en nuestro sitio, aceptas el uso de cookies para fines estadísticos.

Noticias

Opinión

Una mejor Educación Superior para el Chile de hoy y del mañana

Compartir:

Como planteábamos recientemente, la Educación Superior gratuita en Chile es posible y necesaria, en cuanto todos los chilenos merecen poder acceder a los más altos estudios que les posibiliten sus capacidades y talentos.

Una estrategia de Estado, que contemple una Educación Superior gratuita está dirigida principalmente al segmento poblacional que denominamos clase media.

Esa estrategia surge como la necesaria reivindicación de ese sector, intencionalmente olvidado por años de dictadura y de falsa democracia.

Ese sector, incluye a los miles de profesionales que ayer, cuando eran estudiantes, hicieron la fuerza de la movilización social opositora a la tiranía. Ellos enarbolaban ese lema y esa petición, la cual nunca fue satisfecha por los Gobiernos de la Concertación, los cuales abrazaron, sin dudar, el neoliberalismo educacional a ultranza.

Corregir el daño histórico que significó la implementación en 1981 de ese modelo educacional superior mezquino e inhumano, es tarea ineludible para un Gobierno que realmente considere la clase media chilena, para la cual la educación es la única herencia posible de dejar a sus hijos.

En estos momentos, de debate y de discusión política, consideramos necesario, volver a alzar las voces por un cambio sentido y anhelado por la mayoría de los hogares chilenos.

Sin embargo, creemos que esos cambios no sólo deben considerar el sistema de financiamiento de la Educación Superior, sino que es imprescindible replantear el sistema en su conjunto.

Lo anterior, significa, retomar y renovar la tradición humanista de la Universidad, que nació en la Academia de Platón, maduró en las Abadías de la Edad Media,  y se consolidó en Paris, Bologna, Oxford y otros lugares.

Retomar esa tradición nos lleva al Chile republicano, al Chile de antaño y que queremos ver renacer en una nueva República, genuinamente democrática.

Fortalecer ese orden, involucra concebir la sociedad como algo más que un mercado, donde todo se vende y se subasta al mejor postor, incluyendo al ser humano, cosificado por el marketing y el poder comunicacional.

¿Cómo creemos que debe ser la Educación Superior Chilena?

Nos atrevemos a plantear trece puntos que nos parecen esenciales:

Primero; sustentamos que el Sistema de Educación Superior, debe basarse en la convicción de la que la Educación es el único instrumento para el desarrollo personal, familiar y social. También creemos que la educación es el pilar de la democracia, y que no existe libertad más fundamental que aquella que emana de la conciencia crítica de la persona, y que, por lo mismo,  una sociedad no puede otorgarse el privilegio de olvidar al gran Paulo Freire, quien sostenía que ante todo educar es liberar.

Segundo; tenemos por convicción de que la Educación Superior no es el buen negocio de algunos, sino que, por sobre todo es el instrumento privilegiado para el progreso social, tecnológico, económico, y político de una sociedad. Que por lo mismo, no puede estar sujeto a las reglas del mercado como un bien cualquiera, sino que debe gozar del respaldo del Estado que le permita cumplir ese rol.

Tercero; proponemos que el Sistema de Educación Superior debe diferenciar  las entidades educacionales en tres tipos fundamentales:

i.      Entidades de carácter Estatal.
ii.     Entidades de carácter privado con orientación pública.
iii.    Entidades privadas con orientación comercial.

Cuarto; la gratuidad de los Establecimientos de Educación Superior debe darse en el pretítulo o pregrado, de las Entidades Estatales y privados con orientación pública, las que deben garantizar su naturaleza ajena a la búsqueda de lucro, poseer sus propios bienes y no encubrir negocios de carácter comerciales a través de empresas inmobiliarias u otras.

Por su parte, las Entidades privadas con orientación comercial deben reconocer tal condición y no podrán aspirar a financiamiento estatal, rigiéndose sólo por el mercado.

Quinto; debe reconocerse el rango de Universidad a todas las entidades del Sistema Educativo Superior, diferenciándose entre las Universidades de carácter científico y humanistas, propiamente tales y los Institutos Tecnológicos Universitarios (Actuales Centros de Formación Técnica); orientados a la enseñanza, investigación y desarrollo de las altas Tecnologías que el país requiere. El actual sistema, introduce un sesgo inaceptable en contra de la Educación Tecnológica, hermana pobre e ilegítima de las Universidades.

Sexto; las Universidades de carácter científico y humanistas deben dictar todo tipo de carreras y programas, con la sola exclusión de las carreras propias de los Institutos Tecnológicos Universitarios.

Séptimo; el sistema de financiamiento de la Educación Superior debe basarse en un fondo que contemple la implementación de un impuesto al ingreso de los profesionales y técnicos del país, complementado con un impuesto a los ingresos de las empresas e industrias, estos últimos grandes ausentes del esfuerzo educativo. Esto garantizará que el sistema de financiamiento sea justo y solidario, no menoscabando el acceso de los estudiantes de menores recursos. Tampoco desincentivará, tal como ocurre hoy día, el ingreso a las carreras de Artes y Humanidades, no rentables desde lo económico.  Un país sin Artes ni Humanidades, es un país sin alma, juicio ni esperanza.

Octavo; para lograr lo anterior, proponemos el reconocimiento legal de las carreras académicas de los docentes universitarios, mediante la promulgación de un Estatuto Nacional Universitario, que consagre la carrera académica, el ingreso a ella, la protección de las remuneraciones, el perfeccionamiento, la formación docente y científica, la libertad de cátedra, la estandarización mínima de las plantas docentes de las carreras, así como la colaboración inter-entidades, entre otros temas.

Noveno; la calidad de la Educación Superior debe garantizarse por Ley y ser impugnable ante los tribunales de Justicia. Los sistemas de acreditación deben ser de carácter obligatorios para todas las entidades educacionales.

Décimo; las profesiones que se consideren de naturaleza exclusivamente universitarias, para poder ejercer profesionalmente en el país deben rendir satisfactoriamente un examen certificatorio de conocimientos, habilidades y destrezas mínimas para la profesión respectiva al inicio de la labor profesional y cada tres años. Este Examen debe ser exigible a todos los profesionales extranjeros que deseen ejercer en el país.

Undécimo; debe crearse una Enciclopedia Nacional con participación de académicos y especialistas nacionales e internacionales. Su acceso y consulta debe ser gratuito en su versión electrónica y ser obra de referencia para la educación del país.

Duodécimo; debe crearse un Fondo Bibliográfico Nacional Universitario, con textos de referencia en todas las disciplinas del conocimiento, accesible de manera gratuita en su versión electrónica a todos los estudiantes y profesores del país.
Decimotercero; debe fortalecerse el uso de las nuevas metodologías virtuales de enseñanza,  a cargo de unidades académicas especializadas, haciendo accesible la educación de calidad para todos los que deseen y no puedan acceder, por diversas razones a los centros de enseñanza.

Una mejor Educación Superior para el Chile de hoy y del mañana, debe ser tarea prioritaria de un nuevo Gobierno.

Chile así lo espera.
7/10/09

Contacto: drfilippi@hotmail.com

Compartir:

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

WordPress Theme built by Shufflehound. piensaChile © Copyright 2021. All rights reserved.