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En Talca, un "asesinato legal" que permanece impune

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Se ha producido recientemente en la ciudad de Talca, un pronunciamiento judicial que ha suscitado una enorme sorpresa e inquietud en aquellos sectores que luchamos por preservar la memoria de Chile.

Una jueza de la Corte de Apelaciones ha rechazado el recurso judicial en favor de Dn. Germán Castro, el último Intendente del ex-Presidente Allende en la Provincia de Talca, quien fue fusilado por las autoridades militares sin que mediara en su favor el consabido «debido proceso», principio jurídico universal consagrado también en nuestra Constitución y en nuestras leyes. La Jueza ha basado su veredicto en la existencia de un Consejo de Guerra que habría funcionado legalmente y pronunciado la pena de muerte para el Intendente Castro.

Varias razones me vinculan muy estrechamente a los hechos ocurridos hace ya más de 30 años y que inciden en esta inverosímil sentencia talquina de hoy día.
La primera de estas razones es que detento el honor de haber ocupado las mismas funciones que Germán Castro desempeñó durante el mismo periodo, pero, en mi caso, en la austral provincia de Valdivia.

La segunda, es que también fui condenado por un Consejo de Guerra («legal», por supuesto!) cuya condena fui obligado a cumplir en …la Penitenciaría de Talca!
Fue en este fatídico centro de reclusión que conocí el testimonio de muchos de los presos, colaboradores del ex-Intendente Castro, respecto de los hechos de guerra que ocurrieron el día 11 de Septiembre, productos de los cuales un Carabinero resultó herido de muerte. Relatos íntimos entre los presos, de aquellos que se generan en esas condiciones de opresión, al calor de la solidaridad entre las víctimas, me permitieron conocer al ex-Intendente, por boca de sus ex-colaboradores, como un gran camarada y un hombre de honor!

Que el espúreo Consejo de Guerra de aquella época, celebrado «entre gallos y medianoche», a posteriori, una vez cometido el crimen, no hubiese aceptado que los supuestos delitos del Intendente eran «hechos de guerra» no representa sorpresa para nadie. En la guerra que ellos mismos declararon, el enemigo, o sea, los defensores de la Constitución y del Presidente Allende, no teníamos derecho a usar las armas pues si así lo hacíamos eramos «terroristas» o «extremistas» que merecíamos el rigor de los Consejos de Guerra! Pero, lo que resulta inaceptable, es que 30 años después, una Jueza de nuestra República, declare abismantemente, que el Consejo de Guerra contra Germán Castro pronunció una «sentencia legal». Uno se pregunta si esta Sra.Jueza ha leído hojeado por lo menos- los Informes Rettig et Valech-. En ellos, hay sendos capítulos consagrados a los Consejos de Guerra donde se deja meridianamente en claro que «La Comisión se encuentra moralmente impedida para aceptar que en ningún Consejo de Guerra de 1973, los interrogados, encausados y condenados hayan tenido verdaderamente un debido proceso» (Tercera Parte, Capítulo 1, párrafo 1.e.2.1)».

¿Conoce acaso la Sra. Jueza de Talca, a propósito del desafuero del ex-dictador chileno, el texto del voto del Ministro de la Corte Suprema, Sr. Muñoz, hecho público recientemente, en relación a la prevalencia de los Convenios Internacionales de Guerra por sobre las leyes nacionales?.
Creo, además, que valdría la pena recordarle a la Sra. Jueza que don Germán Castro, en tanto Intendente Provincial gozaba al día 11 de Septiembre 1973 y hasta 6 meses después, de fuero constitucional. ¿Existió acaso un acuerdo de la Corte de Apelaciones de Talca donde, después del 11 de Septiembre, se hubiese decidido privar del fuero constitucional al Intendente Castro para que este pudiera ser juzgado por un Tribunal competente de la República (artículo 699 del CPP)?. La Jueza recordará que la Junta Militar desde sus primeros bandos se comprometió a respetar las plenas atribuciones del Poder Judicial. ¿No es acaso el desafuero de un Intendente una competencia exclusiva de dicho Poder del Estado?.

Quizás el entorno profesional que rodea hoy día a la Sra. Jueza sea el mismo que yo conocí 30 años atrás cuando sus colegas jueces de entonces integraban la comitiva «Visita Semestral de Cárceles». Si fuese así, entonces se comprende mejor la sentencia de la Sra. Jueza del año 2006. En efecto, sus colegas de ayer, genuflexos de las autoridades uniformadas, recibieron de mi parte, aprovechando la comedia de la «Visita Semestral», un escrito donde reclamaba, en derecho, que mi fuero de Intendente no había sido respetado, que reclamaba por lo tanto la anulación de todo lo obrado en contra mía y, por consiguiente, mi libertad.  Mucho «carraspeo» me parece haber escuchado ese día en el patio de reclusos de la Penitenciaría de Talca. Los jueces talquinos comprendían que la complicidad que ellos tuvieron frente al asesinato del Intendente de Talca era indirectamente evocada intempestivamente en un escrito de fecha 23 Agosto 1976 por otro Intendente del Gobierno del Presidente Allende. Demás esta decir que mi escrito llegó hasta la Corte Suprema sin que los jueces abordaran jamás el fondo de mi denuncia. «Ocúrrase ante quien corresponda» fue la lacónica sentencia de la Corte Suprema, refrendando la sentencia de la Corte de Talca, con fecha 6 de Septiembre de 1976; Rol N°20.233.

Quisiera, pese a todo, ser magnánimo con la Sra. Jueza de Talca. Aberraciones como en la que ella ha incurrido continuarán reproduciéndose a nivel judicial mientras nuestro honorable Poder Legislativo no se atreva a «ponerle el cascabel al gato». La promulgación de una ley que deje establecida la nulidad de los Consejos de Guerra sería la justa medida para las víctimas que, como la familia del Intendente Castro, reclama plena justicia pidiendo castigo para los culpables del crimen cometido.

Valga la indignación que estampo en este documento como un homenaje a hombres como Germán Castro que supieron cumplir con la palabra empeñada defendiendo con sus vidas el Gobierno del Dr.Allende. El Intendente Castro, junto a tantos otros, integra el contingente de los olvidados, aquellos a quienes la transición a la democracia dejó botados en el camino y que están obligados a aceptar la ignominia de «justicia en la medida de lo posible»!

El autor es Ex-Intendente de Valdivia

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