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La Televisión Chilena sobre Colombia

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La noticia de que el presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, estaba siendo investigado por su presunta responsabilidad en lo que se llamó la masacre de El Aro, fue difundida por Radio Caracol () y publicada luego por el diario colombiano El Espectador en su edición online del 23 de abril, poco antes de las tres de la tarde.

El Espectador informaba que un miembro de una milicia paramilitar había denunciado la participación de Uribe, para la época gobernador de la provincia de Antioquia, en la planificación del ataque contra el poblado El Aro, municipalidad de Ituango, y posterior asesinato de quince campesinos el 22 de octubre de 1997. Tropas del ejército colombiano y unidades paramilitares violaron a las mujeres y arrasaron con el pueblo, incendiándolo y llevándose el ganado de los habitantes (aquí se encuentra más información sobre esa masacre).

Según esta misma fuente, el presidente Álvaro Uribe anunció el 23 de noviembre de lo que debe ser 2007 (la fuente dice, erróneamente, 2008), que un paramilitar lo había identificado a él, con los generales Ospina y Rosso y el cabecilla paramilitar Salvatore Mancuso, como quienes planificaron la masacre. Dijo el testigo que tras la matanza, Uribe los felicitó porque en el ataque habían liberado a seis rehenes, incluyendo a uno de sus primos, y que el hermano de Uribe (Santiago), un hacendado, había contribuido con veinte hombres de su propio ejército privado. Según el testigo, Uribe y sus cómplices se habían reunido a planificar la matanza en el pueblo de La Cuacana.

El senador Gustavo Preto ha denunciado también que Uribe utilizó el helicóptero de la gobernación para transportar a las tropas que cometieron la masacre. Uno de las pruebas materiales más convincentes es un mensaje de beeper interceptado y dado a conocer posteriormente en el que uno de los paramilitares implicados en la masacre dice: "Te recuerdo llamar al gobernador. Preséntame y que yo lo visito en la tarde".

Uribe no ha logrado proporcionar una explicación coherente de ese mensaje y rechaza las acusaciones diciendo que se trata de inventos de "un bandido con ánimo de venganza contra un ciudadano honorable" y de una conspiración del poder judicial, en particular del juez Julio César Copete, a raíz de la querella que interpuso contra este juez, "y la respuesta es una solidaridad de cuerpo para blindarse" (Hasta Siempre).

Salvatore Mancuso, cabecilla de los paramilitares, está cumpliendo una pena de prisión de cuarenta años por esta masacre. El testigo, Francisco Enrique Villalba Hernández, está igualmente cumpliendo una pena de prisión por varias decenas de años por esta y otra masacre.

No es la primera vez que aparecen denuncias sobre la participación y complicidad de Uribe con fuerzas paramilitares. Esta acusación data de fines de 2007. Los tribunales se encuentran en la fase de investigación.

La noticia volvió a circular recientemente. Otros medios online recogieron las informaciones de Radio Caracol y El Espectador, entre ellos Nova Colombia  y El Universo, Entre otros mQh la republicó el 24 de abril a la una de la mañana. El mismo 24 la
publicaron dos importantes diarios chilenos, La Tercera y La Nación. El Mercurio la publicó recién el 26 de abril, en la portada de su edición online.

Esta es una noticia, me parece a mí, de bastante importancia y ciertamente meritoria de cobertura. El denunciante  Francisco Enrique Villalba Hernández no es un asesino a sueldo cualquiera. Durante su período como paramilitar llegó a ser comandante y tenía varias decenas de hombres bajo su mando. Obviamente era un elemento que participaba en reuniones de alto nivel de su milicia y en sus contactos con políticos. La prueba material disponible -el mensaje de beeper- es simplemente demoledora.

Además, la noticia vuelve a surgir a superficie en un contexto que no podría ser más perjudicial para el presidente. Hace unos días han encarcelado a otros legisladores de su partido por sus nexos con los paramilitares. Desde 2006 se ha procesado a 62 parlamentarios, la inmensa mayoría de ellos uribistas. La última cuyo procesamiento ha sido anunciado, ha sido la senadora Nancy Patricia Gutiérrez, presidenta del Congreso (mqh).
Casi la mitad de los legisladores procesados se encuentra en prisión; los otros están siendo investigados por sus vínculos con esos grupos de asesinos a sueldo.

También en las últimas semanas se ha dado a conocer en la prensa colombiana e internacional las campañas de asesinatos de dirigentes sindicales todavía en curso en Colombia. Desde que asumiera Uribe en 2002, fuerzas policiales, militares y paramilitares han asesinado a más de cuatrocientos sindicalistas (mQh).
Desde marzo, cuatro de ellos han sido asesinados presuntamente por haber organizado la marcha contra la violencia paramilitar en Colombia en ese mes. En realidad, la evidente participación de las autoridades en esos asesinatos le está costando a Colombia el tratado de libre comercio con Estados Unidos, que ha sido derechamente suspendido por los demócratas en el Congreso.

