José Aldunate Premio Nacional de DDHH: La sotana contra la opresión
“la sociedad está exigiendo transformaciones y cada vez más profundas. Algunos dirán, bueno ahora hay democracia y antes había dictadura, pero ¿esta democracia es la que realmente queremos o necesitamos? Una democracia en que reina el dinero, donde ricos tremendamente ricos y hay personas muy pobres. Un modelo que es simplemente el liberalismo sin frenos, en que sólo los que poseen recursos pueden acceder a todo lo que quieren. Entonces hoy en día se va mucho más a fondo que antes que cuando luchábamos contra la dictadura. Esta democracia no es la que tendríamos que tener”.
¿Cómo escapar del neoliberalismo del siglo XXI en América Latina?
La restricción aprieta y la salida neoliberal está a la vuelta de la esquina. Siempre te atrapa de la misma manera: te llevan hasta el borde del precipicio y, desde ahí, toca elegir el mejor salto al abismo. A medida que crece la restricción externa, más difícil es huir del laberinto neoliberal en su versión más moderna. Los tentáculos del orden hegemónico global aparecen habitualmente como “auxiliadores” para superar cualquier emergencia.
Brasil: Temor del 1% a los de abajo, causa del impeachment
La pregunta decisiva, ante la crisis brasileña, debería ser: ¿por qué los grandes empresarios que habían apoyado a Lula y a Dilma rompieron con los gobiernos del PT y lanzaron una potente ofensiva hasta conseguir la destitución? La ofensiva de la derecha brasileña contra la presidenta Dilma Rousseff fue producto de un viraje abrupto, a consecuencia de la intensificación de las luchas de clases, en particular de los pobres, negros y habitantes de las favelas.
Chile, una república secuestrada
No sirve votar, si el gobierno y los políticos que debiesen defender los intereses de todos los chilenos, hacen oídos sordos a terminar con la corrupción y crean leyes que sustentan la oligarquía. Es decir, nos encontramos frente a un voto que se traduce en una autocracia, donde los ciudadanos no participan en la creación de leyes que dignifiquen la democracia sino que el gobierno va constituyendo el poder desde arriba hacia abajo.
Ex presidente Patricio Aylwin. No todos los muertos son buenos
Casi dos décadas de dictadura en las cuales, efectivamente, Patricio Aylwin se constituyó en opositor a Pinochet y, posteriormente, tal como se señala hogaño, en el presidente de la Transición. Lo que no se indica es que ésta fue una negociación con la dictadura, en otras palabras, Patricio Aylwin fue el presidente de la Transacción. En una lectura histórica sus adherentes, y él mismo, dirían que fue un proceso transicional en la medida de lo posible. Sus críticos argüirán que no puede haber democracia en la medida de lo posible o justicia en la medida de lo posible.
El control de Identidad es otro signo de una democradura
Como la espeluznante cultura de los controles de identidad, que durante la dictadura se llamaron detenciones por sospecha, aunque pudieran haberse nombrado de cualquier manera, porque en ese aciago periodo no se requerían signos para detener y matar. En aquella época se buscaba desplegar el terror para instalar el control social, ese era el fin último de la dictadura: el disciplinamiento absoluto de la sociedad a través del miedo. La dictadura te detenía para identificarte, amedrentarte, desmovilizarte, desorganizarte, castigarte. El control preventivo tenía como objetivo el control definitivo del individuo y del colectivo.
La democracia y el enriquecimiento con el dinero del pueblo
Mientras millones de españoles siguen alelados con programas de televisión de gran éxito como El Ministerio del Tiempo y otras promesas vaticanas como Quiero Ser Monja, la otra España, la del payaso de las bofetadas[1], se pregunta -en estos tiempos de crisis, modelos distópicos, promesas incumplidas y corrupción-, ¿Por qué no nos levantamos y exigimos la creación del Ministerio de las Necesidades del Pueblo?
Las elecciones presidenciales de 2016 ponen a Estados Unidos en peligro de “un desastre completo”
Entrevista a Noam Chomsky
Vivimos tiempos críticos y dramáticos. El neoliberalismo sigue siendo la doctrina político-económica suprema al tiempo que las sociedades se siguen deteriorando a medida que se reducen tanto las inversiones públicas como los programas y servicios sociales para que los ricos puedan enriquecerse más. Al mismo tiempo el autoritarismo político está en auge y en opinión de algunas personas se dan las circunstancias para que emerja un régimen protofascista.
Gabriela Mistral, una rebelde pensadora
Gabriela fue irónica con las feministas de su tiempo, pensó que no eran lo suficientemente inteligentes, ya que tenían muy poca visión respecto de un cambio sistémico en el orden de lo laboral, las veía poco comprometidas con la mujer trabajadora y veía que se entrampaban en cuestiones que poco tenían que ver con una verdadera condición de libertad. […] Actualmente, por ejemplo, se dice que la mujer se liberó porque trabaja. Pero, cuando llega a la casa lo único que hace es seguir trabajando. También se habla de la liberación sexual de la mujer, pero la realidad crítica nos muestra cómo cada vez y con mayor intensidad la mujer se ve convertida en un producto de mercado.
Neoliberalismo y ciencia económica: respuesta a Axel Kaiser
La diferencia entre la tradición liberal y el modelo neoliberal es mayor: a Locke, Smith, Ferguson, y hasta a Burke no se les hubiera nunca pasado por la cabeza identificar la concepción de libertad política que aprendieron de la tradición republicana con el fenómeno, más reciente para ellos, del “libre mercado” y de la libertad económica –es decir, la libertad de perseguir sus “intereses”–, ni menos hacer de la segunda un fin y de la primera un medio.