«La vejez, eso que le pasa a los otros» (1)
Para Antonio Soler Leyendo “Catón el Viejo”, de Marco Tulio Cicerón, me he propuesto no llegar a la edad provecta. Algunos –muchos– me dirán que con setenta y ocho…
Sobre sexualidad y vejez
Según Kinsey, a lo largo de toda la vida hay mayor estabilidad sexual en la mujer que en el hombre; a los 60 años, sus posibilidades de deseo, de placer, son las mismas que a los 30. Según Masters y Johnson, la intensidad de la respuesta sexual disminuye con la edad; sin embargo, la mujer sigue siendo capaz de llegar al orgasmo, sobre todo si es objeto de un estímulo sexual eficaz y regular.
El tiempo sin aroma, el derecho a una muerte digna
En esta época, en la que la industria de la salud arrasa con potingues que prometen “la eterna juventud” y los mercaderes se hinchan a vender calzado deportivo, si es posible de marca, para que los mayores corran la maratón al cumplir los noventa y cinco, es hora de preguntarnos si merece la pena penar mil años para emular a Matusalén.
Zeus, el gran amigo de los enfermos y ancianos
Cuando el ser humano pierde la juventud, la fuerza y la salud, y cae en la vejez y la enfermedad, se da cuenta de una de las verdades más terribles de la vida, y sufre el peor de los castigos: el abandono y desprecio de la sociedad, que lo considera un estorbo, una carga inútil que hay que sobrellevar –“en nuestra civilización”, con resignación cristiana.