Ay Nicaragua, Nicaragüita: Los dos sandinismos
por Raúl Zibechi (Uruguay)
18 años atrás 14 min lectura
Luego de la derrota electoral del sandinismo en 1990, fue miembro de la dirección nacional del FSLN y responsable de organización. En 1996 es elegida como diputada de la Asamblea Nacional, pero en 1999 fue expulsada del Frente por su rechazo al pacto Alemán-Ortega, por el cual el entonces presidente y el líder de la oposición se repartieron cuotas de poder e impunidad en Nicaragua.
-¿Por qué sostiene que es necesario refundar el sandinismo?
-En Nicaragua hay dos frentes sandinistas. El de la base y el de la cúpula. Me he distanciado radicalmente de la cúpula, pero sigo en contacto con la base. El FSLN de la cúpula ha sido privatizado por Daniel Ortega, quien lo maneja como una empresa en la que él es el accionista mayoritario. Esta empresa sirve para la obtención de réditos materiales concretos y privilegios de toda suerte para un reducido grupo de personas en base a su incondicionalidad a Daniel.
En el FSLN de la cúpula hay una especie de esquizofrenia. Mientras los documentos oficiales y los discursos de plaza siguen anunciando un FSLN revolucionario, de izquierda, antimperialista, la práctica va en sentido totalmente contrario. Las mutaciones se realizaron en un largo proceso que se inició con la derrota electoral de 1990 y que pasó por la pérdida de autoridad moral debido a la “piñata”(1) y tienen su expresión más vergonzosa en el pacto de Daniel Ortega con el delincuente y ex presidente Arnoldo Alemán y el cardenal Obando, realizado en 1999.
Mediante ese pacto Ortega ha conseguido si no el control total, una cuota importante de las principales instituciones del país. A cambio dio gobernabilidad a los sucesivos gobiernos neoliberales, desmovilizando al pueblo y permitiendo las leyes y decisiones que nos han sumido en el más absoluto abandono.
-¿Qué papel está jugando Daniel Ortega para que buena parte de los dirigentes históricos y algunos destacados referentes éticos, como Ernesto Cardenal, le hayan dado la espalda? ¿Se trata de diferencias políticas o también éticas?
-Después de la derrota electoral del 90, la conducción dejó de ser un colectivo de debate, análisis y decisiones. La dirección colectiva se terminó; y carente de una renovada estrategia involucionó a la autocracia: el poder en manos de una sola persona. Daniel se entronizó como secretario general del FSLN, posición que ocupa desde 1984, y no ha permitido ningún tipo de renovación del liderazgo. También se ha adueñado de la candidatura presidencial estableciendo como doctrina que sin él como candidato sobrevendría el caos en el FSLN. Recientemente ha llegado a afirmar que “Daniel es el FSLN”. Quienes lo rodean servilmente fortalecen esta tesis, que ha caído hasta en el nepotismo. Esta manera de liderar al sandinismo tiene antecedentes en la historia de Nicaragua dominada por caudillos.
El poder autocrático quiere reducir la militancia al vasallaje y frente a ello desde hace muchos años miles de militantes nos hemos venido rebelando, insubordinando. La respuesta ha sido la represión interna, las campañas de descrédito, el aislamiento. Incluso el uso del poder dentro de las instituciones judiciales, para “crear casos” y abrir juicios contra quienes nos rebelamos. No le interesa el debate, la diversidad de pensamiento, la información alternativa y la formación política.
-La Izquierda Democrática, el sector que usted integra, participa en la alianza MPRS. ¿Qué otros partidos integran la alianza?
-Desde 1994 se han producido, por oleadas, salidas de importantes grupos de militantes. La primera gran oleada se dio con la formación del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), con Dora María Téllez, Sergio Ramírez Mercado y Ernesto Cardenal.
Luego, con la expulsión de Herty Lewites y Víctor Hugo Tinoco, se creó el Movimiento por el Rescate del Sandinismo (MPRS) al que nos integramos desde nuestra corriente denominada Izquierda Democrática. El MPRS no tiene personería jurídica como partido, así que se unió con el Movimiento Renovador Sandinista y al Partido Acción Ciudadana (PAC), ambos con personería jurídica, para crear una alianza que concurre a las elecciones de noviembre. Forman parte también el Partido Socialista, el Partido Verde Ecologista y movimientos sociales como Cambio, Reflexión, ética y Acción (CREA), que aglutina a miembros de la Juventud Sandinista y a combatientes de la defensa de la revolución en la década del 80, al Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) y a asociaciones de víctimas de plaguicidas, como el Nemagón.
