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Ex-senador Lavandero afirma ser provocado por Armendáriz, quien le persigue como un poseso

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El incidente no fue casual. Al parecer, estaba preparado. Dos muchachones que con traje oscuro simulaban ser empaquetadores, estaban parados al lado de una de las cajas. ¿En que lugar? En un Easy del sector La Reina, donde Xavier Armendáriz es Fiscal. ¿Qué hacían allí estos jóvenes uno del porte mío y otro mas alto? ¿Por qué me gritaron insultos si no los conocía?. Si tenían 16 años, aunque no lo parecía, cuando ocurrió el juicio tendrían solo 11 años, ¿qué podían saber de este asunto?. 

[NdR: El 21.04.2009 así informó El Mercurio sobre los hechos: Un adolescente denuncia a Jorge Lavandero por agresión

Xavier Armendáriz salió de inmediato amenazándome con afirmaciones que, según él, podrían revocarme los beneficios de que estaba gozando. Esa era la intención clara y señalada con toda la publicidad de los medios.

Su fiscal subordinado también salió a la palestra públicamente, antes de investigar nada, y dijo que yo habría huido y que habían ido a mi casa a notificarme para una comparecencia, No solo este hecho es absolutamente falso, ya que los sucesos ocurrieron cerca de las 4 de la tarde y la denuncia se hizo después de las 6, según esas versiones.

Es decir, me estarían citando antes de que llegara la denuncia a Carabineros y sin ninguna investigación previa. La otra explicación es que todo estaba preparado de antemano.
 
Sus públicas amenazas, que son constitutivas de delitos agravadas por quien debe administrar justicia –la justicia se hace en los tribunales y no por los medios de comunicación, a menos que sea una revancha personal–, pero además es ridícula e ignorante en su afán premeditado de perseguirme, porque el 26 de marzo cumplí totalmente mi condena y soy un hombre hoy con libertad plena y no dependo de Gendarmería, ni de ningún beneficio.

La misma actitud desarrolló el vocero de la fiscalía Mario Schiling, en el sentido que me había fugado y que me habían hecho guardia durante 12 horas en mi casa para notificarme de concurrir a la fiscalía para declarar. Si hubiese sido así, las  declaraciones de estos fiscales se hicieron antes siquiera que la denuncia o que se me pretendió notificar entre las 7 de la tarde y toda la noche hasta las 7 de la mañana. Absurdo e ilegal. He preguntado al conserje del lugar donde vivo y este me ha dicho que nadie me ha buscado en esas horas.

Persecución inexplicable
¿Qué significa todo esto, alguien me lo puede explicar? La única explicación plausible demostraría que todo estaba preparado de antemano. Todo esto es maquiavélico y perverso; este señor Armendáriz, por razones que desconozco, pero que presumo, me ha perseguido por todo Chile.

Presentó una denuncia en Temuco por abusos deshonestos a tres menores. Cuando se dio cuenta que esos menores y sus padres mentían, se buscó a otros a los cuales, públicamente y por los diarios, les ofreció 100 millones de pesos a cada uno para que hicieran la denuncia, y como no lo logró fue a sus casas para presionarlos y allí logro las declaraciones que nunca antes habían hecho.

Les buscó un abogado de un estudio caro, como lo es Julián López. Algunos de los primeros niños, públicamente declararon que me pedían disculpas y que Armendáriz les había ofrecido plata para que declararan en mi contra.
 
Otra madre declaró que yo había abusado de su hija, cuando tenía 6 años y que ella, Victoria Urrutia, se había percatado al leer el libro de vida de su hija. Lo más curioso de ese asunto fue que en ese entonces la niña no tenía la edad suficiente para escribir un libro de vida. Pero, peor aún, cuando se le requirió entregar el libro primero dijo que estaba en manos de unas monjas en el norte, después señaló que habían entrado a robar a su casa y lo único que se habían llevado era el diario de vida de su hija.

Frente a estos hechos y episodios, al fiscal Armendáriz no le quedó otra cosa que esconder y sacar de las medios de comunicación a la señora Victoria Urrutia, quien, además,  tenía un demanda del consejo de padres en colegio de su hija por robarse los fondos que reunían los familiares, en su calidad de tesorera.

