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¿Educación para qué?

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Hoy día se vive en todo Chile la discusión de formas y reformas estructurales de la educación. Estudiantes y profesores paralizan justamente cuando los representantes electos, que no se interesan en la opinión de los electores, discuten la Ley General de Educación con propuestas que parecen sacadas de un libro de chistes. El actual gobierno de la alianza de los grandes empresarios, partidos y oficiales de las fuerzas armadas, para negociar acuerdos por arriba con la oposición, ha recogido cañuela retirando el carácter de urgencia al proyecto de ley despertando la ira de los profesores y estudiantes, actores directos del proceso pedagógico institucional.
 
Para nadie es un misterio que la educación municipalizada es inferior a la privada, o que los colegios subvencionados también cobran dinero. A la universidad y a las escuelas de oficiales entra un porcentaje sumamente alto de estudiantes privados, mientras entra rasguñando un pequeño por ciento de estudiantes municipales. La estatización de la educación, que es la propuesta de la izquierda del colegio de profesores, de la Fech, de la CUT y de los clones del PC que organizan las llamadas "redes transversales de estudiantes", seguirá siendo lo mismo, aunque el gobierno inyecte toda la recaudación de impuesto del cobre que se llevan las grandes empresas, y las universidades seguirán siendo una fuente de endeudamiento de los futuros profesionales.
 
La única solución posible es una democratización profunda del sistema educativo, que sean estatizados todos los colegios y universidades, incluyendo los privados, que el estado pague buenos salarios a los profesores y trabajadores de la educación, que los municipios se encarguen de la infraestructura, locales, materiales y alimentación, y que la comunidad de apoderados y vecinos de cada escuela o universidad sea la responsable de los programas, administración, evaluación y selección de profesores y de quienes irán a estudiar a la universidad, la que debería regirse por un sistema de preparación técnica y profesional destinada al desarrollo de la autogestión, emprendimientos productivos barriales, redes de economía alternativa, salud comunitaria y demás requerimientos generales de organización de los asuntos públicos. Debería acabarse con la PSU y las universidades asegurar gratuitamente el cupo para los estudiantes seleccionados en sus comunidades.
 
De seguir el actual camino estructural, funcional y de contenidos de la red educativa, se seguirá ahondando la brecha entre ricos y pobres, entre estudiantes mejor capacitados gracias al dinero y estudiantes que no consiguen entrar a la educación superior. De continuar el actual estado de cosas, seguirá en aumento la cesantía y el uso de las empresas para la depredación del medio ambiente. La educación continuará siendo más bien el método de selección de unos pocos que conseguirán empleo gracias al título y la gran mayoría de la población que sólo podrá obtener un trabajo después de largas filas y recorridos de lugar en lugar en el mal llamado libre mercado, dejando en la indefensión a las tres cuartas partes de la sociedad. Y cuando se consigue trabajo, éste es inestable, precario y temporal.
 
Para llegar a un sistema educativo como este que perfilamos, que interprete las necesidades sociales, no será posible luchar solamente por colocar representantes que modifiquen las leyes para imponer un modelo de arriba-abajo, sino que habrá que implementarlo en la práctica comunitaria como forma de ir mostrando y educando a la población que, junto al desarrollo de una nueva economía y de una nueva democracia que rescate la soberanía popular desde abajo, también es posible ir desenvolviendo otra educación que nace precisamente de esas formas de auto organización social, preparando a los hijos para darle continuidad, para que asuman la conducción de su entorno y crecer expandiéndose en la forma de redes alternativas de una nueva sociedad. Es decir, la construcción de la nueva sociedad desde abajo se educa a si misma.
 
Eso lleva a sintetizar el problema en dos necesidades específicas: la primera dice con los emprendimientos productivos autogestionarios y de servicios desarrollados en las localidades y el otro dice con las escuelas comunitarias autónomas administradas por la propia vecindad. La articulación de estos factores en una comuna junto a la salud comunitaria, colectivos de comprando juntos, aprovechamiento de la basura, centros culturales y otras formas de organización y dinámicas desde abajo, no es más que la nueva forma de ser que deben adquirir las municipalidades y, mientras ello no sea posible, explica la necesidad de erigir municipios autónomos alternativos que, sin ser ilegales, van mostrando y educando a la comunidad acerca de cómo debería funcionar una nueva institucionalidad democrática construida desde lo cotidiano recuperando el ejercicio de la soberanía popular.
 
De esa manera los profesores y estudiantes no sólo tendrían que desgastarse tratando de exigir al estado que mejore el sistema educativo, sino que podrían destinar esfuerzos también a la construcción de las condiciones de la autoorganización social, las redes de economía alternativa, las escuelas comunitarias y el municipio autónomo.
 
Tal vez ello sea una mejor forma de aprovechar la energía estudiantil que sirviendo de carne de cañón para los distintos proyectos políticos que se disputan su conducción y que sólo sirven por ahora de mecanismos de presión y negociación por arriba a los dirigentes que negocian con las instituciones.
 
Así la disyuntiva actual es presionar para que las autoridades cambien la ley de educación o sembrar las condiciones para el cambio social desde abajo y para una nueva educación que dependa de la democracia ciudadana en las localidades.
 
Nosotros no pedimos ni la inscripción electoral ni el voto, sólo hacemos una campaña electoral para impulsar la autoorganización social, las escuelas comunitarias y para el municipio autónomo. Si alguien vota por nosotros y sacamos un tanto por ciento electoral, bienvenido sea, sabremos responder a la exigencia de la gente.
 
No aceptamos apoyo de los partidos ni de las corrientes ideológicas, ya que no lo necesitamos. Quien necesita apoyo es la gente en su barrio. Si alguien quiere apoyar nuestra candidatura, que hable con sus vecinos y organice la nueva democracia en la vida comunitaria. Basta de quedarse en generar movimientos y organizaciones "transversales", que sólo sirven de carne de cañón y para la lucha reivindicativa, es hora de concentrar esfuerzos en las localidades para construir la nueva sociedad.
 
– El autor – Profesor J -es Pre candidato independiente a la alcaldía de Valparaíso

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