-Herty Lewites era muy importante para nuestra alianza, porque contaba con una opinión favorable dentro del electorado. Hizo una buena gestión cuando fue ministro de Turismo en los años ochenta y luego en la alcaldía de Managua, y contaba con un fuerte reconocimiento de la ciudadanía. También tenía a su favor una excelente comunicación, sencilla y atrayente para la gente. Le fue reconocido también su coraje para enfrentar a Ortega. Su muerte es un duro golpe para la alianza y por ello hemos escogido una fórmula integrada por Edmundo Jarquin, quien era su candidato a la vicepresidencia, y Carlos Mejía Godoy, líder popular y el cantautor nicaragüense de más prestigio y reconocimiento a nivel nacional e internacional. Con esta fórmula esperamos enfrentar los desafíos, ahora desde luego en una posición más desventajosa.
-Las grandes organizaciones, las creadas en los años ochenta, están muy controladas por Daniel Ortega, y de alguna manera siguen subordinando sus luchas a los intereses de la maquinaria partidaria. Sus principales líderes van siempre en las listas de candidatos a diputados o están presentes en las instituciones estatales repartidas mediante el pacto.
mada Movimiento Social Otro Mundo es Posible, como expresión de pequeños grupos que intentan una actuación alternativa frente a la realidad y que han organizado manifestaciones contra la política guerrerista de Bush y participan activamente en el Foro Mesoamericano. Permanecen algunas comunidades eclesiales de base, con algunos sacerdotes fieles a la iglesia popular.
-Las injerencias del embajador Trivelli han sido ampliamente criticadas y documentadas. ¿De qué manera está interviniendo Washington en el proceso electoral?
-Estados Unidos ha intentado por todos los medios unir a los dos grupos liberales que por primera vez se presentan divididos a una elección. En 1990 todas las fuerzas de la derecha integraron la Unión Nacional Opositora (uno), en 1996 y 2001 se aglutinaron en el Partido Liberal Constitucionalista (plc) Ahora concurren el plc y la Alianza Liberal-Conservadora. Los esfuerzos desatados por Estados Unidos para tratar de que la derecha concurra unida se han realizado de una manera descarada, abiertamente injerencista, y con la bandera de impedir que Daniel Ortega llegue al poder.
-Creo que por las condiciones en que llegamos al poder, y por los modelos conocidos, nuestra revolución no desarrolló suficientemente los mecanismos democráticos, y le dejó a la derecha la bandera de la democracia. No volveríamos a atropellar la libertad de expresión, ni debemos colocarnos inútilmente en el centro de los conflictos internacionales. En aquella ocasión el conflicto Este-Oeste (Afganistán versus Nicaragua), y ahora nos quieren colocar artificialmente en el conflicto Chávez-Bush.
Creo que cometimos errores importantes en el manejo del conflicto con las comunidades étnicas y con los sectores campesinos. Aunque las condiciones son irrepetibles, creo que es un tema sobre el que aún hay mucho que hacer y no volver a errar.
-La genuina actitud antimperialista y la solidaridad, un rol del Estado realmente preocupado por los problemas de la gente y que destinó enormes esfuerzos en las tareas de la educación, la alfabetización, la salud gratuita. Con sólo rescatar la política social de la revolución daríamos un fuerte paso adelante. Tenemos que colocar como un problema central del país el combate a la violencia doméstica, y el desarrollo pleno de los derechos de las mujeres y de los niños.
-¿Qué permanece en la sociedad nicaragüense de la década sandinista?
-La apertura a la democracia formal en tanto que superación de la dictadura, aun con sus limitaciones, es un logro que la gente aprecia. La conquista de la dignidad e independencia nacionales. La conciencia de los derechos de las mujeres, que comenzó por la conciencia de la autoestima en miles de nosotras. La abolición de los órganos represivos, al servicio de la dictadura, y la construcción de instituciones profesionales y constitucionales para la defensa y el orden interno. Esta es una de las herencias más importantes de la revolución. Aun la derecha reconoce el profesionalismo del ejército y, aunque con graves retrocesos, seguimos teniendo la mejor policía en Centroamérica. No tenemos fuerzas armadas que reprimen al pueblo.