La otra niña, que en un principio había presentado este fiscal, tuvo una hija, Belén, con un camarógrafo del Canal 13. También apresuradamente la escondieron y la hicieron desaparecer del ambiente público. Otra de las niñas que finalmente utilizó Armendáriz, al hacerse un examen por el Instituto Médico Legal, se descubrió dos cosas y que aparecen en el expediente.

La primera es que la niña no era virgen; ante esto, ella declaró que un vecino la había violado. Pedimos que ese delito, que era grave, se investigase, pero Armendáriz le echó tierra al asunto y no hizo nada.

La segunda, es que la niña tenía una enfermedad venérea, condiloma humano, y que también esta enfermedad venérea la tenía el otro hermano menor denunciante; reconoció que había tenido relaciones sexuales con su hermano (todo esto está en el expediente). Tampoco Armendáriz quiso investigar al portador de esta enfermedad que ambos tenían, pese a que se lo exigimos, pero nada quiso hacer, aun cuando era mas grave que los abusos deshonestos que a mí me imputaba.
Por lo menos, yo me hice examen a ese propósito y por cierto no tenía ninguna enfermedad venérea.

Hay que recordar que, la principal testigo de Armendáriz dijo que me había visto en el sauna con unos niños, "al desempañar los vidrios por fuera". Hecho que va contra todas las leyes físicas que determinan que el vapor se acumula por dentro por la diferencia de temperatura y que nunca pudo ver nada, porque los vidrios no se pueden desempañar por fuera.
Pero Armendáriz y la jueza de garantía, Georgina Gutiérrez, no garantizaron ninguno de mis derechos y lo aceptaron todo sin ningún reparo.

Más grave que lo anterior es que, según Armendáriz, yo habría comenzado a cometer los abusos por primera vez a los 72 años y el 16 de diciembre del 2000. No antes ni después. ¿ Por qué? Porque la Reforma Procesal Penal comenzó a regir en la Novena Región el 16 de diciembre del 2000.

Esto también Armendáriz lo utilizó en Santiago y en 15 casos en que hizo coincidir las fechas con la comisión de presuntos delitos, le fue rechazada con un verdadero escándalo y no se le aceptaron los jueces de garantías santiaguinos. La razón de este método es que para apoderarse de los juicios y sacarlos del sistema antiguo tenían que ser hechos cometidos después de la fecha de instalación del nuevo procedimiento procesal. 

Si los delitos reales se hubiesen cometido antes de la fecha 16 de diciembre del 2000, no le habría correspondido a él, sino a los jueces antiguos con los procedimientos anteriores, de tal manera que comenzar a cometer delitos en esa fecha es acomodar la comisión de delitos, no a la posible realidad sino a la voluntad de Armendáriz para tomar la investigación sólo él y desplazar a un juez independiente.

Tanto fue el cántaro al agua que al fin  se rompió. No obstante que viajaba con alrededor de 15 fiscales para investigar mi caso, no obtuvo ninguna prueba concreta. Se le desarmó el naipe y tuvo que recurrir al juicio abreviado. 
 
Todos los chilenos tienen hoy derecho, cuando se les imputa un delito, a un juicio Oral Público. Excepcionalmente cuando el fiscal no tiene pruebas o el tramite judicial amenaza ser demasiado extenso, el fiscal y sólo el fiscal, puede ofrecer un juicio abreviado al imputado. Armendáriz no tenía ninguna prueba y presionó al abogado Matías Balmaceda para llegar a un acuerdo con él, y a mis espaldas, para un juicio abreviado.

Lo rechacé con persistencia y así lo dije en la primera audiencia pública. Y lo hice por tres veces consecutivas. Cuando me preguntó la juez si declaraba libre y voluntariamente, le repetí una y otra vez que había sido presionado y al continuar la juez adelante, no obstante que declarar libre y voluntariamente es esencial para la prosecución del juicio abreviado, al ver que se desentendía de mi clara afirmación, me paré y salí del tribunal e hice declaraciones a los medios que era absolutamente inocente de los cargos que se me imputaban.

Esto es público, esta en los medios de la época. Acto seguido le pedí a mi abogado que pidiera la nulidad de ese juicio abreviado y que fuésemos al oral público a que tenia derecho. Balmaceda se negó, aduciendo que tenía un compromiso con Armendáriz y que no lo haría. Tras mi insistencia, renunció al patrocinio de mi causa y así, entre gallos y medianoche, logré obtener el patrocinio de Alfredo Morgado y Reynerio García de la Pastora, quienes pidieron la nulidad antes de la sentencia. 

