Articulos recientes

Al navegar en nuestro sitio, aceptas el uso de cookies para fines estadísticos.

Noticias

Opinión

Marco Enríquez Ominami: centrifugando la política

Compartir:

En la última encuesta de Adimark de Abril, sobre evaluación del gobierno de Michelle Bachelet, destacan dos datos: la inédita aprobación que obtiene la Presidenta, que llega a un 67%  y la existencia de una cifra mayor al 50% que se manifiesta indeciso y no se alinea en ninguno de los bloques. El fenómeno Marco Enríquez Ominami tiene la virtud de estar apuntando a esa caja negra de los indecisos, de los descontentos, de los segmentos que se automarginan no inscribiéndose en el sistema electoral. 

El cruce de vereda que hizo Fernando Flores, quizás no lleve muchos votos a Piñera, pero la suya ha sido una actitud que podría significar un espolón en la sentina de la Concertación, allí donde duelen los temas más sensibles, como los casos de corrupción que ha conocido la Justicia. Pero, Fernando Flores tropieza en su soberbia y mesianismo y eso arruina sus denuncias y aminora el peligro potencial que reviste para la Concertación que ahora esté integrando el equipo de Piñera para el Cambio.

Eduardo Frei Ruiz Tagle, el candidato oficial de la Concertación sabe que la clave de esta elección está en ese 50% de personas que se han mantenido automarginados y descreídos de la política. Lo real es que la principal pelea para ser nominado se da al interior de los propios partidos y Frei lo ha vivido. 

Dentro del desafío que Frei enfrenta, en términos de levantar la moral partidaria, revitalizar a la coalición que gobierna por 20 años, y llegar a los jóvenes, el Senador sabe que sus flancos débiles son aquellos casos de corrupción en los que han estado involucrados militantes de su propio partido. Las expulsiones a posteriori no sirven y en una campaña tan reñida como la actual, el tema no será menor y en los debates la gente querrá escuchar planteamientos claros y compromisos respecto a situaciones conocidas. Lo propio le ocurrirá a Piñera, que mantiene el control – no las incluyó en su fideicomiso voluntario- de empresas como Chilevisión y participación en la sociedad que maneja Colo Colo.

El tema probidad y transparencia es la exigencia principal que la gente está planteando a los candidatos y el que mejor se identifique y comprometa con esas expectativas, más adhesión alcanzará.

Lamentable, pero no hay reelección
Michelle Bachelet está seguramente lamentando que este sea el cuarto y último año de su gobierno y sabedora que su capital de adhesión es histórica, debe preservarlo. Por ello está trabajando en su legado y dentro de él, dejar normas para la participación ciudadana que ponga fin al oscurantismo, ha sido un objetivo estratégico. Al poner en aplicación la Ley 20285 sobre Acceso a la información, ha consagrado la Transparencia Activa de parte del Estado y ahora es obligación que todos los organismos de la Administración deban mantener publicada información sobre sus presupuestos, gastos, contrataciones y remuneraciones. Es el paso más trascendente en materia de probidad – y es de esperar que no se entrabe su pronta aplicación en todo el sector público- que permitirá distinguirla claramente de su antecesor. Se nota, respecto al gobierno de Ricardo Lagos, que la Presidenta ha demostrado una mayor capacidad de liderazgo, lo cual se ha probado en momentos de crisis y en una gestión sólida en materia de Hacienda, donde Andrés Velasco, con sus paquetes reactivadores, ha apuntado a la clase media, y la percepción de esa opinión pública es de una gran confianza respecto a la forma como se están conduciendo las cosas. 

El laguismo como tendencia transversal, se ha desperfilado desde que vio fenecer sus pretensiones de reelección del líder para el bicentenario. Sin lugar a dudas, el político de mayor carisma es la Presidenta quien, por fin, ha emprendido un vuelo libre, en el cual ha aprovechado su carisma, su mesura y energía para rayar la cancha en medio de las incertidumbres globales.

