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La corrupción de los políticos: una metástasis que terminará por destruir la democracia

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Sería insensato decir que todos los políticos son ladrones – personalmente, conozco a muchos de ellos que han sido o son actualmente probos –, pues algunos han terminado su vida en la pobreza, sin embargo, por desgracia, en muchos períodos de nuestra historia el matrimonio entre los negocios y la política han terminado por minar la vida democrática. En este artículo, al menos, quiero destacar dos períodos históricos: el de la República Parlamentaria, (1891-1912), y el que se inicia con la dictadura de Augusto Pinochet hasta la pos-dictadura, es decir, hasta hoy.

Pretendo demostrar, a través de hechos históricos, que el mito del Chile probo es una verdadera falacia, pues, generalmente, han sido los mercachifles y los grandes empresarios los que han comprado y dirigido a los políticos, convirtiendo la política que, de por sí es una noble actividad, en el camino para hacerse rico rápidamente y con los menores costos personales.

Historiadores como Hernán Ramírez Necochea y Harold Blakemore, desde sendas perspectivas ideológicas, han probado cómo Thomas North y la Casa Gebs compraban abogados que, a su vez, se desempeñaban como senadores de la república, lo cual, por ese entonces, no era ni siquiera condenable; por ejemplo, para North trabajaban Julio Zegers y su hijo, Julio II liberales ; Enrique Mac Iver y su hermano David, ambos senadores y pertenecientes al Partido Radical; Zorobabel Rodríguez y Carlos Walker, ambos senadores del Partido Conservador – North tenía la habilidad de contratar a personalidades de todos los partidos políticos, tanto liberales, como radicales y conservadores; en la actualidad, la mayoría de las empresas proceden de igual forma, distribuyendo fondos para cada candidato al parlamento, pues se trata de no meter los huevos en la misma canasta -.

La Casa Gebs hacía exactamente lo mismo que North, y tenía como abogado, entre otros muchos, al influyente político y senador Eulogio Altamirano. Don Arturo Alessandri ganó miles libras esterlinas en juicios contra el Estado, como abogado de la Compañía de Salitres de Antofagasta, desempeñándose, a su vez, como senador por Tarapacá. Rafael Sotomayor – conocido por ordenar la Matanza de Santa María de Iquique, siendo ministro del Interior de Pedro Montt, protagonizó un escándalo al conseguir un crédito del Banco de Chile a favor del famoso salitrero Matías Granja, cuya empresa estaba ad portas de la bancarrota; se sabía que Sotomayor, además de abogado de Granja, se iba a convertir en su heredero principal. Además, la mayoría de los parlamentarios postulaban a las concesiones fiscales de tierras salitreras, pues contrataban una mafia de abogados, notarios, tinterillos y geógrafos que, con absoluta impunidad, cambiaban los deslindes de las estacas concedidas hacia vetas más ricas en minerales.

El militarista reaccionario e historiador Gonzalo Bulnes alababa el progreso de las empresas de North, aunque los pobres habitantes tuviesen consumir un agua de pésima calidad.

Las tierras australes y de La Araucanía no se salvaron de la voraz codicia de los políticos, que repartían a manos llenas los terrenos, cuyos verdaderos propietarios eran los indígenas.

Los Bancos, en especial el de Chile, prestaban dinero a los gobiernos de turno que, a su vez, venía a salvarlos en caso de inminente quiebra. Además, estas instituciones podían imprimir billetes a su amaño, pues a partir del gobierno de Aníbal Pinto no existía la conversión metálica, además, muchos de los diputados y senadores eran miembros de los directorios de los Bancos. Se dio el caso de que el ex Presidente Germán Riesco, desconociendo toda ética, intentó pedir a su sucesor, Pedro Montt, para salvar un Banco familiar que, en ese momento, estaba a punto de quebrar.

El caso Mop-Gate tuvo como precedente, en la República Parlamentaria, al sindicato de Obras Públicas, que lograba ganar todas las concesiones fiscales debido a que sus directivos eran los políticos más importantes de la época, entre ellos, José Pedro Alessandri y Luis Barros Borgoño, que por influencia de estas personalidades, se adjudicaron el ferrocarril Arica-La Paz.

Arturo Alessandri llevó al gobierno a la famosa “execrable camarilla”, llamada así por la opinión pública, debido a la mala fama que sus integrantes. Durante este corrupto gobierno no faltaron los robos de baja estofa, por ejemplo, se construyeron albergues para los obreros cesantes del salitre, que llegaban de Santiago, al mando de Bernardo Gómez, un servil seguidor del Presidente, pero un buen día, el ministro Tocornal descubrió que los albergues sumaban 1794, cuando la dirección cobraba por 4.511, las cifras no cuadraban y la investigación arrojó una serie de boletas abultadas que se entregaban a los proveedores.

Como el lector podrá comprobar lo que ocurría en la República Parlamentaria poco difiere de la conducta de la casta política en la actualidad, pues en el fondo, son dos grupos plutocráticos cuya única filosofía es saber vivir a costa del fisco – como decía el senador Peñabel, personaje de la novela de Luis Orrego Luco, Casa grande, que nunca le trabajo un cinco a nadie y vivió siempre, a cuerpo de rey, a costa del fisco.

Nota: El segundo período, desde la dictadura de Augusto Pinochet hasta hoy será el tema de otro artículo.

Bibliografía:

Blakemore, Harold, El gobierno chileno y el salitre inglés, 1886-1896. Balmaceda y North, Ed. Andrés Bello, Santiago, 1977.

Ramírez, Necochea, Hernán, Balmaceda y la contrarrevolución de 1891, Ed. Universitaria, Santiago, 1958.

Orrego, Luco, Luis, Casa grande, Ed. Andrés Bello, Santiago.

28/09/2014

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3 Comentarios

  1. olga larrazabal

    Es bueno que se publique la verdadera historia del Reino de Chile, para que de una vez por toda nos saquemos las caretas y dejemos de ser una manga de hipócritas. Y esto corre para todos los pueblos de la «civilización cristianan occidental» como la llaman algunos imbéciles que se oponen a cualquier reforma que mejore la situación de las mujeres o de los que no eran tan alentados para el robo o se habían creído el catecismo.

    1. José Maria Vega Fernandez

      Comparto esta opinión, y me temo que las verdaderas historias de reinos, imperios y califatos y otras vainas, se escribirá cuando ya solo quedemos zombies sobre la tierra, y los «inteligentes» hayan partido con sus «familas», a buscar en el espacio nuevos horizontes donde se pueda evangelizr a los extraterrestres con potencial de guerra y dinero en abundancia.
      Mientras podamos, mantengamonos trabajando para no quedar convertidos en zombies.
      Para mi, el Reino de Chile fue manipulado, y ha sido un verddero virreynato. Aunque no se de cual de las Coronas de Europa o norteamérica.
      Ahora, que los mapuches están molestando, algunas aristocráticas familias se preguntarán porqué no fueron exterminados como se barrieron de las pampas argentinas…Fíjense: allí solo quedan unas pocas tribus dispersas y sólo dan rasquiña a las autoridades.

  2. libertad joan

    La suma de negocio y política da como resultado inescrupulosidad por quienes detentan el poder político, social y económico en este largo país llamado Chile.Lo que demuestra que toda esas palabras altisonantes que rozan el lirismo y que acostumbran a usar los políticos sobretodos los de derecha más recalcitrantes, no son más que elaboradas frases que esconden la burla,la indignidad ,la lisonjería barata de quienes se hacen llamar emblemáticos de la conducción de los pueblos.

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