La jueza Georgina Gutiérrez señaló una fecha para dictar sentencia cinco días después. Pero cuando supo que Balmaceda había renunciado al patrocinio de mi causa adelantó la sentencia para que Morgado y García de la Pastora, no alcanzaran a estudiar el expediente, e incluso viajar desde Santiago a Temuco. 
 
Xavier Armendáriz, Matías Balmaceda, Julián López y Georgina Gutiérrez, Juez de Garantía, que nada garantizó frente a la prepotencia de Armendáriz, deshicieron el acuerdo para el juicio abreviado a tal punto que el señor Armendáriz apeló de su propio acuerdo, no lo respetó.

Algo insólito, algo nunca visto que rompiese el mismo acuerdo que él y sólo el ofreció. La explicación que me dio Balmaceda, cuando fue a visitarme al CAS (Cárcel de Alta Seguridad) para cobrarme nuevos honorarios según él pendientes, que el acuerdo fue personal y al no estar él en el juicio, Armendáriz se había sentido autorizado a no respetar el acuerdo. No se necesita ser abogado, ni experto legal, para darse cuenta de la aberración jurídica que esto contiene.

Parece insostenible que entre el abogado de un imputado y el Fiscal se llegue a un acuerdo personal, sin ser aceptado, por el cliente y que después, porque se cambie de abogado, no se respete ese acuerdo y peor aún, que Armendáriz llegue a apelar de su propio acuerdo. Esto no significa otra cosa que si se descarta el juicio oral público porque se ha llegado a un acuerdo para el juicio abreviado y después no se respeta ese acuerdo, es claro que no hubo, ni juicio oral, ni juicio abreviado. Hasta el más lego entiende que en ningún caso se respetó el debido proceso.
 
Esto es muy serio. No sé si alguien conocerá algo igual en que entre la jueza -que conoció el acuerdo que se tomó en su oficina del tribunal-, mi abogado Balmaceda, Armendáriz y Julián López invalidaran el propio acuerdo. Es decir, y repito, no tuve un juicio oral público, pero tampoco el abreviado, ya que se desconoció lo principal para aceptar un juicio abreviado, el propio acuerdo y sin él no existe el juicio abreviado. 
 
Mis amigos tienen que tener las cosas claras, tal como muchos extraños que lo presienten, se acercan a mi en la calle o en cualquier parte para solidarizarse.
 
La provocación de que fui objeto ha sido la primera y hasta ahora la única, pero tiene la huella digital de Armendáriz, quien actúa conmigo como un poseso y que por razones no enteramente desconocidas, ha asumido esta actitud.
 
Quiero agregar algunos detalles, que son peores que todo lo que he relatado.

Antes de la audiencia para el juicio abreviado, se trató la indemnización para los presuntamente perjudicados y allí se me obligó a pagar, con la jueza Gutiérrez presidiendo, 150 millones de pesos. Fue en la audiencia previa y esto antes que se tratase el juicio principal. La audiencia la detuvo la jueza, se suspendió la sesión, se levantó el embargo de mis bienes para que pudiese retirar del Banco de Chile el dinero de la indemnización obligada. Repito, antes del juicio mismo.
 
Esto significaría que la jueza anticipadamente tenía el propósito de condenarme, de otra manera no se explicaría la seguridad de exigirme en pleno tribunal ese pago, antes de definirse si era inocente o culpable. No deberían existir dudas que ella, preconcebidamente, sabía que posteriormente al pago me condenaría. 

¿De que imparcialidad hablamos si no tuve las más mínima opción de salir bien librado? Y esto aún no teniendo, Armendáriz, ni la jueza, ninguna prueba concreta, mas que los decires y rumores gatillados por los medios de comunicación y que todo el mundo debe recordar, como lo reafirmó no sólo el jurista José Galiano, sino el propio ministro de la corte Alberto Chaigneau, cuando los periodistas le preguntaron su opinión al respecto: “Que me preguntan a mí, si ustedes ya lo juzgaron”.

Todo lo expresado es verdadero y que cada afirmación puede ser comprobada en el mismo expediente público

– El autor es abogado, ex Senador de la República.

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