VISITA DE BACHELET A SUECIA E INGLATERRA… CRÓNICA DE UNA FUNA ANUNCIADA
Escribe Ilich Galdámez – hijo de detenido desaparecido
Estocolmo 15 de mayo de 2016
En el sur de Chile, en Chiloé y Puerto Montt, las empresas salmoneras privadas que han operado por largo tiempo en esa zona costera y que han destruido con su accionar la rica fauna y flora marina, la semana pasada han asestado un golpe de gracia al medioambiente sureño al verter al mar, con la venia de las autoridades gubernamentales, más de 9 mil toneladas de peces descompuestos y basura industrial.
El crimen cometido además de provocar una verdadera hecatombe ecológica, que el gobierno trata de tapar señalando que se debe a otros motivos, ha dejado sin poder faenar y ganarse el sustento diario a miles de pescadores que han salido a protestar junto a sus familias ya que el gobierno de Bachelet solo les ofrece miserables bonos compensatorios por los meses que estarán sin poder trabajar.
Cabe recordar que las mismas empresas que hoy envenenan los mares del sur chileno recibieron en su momento millonarios bonos de parte del anterior gobierno de Bachelet (2006-2010) para cubrir pérdidas provocadas el año 2008 por una infección de las salmoneras.
Ante la protesta popular y multitudinaria que ha generado este problema tanto en Chiloé como en Puerto Montt el gobierno de Michelle Bachelet optó por la táctica de la represión y con la aprobación de democristianos, socialistas y comunistas, – aprobación abierta en unos casos y de silencio cómplice en otros –, envió rápidamente cientos de policías militarizados de las Fuerzas Especiales para acallar por la fuerza el reclamo popular y así salvar de toda culpabilidad y juicio a las empresas noruegas y autóctonas del salmón que seguirán su labor depredadora de naturaleza y seres humanos amparados por leyes mercantilistas y gobiernos ineptos y corruptos.
Pese a la envergadura del desaguisado ecológico provocado por el neoliberalismo reinante en el país y las terribles consecuencias económicas y sociales para los pescadores que exigieron desde un comienzo que la señora Bachelet se apersonara en la zona de catástrofe, ella sin ninguna consideración ante la difícil situación dio curso a la gira, que más pareció fuga o vía de escape para no afrontar las responsabilidades que le cabe en este como en otros tantos crímenes ecológico/sociales por ser la jefa de un gobierno que favorece a sus financistas políticos como lo son los empresarios coludidos e inescrupulosos.
El argumento enarbolado por Bachelet en esta costosa gira (que incluyó cocineros propios) fue “el derecho que le cabe a Chile de desarrollarse y crecer con el concurso del estado y los actores privados” como si la tragedia de los mares del sur no fuese consecuencia de esa nefasta política entreguista.
Además su viaje a Suecia y Gran Bretaña, fue para reafirmar los tratados mercantilistas de libre comercio (el neoliberal TTIP entre otros) que permitirán a los grupos económicos del primer mundo seguir aprovechando la oferta de saqueo y depredación de los recursos del país que ofrece el sistema heredado de Pinochet que tan bien han administrado todos los gobiernos post dictadura.
Ya es sabido que estos acuerdos condenarán más aún el futuro de los chilenos por largo tiempo y seguirán provocando las hecatombes sociales y medioambientales que ya se suceden con “normalidad” en Chile.
Previo a la gira presidencial Bachelet fue presentada por los medios oficiales como una defensora a carta cabal de los derechos de las mujeres, los niños y los jóvenes, panegírico que se cae a pedazos ante la dura y violenta realidad que viven los ciudadanos en el Chile actual.
Bachelet y su comitiva trataron por todos los medios que sus discursos optimistas ocultaran la verdad de una economía que hace agua por todos lados y que solo se sostiene por el apoyo de la banca carroñera internacional y porque en Chile aún el movimiento social no ha madurado lo suficiente como para presentarle cara a la casta política corrupta y soberbia.
Pero por más que se esforzaron en tapar el fracaso del sistema, fracaso demostrado en este momento por la debacle de las salmoneras del sur, no lograron su objetivo. Si con su escape a Europa, la “señora” pensó sacarle el cuerpo a las responsabilidades que le cabe a su gobierno en la tragedia ecológica de Chiloé y de todo Chile se equivocó medio a medio ya que en la hermosa ciudad de Estocolmo, más acogedora bajo el sol del verano, los problemas dejados en casa reaparecieron con la fuerza de la funa.
Pese al acoso policial tanto sueco como el que acompañó a la “señora”, grupos de ciudadanos chilenos, que aún tienen memoria y consecuencia viva y que resultan ser la reserva moral cuando todo está podrido, lograron funarla varias veces en Estocolmo, en Gotemburgo, en Londres e incluso en la no visitada Bruselas.
Carteles, afiches y megáfonos le enrostraron que incluso acá lejos todos somos chilotes, que todos somos mapuches y que los que están en el gobierno neoliberal no son socialista ni son comunistas ya que solo se trata de oportunistas.
Los “funeros” le avinagraron el vino del acomodo y le recordaron que en este lejano espacio escandinavo las luchas de los pescadores de Chiloé, de las víctimas de la depredación capitalista, de los ex prisioneros de la dictadura, de los comuneros mapuches, de los ciudadanos de Rapa-Nui, de los jóvenes pobladores y estudiantes y de los 14 asesinados políticos, que suman sus dos mandatos, no están olvidados.
Ni los paseos en carroza real, ni los banquetes, ni la complicidad oportunista del estado sueco, ni los shows faranduleros, ni los “selfies” con los aduladores de turno, ni las respuestas evasivas a las pocas interpelaciones de valientes legisladores y asistentes a sus actos lograron ocultar la tragedia de Chiloé y de los pueblos originarios porfiadamente presentes en plazas y calles europeas.
Los discursos rimbombantes de la triste y gris representante del sistema no pasaron de ser una trasnochada y desabrida mueca que solo pretende vender y comprometer más y más el futuro y la soberanía de un país tercermundista cuya elite dominante no pasa de ser un grupo de yanaconas mediocres y arribistas que se apoderaron del país desde el 11 de septiembre de 1973 hasta nuestros días.
Lo que la prensa obsecuente y arrodillada no quiso cubrir logró llegar de todas formas a la patria avasallada y a los pueblos que luchan por su dignidad gracias a la capacidad y rapidez en el manejo de la tecnología comunicacional de la segunda generación de exiliados y al profesionalismo y valentía de algunos periodistas de la comitiva oficial que cubrían para los medios chilenos la gira presidencial, una actitud digna de destacar y que deberían emular aquellos reporteros que suelen mostrar solo la cara vendible y turística para ocultar la tragedia.
Finalmente se concluye que después de tantos crímenes ecológicos a punta de hidroeléctricas, extracción minera y destrucción de glaciares permitida en sus gobiernos Michelle Bachelet es al medioambiente lo que Pinochet fue a los Derechos Humanos… Por cualquier duda al respecto diríjase a los campesinos, mapuches y pescadores artesanales de todo Chile.
Como dicen los chilotes en este momento, SI NO HAY JUSTICIA, HAY FUNA!
FUNA: acción de protesta sorpresiva y bulliciosa (escrache)
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