El 21 de marzo de 2008 el diario Los Angeles Times denunciaba una nueva táctica empleada por los militares colombianos, que consiste en asesinar a civiles y vestirles con el uniforme de la guerrilla para presentarlos como rebeldes caídos en combate. Entre este año y el pasado han asesinado así a 287 civiles. El reportaje fue publicado en español por mQh
Igualmente el jefe de la policía de inteligencia de Uribe, el general Jorge Noguera, fue destituido de su cargo tras comprobarse su participación en la elaboración de listas negras con nombres de sindicalistas y activistas de derechos humanos que debían ser eliminados y que entregaba a grupos paramilitares de extrema derecha. La noticia fue comentada en un reportaje del 14 de abril de 2008, en The New York Times;
la versión en español se encuentra en mQh.

Y para colmo de males, hace apenas unos días la Corte Suprema de Colombia ha ordenado la detención del primo del presidente, Mario Uribe (que no he podido corroborar si se trata de uno de los rehenes liberados en la masacre de El Aro), igualmente por vínculos con los paramilitares. El senador pidió asilo en la embajada de Costa Rica, le fue negado y fue arrestado al salir de la delegación diplomática.

Álvaro y Mario, los primos, han estado estrechamente relacionados. Fundaron juntos el partido uribista actual, Colombia Democrática. Tan estrechos son sus lazos, de hecho, que compartieron durante años un departamento en Bogotá. "Por esos días [fines de los ochenta] compartieron apartamento en Bogotá y juntos llegaban y salían del Capitolio Nacional" (en El Espectador).

Le costará al presidente pretender que no sabía nada de las relaciones de su primo con los paramilitares. Le será similarmente difícil pretender que no sabía nada de las prácticas criminales ilegales de su jefe de inteligencia, o de su aliada, la senadora y presidenta del Congreso, Nancy Gutiérrez.

Esta avalancha de datos y materiales sobre el presidente Uribe no se refleja, sin embargo, en toda la prensa. En Chile esta tremenda noticia no ha sido comentada en ningún canal de televisión. Megavisión y la Red no han destinado al caso ni una sola palabra. Tampoco lo ha hecho Canal 13. Televisión Nacional no comenta para nada la acusación, y prefiere al contrario comentar el presunto ataque de las FARC contra bases colombianas desde Ecuador. Este canal comentó también la detención del primo de Uribe y la postura de Correa de reconocer a las FARC si renunciaban al secuestro y otras prácticas terroristas. Chilevisión no publica nada sobre la matanza de El Aro, pero sí sobre la detención del primo.

Si esto no es manipulación de la información, no sé cómo podría llamársele. La noticia es simplemente ignorada por los canales, pese a que es de tal envergadura que le podría costar al presidente su impugnación y/o un conflicto de consecuencias no previsibles con el poder judicial. Pero sí comentan noticias de escasa importancia, como el denunciado enésimo ataque de las FARC, difundido por el gobierno de Colombia y que según las autoridades ecuatorianas es simplemente falso.

Aquí hay evidentemente manipulación. ¿Por qué quieren los canales ocultar esta información sobre Uribe y los suyos? Sucesos graves, como el asesinato de sindicalistas, los muertes recientes de los organizadores de la marcha contra la violencia paramilitar, el homicidio de civiles, etc., no llegan a los telediarios. Un ataque de las FARC, sin víctima siquera, sí. ¿Cómo deciden los canales qué información vale la pena difundir? ¿Pensarán realmente que un ataque, encima sin víctimas, es más importante que la participación del presidente en una masacre y la crisis judicial causada?

¿Y si creen que sí, que la complicidad del presidente en una masacre de campesinos no es importante y sí lo es el lanzamiento de cohetes imaginarios, podremos creer que se trata de profesionales?
¿Es acaso muy reducido el nivel de formación del periodista televisivo, que lo convierte en un profesional incapaz de evaluar las noticias que recibe de las agencias y no distingue la paja del trigo?
¿O es demasiado servil y acepta sin más las órdenes de sus jefes? ¿O, peor, comparte con ellos la opción por la desinformación y, más allá, la barbarie?

A juzgar por el ejercicio del periodismo de la televisión chilena, pareciera que se cobijan ahí, en los canales, loros mediocres y corruptos, cacatúas serviles y fascistas. Patéticos payasos. Limpiaculos.

[mérici]

[Consúltese también 'Uribe, Criminal de Guerra', en mérici, y  Extraño Crimen Pasional en Colombia'].

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