Perú: Después de las elecciones, ¿qué?
A un 49.87% de la población no le parece que los vínculos bastante evidentes y difundidos con el tráfico ilícito de drogas de personajes muy cercanos a la candidata fujimorista sean razón para no darle su voto. Tampoco lo es que hasta hoy esta misma candidata no pueda explicar honesta y transparentemente de dónde sacó la cantidad de dinero gastado en su educación, que excede el millón de dólares.
¿Es Chile un país democrático?
Son múltiples los cientistas sociales que concluyen que un auténtico régimen de soberanía popular solo puede ser viable en la existencia de una solvente democracia económica y social. Que en el atraso cultural, la pobreza o la indigencia es imposible que los ciudadanos ejerzan libremente sus derechos. Menos, todavía, sin pluralismo informativo y cuando la Justicia y los Tribunales dependen, también, en sus presupuestos y nombramientos de los arreglos y cuoteos cupulares entre el Ejecutivo y el Parlamento.
Carta abierta a Donald Trump
Cuando usted lanzó su candidatura presidencial por el partido republicano a mediados del año pasado, con la intuición propia un empresario exitoso, ya sabía qué producto vender. Usted ha tenido el enorme mérito de convertir la política (que después de la generación fundadora nunca abundó en intelectuales) en una perfecta campaña de marketing comercial donde su eslogan principal tampoco ha sido muy sofisticado: Los mexicanos que llegan son violadores, criminales, invasores.
José Aldunate Premio Nacional de DDHH: La sotana contra la opresión
“la sociedad está exigiendo transformaciones y cada vez más profundas. Algunos dirán, bueno ahora hay democracia y antes había dictadura, pero ¿esta democracia es la que realmente queremos o necesitamos? Una democracia en que reina el dinero, donde ricos tremendamente ricos y hay personas muy pobres. Un modelo que es simplemente el liberalismo sin frenos, en que sólo los que poseen recursos pueden acceder a todo lo que quieren. Entonces hoy en día se va mucho más a fondo que antes que cuando luchábamos contra la dictadura. Esta democracia no es la que tendríamos que tener”.
¿Cómo escapar del neoliberalismo del siglo XXI en América Latina?
La restricción aprieta y la salida neoliberal está a la vuelta de la esquina. Siempre te atrapa de la misma manera: te llevan hasta el borde del precipicio y, desde ahí, toca elegir el mejor salto al abismo. A medida que crece la restricción externa, más difícil es huir del laberinto neoliberal en su versión más moderna. Los tentáculos del orden hegemónico global aparecen habitualmente como “auxiliadores” para superar cualquier emergencia.
Brasil: Temor del 1% a los de abajo, causa del impeachment
La pregunta decisiva, ante la crisis brasileña, debería ser: ¿por qué los grandes empresarios que habían apoyado a Lula y a Dilma rompieron con los gobiernos del PT y lanzaron una potente ofensiva hasta conseguir la destitución? La ofensiva de la derecha brasileña contra la presidenta Dilma Rousseff fue producto de un viraje abrupto, a consecuencia de la intensificación de las luchas de clases, en particular de los pobres, negros y habitantes de las favelas.
Chile, una república secuestrada
No sirve votar, si el gobierno y los políticos que debiesen defender los intereses de todos los chilenos, hacen oídos sordos a terminar con la corrupción y crean leyes que sustentan la oligarquía. Es decir, nos encontramos frente a un voto que se traduce en una autocracia, donde los ciudadanos no participan en la creación de leyes que dignifiquen la democracia sino que el gobierno va constituyendo el poder desde arriba hacia abajo.
Ex presidente Patricio Aylwin. No todos los muertos son buenos
Casi dos décadas de dictadura en las cuales, efectivamente, Patricio Aylwin se constituyó en opositor a Pinochet y, posteriormente, tal como se señala hogaño, en el presidente de la Transición. Lo que no se indica es que ésta fue una negociación con la dictadura, en otras palabras, Patricio Aylwin fue el presidente de la Transacción. En una lectura histórica sus adherentes, y él mismo, dirían que fue un proceso transicional en la medida de lo posible. Sus críticos argüirán que no puede haber democracia en la medida de lo posible o justicia en la medida de lo posible.
El control de Identidad es otro signo de una democradura
Como la espeluznante cultura de los controles de identidad, que durante la dictadura se llamaron detenciones por sospecha, aunque pudieran haberse nombrado de cualquier manera, porque en ese aciago periodo no se requerían signos para detener y matar. En aquella época se buscaba desplegar el terror para instalar el control social, ese era el fin último de la dictadura: el disciplinamiento absoluto de la sociedad a través del miedo. La dictadura te detenía para identificarte, amedrentarte, desmovilizarte, desorganizarte, castigarte. El control preventivo tenía como objetivo el control definitivo del individuo y del colectivo.
La democracia y el enriquecimiento con el dinero del pueblo
Mientras millones de españoles siguen alelados con programas de televisión de gran éxito como El Ministerio del Tiempo y otras promesas vaticanas como Quiero Ser Monja, la otra España, la del payaso de las bofetadas[1], se pregunta -en estos tiempos de crisis, modelos distópicos, promesas incumplidas y corrupción-, ¿Por qué no nos levantamos y exigimos la creación del Ministerio de las Necesidades del Pueblo?