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Los LagoFlagelantes oiga, tantos que son, doña Juanita

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Las semanas de los arrepentidos, afligidos, contritos, apesadumbrados. Así debería llamarse al grupo de siete días que han pasado. Porque como si se les cayera el mundo, la vida, han tenido que abrir los ojos y ver como su estadista, líder, hombre de bien, y todo eso de gente linda y macro que son las personas de la clase política, muestra sus peores plumas.

Y en la sangría de sus ideas, deja ver su peor cara: promover ley de punto final y tirar para la cola; reclamar favores concedidos y lealtades ocultas en cartas secretas que le explotan en la cara porque cada vez importa menos en el juego de ajedrez del poder; defender y publicitar sus reuniones con la clase empresarial, entre otras.

Y entonces sus partidarios acérrimos, sus defensores a ultranza, pues meten la cabeza en un hoyo y se esconden de las miradas del resto, de los que les repetimos con gusto y placer: viste, gil, te lo dije.

Porque más allá de que tenga alta votación en la encuestas, en los círculos donde la gente se da el tiempo de analizar y pensar un ratito al menos, cada vez es menos escuchado que alguien levante la voz y tome las banderas del laguismo. Tan así que The Clinic, con su El Otro, un medio cercano a la Concertación, y en el que aportan dineros tipos como Ricardo Solari (socialista, ex poliministro de don Ricky, y generalísimo de La Gordi), titula y se pregunta: ¿Qué hacemos con Lagos?

Y a uno no le queda más que mirar a todos los inversores de la apuesta Crecer con Igualdad
-jajajajajaja, perdón-, con paciencia, ojos de compasión y evitar se escape una broma de mal gusto (y que, seamos sinceros, en este caso es de excelente gusto).

Resulta que sobre ellos, pues me he dado el tiempo de oírles en pasillos, conversaciones de café, en una mesa con tragos, en la micro o el metro. Acá dos acercamientos que reflejan sus sentires más exactos.

Está la niña, que bebiendo un café reconoció estar decepcionada y choqueada. Porque aunque no lograra votar por él, por culpa de eso de los kilómetros de lejanía un día de elección, pues admitió lo hubiera cumplido como ritual enfervorizado, placentero, exaltador. Y pues hoy, debe quedarse con el cuento de: “sí, me da pena, pero igual creo que el país está mejor que hace cinco años”. Ammm, ok.

O el hombre de rostro famoso, que tras participar del lanzamiento del libro “119 de los nuestros”, recibir aplausos varios, se encuentra en el pasillo con Carmen Hertz, abogada del mundillo de los DDHH y otrora casi candidata del Juntos Podemos, cuando Acción Social y la Surda aún participaban de las mesas de convergencia de la izquierda real y no representada. Entonces ella le susurra, “me encantó lo que dijiste, que bueno saber que piensas así”, recordando la frase de Alejandro Guillier: “La justicia es dar a cada uno lo suyo (…) y no se construye transándola por prebendas o favores”, que la hace en abierta alusión a Lagos que intenta salvar el bote del cuñado y otros más, incluyéndolo a él por temas de malos manejos en Obras Públicas, a cambio de perdonasos en nombre de la reconciliación. ¿Pero no era que Guillier era ultra laguista? ¿Oí mal a Alberto Luengo – hoy editor de Diario Siete-, cuando en una cátedra en la UC, dijo literalmente que al conductor de Chilevisión se le caía la baba al hablar del presi?

En fin. Así son.

Pero uno puede preguntarse, ¿y no se hacen cargo de su rayita? ¿Qué dicen de sus años de defensa y propaganda? Porque está bien, de los arrepentidos es el reino de los cielos, pero al menos un cachito de vergüenza. Un lo sentimos pueblo, perdónenos por actuar a favor de los Macro, o la reconchalevale que la cag…

Es que ahora andan con cara de autoflagelantes, pero ya lueguito se les pasa y se suben al carro de Chile hoy es mejor que en dictadura. Como si eso fuera un punto de comparación, indecentes.

Y se les debe preguntar a ellos, como yo lo hice con la niña del café, ¿seguro? ¿Y los tratados de libre comercio, la ley de flexibilidad laboral, los nuevos sueldos de los ministros, el Plan Auge que busca dar por tierra con la salud pública, la ley de isapres que traerá cola, la reforma educacional que elimina la educación pública, la ley de pesca pro megaempresas, la privatización de las sanitarias, la confirmación de la Constitución de Pinochet y Guzmán, además de un eternísimo etcétera, está todo eso bien?

Evidentemente que los bailes de reacomodo político para los que sirven las elecciones, posibilitará que varios de ellos sientan que ahora sí que no se equivocan y seguro que seguro que ahora sí que sí el arcoiris que llega y felices porque “juicio a Pinochet, juicio a Pinochet” y “la alegría ya viene” y fíjate como crecemos con igualdad. Entonces se colocarán en la urna, frente al voto y su línea vertical irá al frente del nombre de la mujer presi, y eso si que es diferente y ya van a ver que lo hace bien.

Mientras, doña Bachelet no dice nada de qué país quiere construir más allá de los calificativos de rigor: mejor, igualitario, justo, lindo, reconciliado, etc. Mientras suma a su programa a personajes como Alberto Etchegaray, hijo del presidente de Celco (empresa que asesinó a los cisnes en Valdivia) y de propiedad del grupo Angelini, y continua firmando así su pacto con los poderosos.

Y este compromiso de otro período más, en que ahora seguro que pasa, lo pagamos el resto. Con pegas más indecentes y explotadoras, mayor cesantía estructural, el mundo Micro en penumbra, las oportunidades de educación al mejor postor, salud según la capacidad de gasto, vejez indigna con bonos de mendigos, y una reafirmación constante y difundida por todos, de que este modelo de economía y de sociedad es el mejor.

Total ya tendrán tiempo para repetir el 2010, “Estamos mejor que el 2005”, de esconder la cabeza, bajar la voz y reencontrar una marca vendible que hace de candidato para salir a ejercer la única forma de participación ciudadana en que creen… una raya en un papel, cada cuatro, cinco o seis años.

Total si se habla harto de doña Juanita, la señora que recibe y recibe bonos linditos de 10, 15 y 20 mil pesos, en cada discurso importante donde ella sonríe gustosa, todo esta de lo mejor. Da igual que viva donde mismo, sea pobre, carezcan sus hijos de oportunidades, jamás se le entregaran herramientas para modificar sus condiciones de vida y tenga vecinos en las mismas condiciones.

Allá ellos… Y allá nosotros que todavía no somos capaces de construir una alternativa real de transformación de sociedad.

Esto somos. Así estamos.

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