Venezuela: Razones para no renovar concesiones a los medios
Porque una concesión reporta a su beneficiario poder y privilegios económicos que sólo deben concederse a quien cumpla con la Constitución y las leyes.
Porque, según confesó públicamente el vicealmirante golpista Héctor Ramírez Pérez en la mañana del 12 de abril, "nuestras armas fueron los medios de comunicación".
Porque para respaldar la dictadura los días 12 y 13 de abril impusieron un apagón comunicacional que nos privó de toda noticia sobre lo que ocurría en nuestro país, violando el derecho a la información consagrado en el artículo 58 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
¿Por qué ciertos "defensores de la vida" no informan esto?
Han transcurrido varias jornadas desde entonces y ese acontecimiento, desdichadamente impensable en la mayoría de las naciones del orbe, aún en las desarrolladas, no ha sido rebotado por El Nuevo Herald, la llamada Radio Martí y otros medios norteamericanos y europeos que están habitualmente a la caza del menor episodio ocurrido en la Isla, siempre que les resulte útil para dañar la imagen del país.
Hace casi cien años, Alejandro Venegas, [Julio Valdés Canje], anunció la rebelión de los pingüi
En estos días, los medios de comunicación están saturados de anuncios publicitarios, de distintas universidades privadas que, como pulpos, tratan de conquistar el mercado: se ofrece todo tipo de regalos, desde un Superocho hasta un computador; se afichan diferentes personajes de la farándula y del deporte – un futbolista parece ser un profundo intelectual, Platón sería un tarado al lado de Zamorano -, siglo XX cambalache, lo mismo un burro que un gran profesor; incluso, las hermanas Campos muestran, orgullosas, títulos universitarios que las acreditan como periodistas, y así y todo, el Colegio de la Orden quiere restringir a que sólo los titulados puedan escribir y hablar en los medios de comunicación.
Voces que llegan de Chile: Se hace camino al andar
Recibo del diario electrónico PiensaChile -qué buena cabecera para un medio que se precie de la comunicación reflexiva en tiempos tan enajenados- una substanciosa misiva de mi amigo ángel que por sus consideraciones en torno a la globalización que nos acerca, las dictaduras que nos precedieron y las raíces, objetivos y medios que nos unen, me congratula estampar en este modesto DdA, consciente de que los párrafos que siguen son reveladores de una tendencia periodística en auge que, como diría Amy Goodman, directora de Democracy Now, tiene por objetivo buscar la voz y hallarla allí donde hay silencio.
Monumentos nacionales
Los pinochetistas […] podrán erigirle miles de estatuas; declarar monumentos nacionales cada una de las casas de las que el "ex comandante en jefe" se apropió por medio de recursos inmorales, ilícitos e ilegales; podrán ponerle su nombre a centenares de calles a lo largo del país; podrán incluso presionar a la Concertación para que la Carretera Austral lleve el nombre del dictador, etc. etc. Pero lo que nunca lograrán, por más empeño que le pongan, es cambiarle el signo moral a sus acciones y a su régimen. Porque para todo aquél que no tenga un sentido ético completamente pervertido Pinochet representará siempre los vicios de la traición, el crimen, la brutalidad fascista, la cobardía, la deshonestidad y el robo. Y esto es algo que ni la muerte, ni el tiempo, podrán jamás modificar.
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Brutalidad imperial de dentro y fuera
La reciente noticia hecha pública por las agencias informativas imperiales de que aviones de la fuerza aérea norteamericana habían atacado "operativos" de Al Qaeda en Somalía, resultó particularmente chocante. No sólo porque ello representa la apertura de un nuevo escenario bélico por parte del gobierno de Bush, en los momentos en que la situación en Irak y Afganistan evidencian su completo fracaso, sino además porque estos ataques se hicieron utilizando aviones a hélice AC-130, artillados con ametralladoras Gatling.