La democratización de la propiedad, que los procesos de contrarreforma emprendidos no han podido revertir de manera absoluta. Todavía permanecen reductos de “propiedad reformada” cuyo significado sigue teniendo un papel simbólico. El desarrollo de masivas organizaciones populares y sociales. Aunque falta desarrollar su autonomía.
Nos queda la historia, que es tal vez la principal herencia. Pero también nos queda la poesía, el canto, la música, la pintura, las danzas –que aún hoy nos hacen sonreír y también llorar– y que florecieron en medio de la agresión y la guerra como expresión clara de la esperanza.
El enemigo interno
existencia”, relató en su testimonio.
Hombres y
mujeres sandinistas, algunas declaradamente feministas, apoyaron a Ortega. El Frente difamó a la denunciante, a la que acusaron de hacerle el juego al enemigo y de formar parte de una conspiración digitada por la cia. Gioconda Belli señaló que si el FSLN era incapaz de escuchar a Zoilamérica “habrá llegado a ser un partido al servicio de la carrera política de un hombre”.
Carlos Fonseca Amador
Red Latina sin fronteras:
Artículos Relacionados
Diez lecciones posibles tras el impeachment a Dilma Rousseff
por Leonardo Boff (Brasil)
8 años atrás 4 min lectura
Replanteamiento en Washington: ¿se avecina un cambio de rumbo en la política de sanciones?
por Rainer Rupp (Alemania)
2 años atrás 16 min lectura
¿Ganaremos algo con las elecciones en México, Colombia y Perú?
por Profesor J (Clajadep)
19 años atrás 8 min lectura
Uruguay en el último tramo de campaña electoral
por Pablo Álvarez (Uruguay)
5 años atrás 15 min lectura
De la colusión del papel a la forestal: nuevo flanco para familias Matte y Angelini
por Fernando Seymour (Chile)
9 años atrás 7 min lectura
Reflexiones en torno a una candidatura
por Manuel Acuña Asenjo (Chile)
7 años atrás 32 min lectura
José ‘Pepe’ Mujica: “Le pido a la vida que me permita seguir ladrando un poco”
por Federico Rivas Molina y Gabriel Díaz Campanella (Desde Uruguay)
35 mins atrás
A los 89 años, el expresidente de Uruguay ha vencido al cáncer. En esta entrevista con EL PAÍS, realizada en su casa rural de Montevideo, donde aún se recupera de las secuelas del tratamiento, habla de la vida y la muerte, el rencor, la felicidad y su legado político.
¡Llamamos nuevamente a construir puentes de amistad y respeto hacia Cuba!
por Comité Internacional Paz Justicia y Dignidad de los pueblos, capítulo Suecia
1 hora atrás
El Comité Internacional Paz Justicia y Dignidad de los pueblos, capítulo Suecia, realizó una nueva manifestación frente a la embajada de EE. UU. en Estocolmo. En esta oportunidad, la periodista Kajsa Ekis Ekman, leyó una carta suya dirigida al presidente Joe Biden para que levante el criminal bloqueo impuesto al pueblo de Cuba.
Madrid, escenario de la lucha por la causa saharaui
por Alfonso Lafarga (España)
3 días atrás
La causa saharaui estará presente en Madrid el sábado 16 de noviembre con dos actos en la capital de España para expresar el apoyo a la autodeterminación del Sáhara Occidental y exigir el cumplimiento de las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, por un lado, y denunciar la traición socialista, por otro.
Entrevista: La historia no tan secreta del apoyo de Netanyahu a Hamás
por Ghousoon Bisharat (Palestina)
4 días atrás
Desde sabotear Oslo hasta canalizar dinero catarí hacia Gaza, Bibi ha pasado toda su carrera respaldando a Hamás para perpetuar el conflicto. Incluso después del 7 de octubre, argumenta el historiador Adam Raz, sigue fomentando la misma estrategia.