Chile, 1º de mayo: Trabajadores exigen $ 350.000 salario mínimo y renacionalización del cobre
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
17 años atrás 6 min lectura
Fueron casi 10 mil [1] trabajadoras y trabajadores que se concentraron el jueves Primero de Mayo de 2008, en la Alameda, arteria principal de Chile, para conmemorar un nuevo Día Mundial del Trabajador. Se trató de asalariados de todos los sectores de la economía del país; organizaciones sindicales y trabajadores todavía no organizados; mujeres, hombres y jóvenes; pensionados y cesantes; agrupaciones sociales y políticas que se volvieron un solo empeño contra los abusos patronales. La concentración multisindical colmó la avenida, en un contexto franco de alza de luchas laborales, perdido el miedo y como no se había visto desde el fin de la dictadura militar y el comienzo de los gobiernos civiles.
La multitudinaria concentración, también estuvo signada por la toma del escenario por agrupaciones de pobladores sin casa, y la violencia de las Fuerzas Militarizadas de Carabines al final del evento, que tuvo un saldo de detenidos todavía sin cálculos oficiales.
La crisis económica en el mundo y en Chile
Se está en medio de un marco mundial y nacional marcado por la recesión económica originada en EEUU, cuyas repercusiones golpean a los países desarrollados, los llamados países "emergentes", y los países pobres -como Chile-, con alcances impredecibles.
Es la crisis del capital financiero y especulativo. Es la crisis de la disociación perversa de la economía real respecto de la especulación de los grandes inversionistas. Es la crisis de un capitalismo fundado en la pura ganancia y el egoísmo; la guerra y los privilegios de unos pocos contra toda la humanidad y la propia sobrevivencia del planeta.
Durante el último período, debido a la desaceleración económica, el alza histórica de los alimentos, la fuerte inflación, la caída del dólar, el precio altísimo del petróleo y la energía; el salario de los trabajadores se encoge dramáticamente y el endeudamiento con la banca usurera y las casas comerciales arriesga su no pago; las desigualdades sociales se polarizan aún más entre un puñado de ricos que vive en el despilfarro y una minoría privilegiada, mientras las grandes mayorías nacionales sufren la destrucción de sus derechos a la salud, la educación, la vivienda, la previsión social y al propio trabajo. Los patrones tratan de mantener sus millonarias ganancias a costa del congelamiento de los salarios, el subcontratismo, la flexibilidad laboral, los sueldos de hambre y los despidos de la clase que sobrevive de la pura venta de su trabajo. Por arriba, la Concertación, la Alianza por Chile y el empresariado castigan a los asalariados para prosperidad de sus prebendas, y por abajo, camina la lucha y la recomposición de las fuerzas de los trabajadores y el pueblo.
Los trabajadores opinan
Rubén Villanueva, dirigente nacional de la Confederación de Sindicatos de la Empresa Privada de Chile (CEPCH), mientras marchaba dijo que "es preciso demandar un salario mínimo de $ 350 mil pesos (aproximadamente, 600 dólares, en un país donde el kilo de pan cuesta 2 dólares y un arriendo habitacional promedio, 200 dólares) y un alza general de sueldos de un 40 %. Con las remuneraciones actuales ya no alcanza para vivir. Cada día que pasa, somos más los pobres, la vida es más cara y los que están en el poder –los empresarios y los políticos de los empresarios- siguen engordando sus bolsillos.", y agrega que "Sólo la unidad y organización más amplia de los trabajadores y el pueblo, avanzando con independencia de los patrones y el Estado, y con los ojos bien puestos en un futuro socialista, son las pegas urgentes para enfrentar la crisis económica que el empresariado quiere resolver a nuestra costa."
Por su parte, Ramón López, dirigente de la Federación Nacional del CIMM (empresa asociada a la investigación de la producción cuprífera) afirma que "urge que los trabajadores y la mayoría gigante de chilenos nos pongamos en la pelea por renacionalizar el cobre y colocar los beneficios de su riqueza al servicio del desarrollo del país. Hay que terminar con las privatizaciones y que las empresas en quiebra (que todos los días son más) sean administradas por los propios trabajadores."
Cuando el Primero de Mayo aglutinó a millares en el corazón del país, Marcelo Fuentes, obrero calificado, aclaró que "la CUT de Martínez está subordinada a los intereses del gobierno y cerquita de los empresarios. Por eso hay que refundar el sindicalismo chileno, como lo imaginaron y lo hicieron Luis Emilio Recabarren y Clotario Blest. Con autonomía, con independencia; haciendo la fuerza para que mañana los trabajadores y el pueblo tomen las riendas de Chile. Los patrones no son necesarios y sólo el pueblo libera al pueblo."
La Presidenta de la CEPCH, Angélica Carvallo Prenafeta, encabezó una columna de miles de asalariados fuertemente críticos a la conducción actual de la CUT. Al respecto, como es habitual, Arturo Martínez, presidente de la Central dio un discurso haciendo hincapié en la alianza entre parte de la Concertación y la izquierda tradicional extraparlamentaria para un eventual acuerdo electoral en las presidenciales de 2009. En la reciente elección interna del Partido Socialista, Arturo Martínez participó en la lista encabezada por el neoliberal Camilo Escalona, obteniendo una votación irrelevante.
Angélica Carvallo realizó una alocución en la propia calle ante un gran contingente de trabajadores donde enfatizó que “es indispensable reunir las fuerzas que apuestan a la unidad de la clase con un proyecto propio. Quienes conducen la CUT hoy, además de ser corruptos probados, son la extensión de las políticas gubernamentales, las cuales están digitadas por el gran capital, el empresariado y los partidos políticos del sistema. Son los de arriba tratando de engañar a los de abajo. Pero ahora los de abajo con rapidez vamos recobrando conciencia. La refundación de un sindicalismo que responda a los intereses profundos de los trabajadores es sólo cuestión de tiempo.”
Las banderas de los trabajadores se entremezclaron para formar la espada del futuro justo e igualitario; la esperanza y necesidad histórica de construir una sociedad nueva, sin explotados ni explotadores.
Las demandas urgentes
• Salario mínimo de $ 350 mil pesos.
• 40 % de reajuste general de sueldos.
• Fin a la subcontratación. A igual trabajo, igual salario.
• Fin a las prácticas antisindicales y a la criminalización de las luchas sociales.
• Un Código del Trabajo que cautele los intereses de los trabajadores.
• Renacionalización del Cobre.
• Aplicación y respeto de los Derechos Humanos fundamentales, como la educación digna, salud, vivienda, trabajo, previsión social, cultura.
– El autor es Miembro del Polo de Trabajador@a por el Socialismo
Web: www.polotxs.blogspot.com
e-mail: trabajadoresxsocialismo@gmail.com
Nota de la Redacción de piensaChile:
[1] Según Radio Cooperativa, la concentración en la Alameda habría logrado superar los 20.000 participantes. Hubieron demostraciónes y meeting en 28 ciudades del país, siendo las más grandes las de Santiago, Valparaíso y Concepción.
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