¿Ordenar la Concertación?
A nivel partidario es donde se perciben los mayores problemas. La Alianza con la UDI Y RN en difícil equilibrio y en la Concertación un desorden mayúsculo, con peleas en plena proclamación del candidato único, que ahora es uno de varios que postulan. En el partido Socialista hay dos descolgados y un díscolo que tiene  con K.O técnico a Camilo Escalona. El emplazamiento que le ha hecho Marco Enríquez Ominami Gumucio para debatir ideas y no cuotas de poder, fue un golpe efectivo que no ha tenido respuesta.  

El 14% que ha alcanzado el diputado socialista de 35 años como candidato presidencial, ha sido una fuerza centrífuga que empieza a dejar descolgados en todo el escenario político. Se advierten cuotas de pánico en las cúpulas y se comenta en círculos radicales que las simpatías aumentan a favor del díscolo Marco, en una revancha que podrían jugar radicales ofendidos aún por la salida de madre de Escalona en la proclamación de Eduardo Frei. Lo cual de ser cierto, habrá que ponderarlo a la hora de los cómputos.

Adolfo Zaldívar mantiene su discurso de descentralización y clase media, pero el hecho real, más allá de los financiamientos en discusión, es que el transporte público empezó a mejorar luego de la titánica gestión de Cortazar. Zaldívar fue expulsado por la Mesa de Soledad Alvear, luego que votara en contra para financiar el Trasantiago; pero ya ese foco de atención se ha ido diluyendo y el Senador no ha crecido en las encuestas y quizás difícilmente lo logre, salvo en algunas regiones donde el Partido Regionalista obtuvo interesante representación popular.

Eduardo Frei entró al ruedo como reserva, carta de unidad y marca registrada de la DC. Pero, al haberse articulado las primarias en forma limitada, acotadas a las decisiones de las cúpulas, se perdió una gran oportunidad de ir al debate amplio de ideas, que Frei nunca ha rehuido. Pero, el afán de evitar que participaran los díscolos socialistas, llevó a la camisa de once varas en que se encuentra hoy la Concertación, con un candidato de sus filas, entrando por los palos y legitimándose en la opinión pública con una desafiante actitud.

Batiendo el debate como bandera
Porque Marco está dando en la tecla: en esa necesidad cívica de escuchar posiciones diversas para construir país. De respetar los espacios locales y las organizaciones ciudadanas. Es que los partidos políticos de la Concertación pecan de mantener actitudes autoritarias y estalinianas que ellos mismos combatieron frente a Pinochet. Tomarse un partido con un puñado de personas que se inscriben como militantes aunque nada tienen que ver con adhesiones a principios o doctrinas, es una forma perversa de controlar el poder. 

A Eduardo Frei Ruiz Tagle esto lo enfrenta a una dicotomía: no puede ser abiertamente crítico de los partidos que lo apoyan y, por otra parte, tiene la necesidad de encarnar cambios cualitativos que vayan al rescate y revalidación de la actividad política como servicio público. Sacar de la política a los que vienen a ella a servirse del Estado, es algo que requiere grandes espaldas, pero animarse a hacerlo y comprometerlo en una elección es con seguridad una carta efectiva para atraer ese 50% que no opina, no se pronuncia, pero que votará por quien mejor lo interprete.

En este contexto, la irrupción de Marco Enríquez Ominami tiene la cualidad de tener la libertad que da según Hayek la independencia económica. Sus espaldas políticas provienen de cuna familiar, por ser hijo y nieto del red-set nacional, pero, fundamentalmente, su escalada en las encuestas obedece a la empatía que está siendo capaz de transmitir hacia quienes integran esa caja negra que representa un 50% del electorado nacional.
Atacama, 10 de mayo de 2009

-El autor es Poeta y Escritor.

Compartir:

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

WordPress Theme built by Shufflehound. piensaChile © Copyright 2021. All rights reserved.