Chile y Argentina en el primer Centenario
[En el centenario de Chile] Recabarren relata la situación miserable de las cárceles, por las cuales él mismo pasó tantas veces, al decir que son verdaderas escuelas del delito, que el joven que entra a la cárcel termina, finalmente, abusado sexualmente, por los más avezados; el poder judicial no lo hacía mejor: “Yo he llegado a convencerme de que la organización judicial sólo existe para conservar y cuidar los privilegios de los capitalistas. ¡Ojalá para la felicidad social estuviera equivocado! La organización judicial es el dique más seguro que la burguesía opone a los que aspiran a la transformación del actual orden social”
Este viernes: Homenaje a Toño Suzarte en su Valparaíso
Nos encontraremos el viernes para rendirle un sentido homenaje a ese artista y militante incansable que fue Toño Suzarte, actor, director, músico y fotógrafo chileno, a quien muchos recordamos por su programa “Abracadabra”, que cada semana se transmitía a través de las ondas de la desaparecida radio Umbral. Toño fallecio el 29 de marzo de 2010.
Cuándo: Este viernes a las 19:00 horas
Dónde: Plaza Aníbal Pinto, Valparaíso
«Yo entré con el Ejército Rojo en Berlín»
Sesenta años después de la capitulación alemana, el historiador Stefan Doernberg, un berlinés de 80 años, recuerda cómo entró con el Ejército rojo en Berlín y saboreó al igual que sus camaradas rusos la derrota de la Alemania nazi de Adolf Hitler. En el libro «Servicio en el frente» (Editorial Ost), Doernberg narra su historia personal, como niño judío que tuvo que sufrir las humillaciones de los nazis, como huido y reclutado en el Ejército Rojo, como soldado triunfal en Berlín.
«Diez Décimas De Autocrítica»
Hasta siempre compañeros!
Sepan que tenía más ganas
de decir estas "macanas"
que de cantar. Lo primero,
para mí, es el Pueblo entero,
verdadero soberano,
de milico y de paisano,
cantando para sí mismo,
que marcha hacia el socialismo
y me lleva de la mano.
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Girón, la primera derrota yanqui en Latinoamérica
La victoria en Playa Girón, el 19 de abril de 1961, marcó la primera gran derrota del imperialismo norteamericano en América Latina y, también, la primera vez en la historia que un gobierno de Estados Unidos tuvo que pagar una indemnización de guerra por los daños ocasionados en la agresión.
Mil ciento trece invasores fueron capturados. Los mercenarios prisioneros de guerra, tras el ejemplar proceso judicial celebrado de manera pública, quedaron en prisión 613 días con sus noches, desde aquellos días de abril hasta el 23 de diciembre de 1962 cuando, iniciado el pago de la indemnización, partieron rumbo a los Estados Unidos.
Carta a Madre Tierra y a la Humanidad Planetaria
Mi abuela decía que uno era del lugar donde le enterraron el ombligo y que mi madre enterró mi cordón umbilical en las raíces de Ceiba; porque este árbol representa la unidad de la madre tierra con el cielo.
Las primeras lecciones las aprendí en el vientre de mi madre cuando estaba embarazada a través de la pedagogía de los sueños, que se basó en tres principios: un entrañable amor a la madre tierra y a la humanidad, decir la verdad y respetar la dignidad y la vida.
En cada pedacito de tierra, o cerca del manantial o del río – manifestaba mi abuela- “hay que sembrar un árbol o una plantita alimenticia o medicinal. La tierra y el agua sana mantienen el cuerpo, la mente y la comunidad animal y humana saludables”.
Armas y letras
Quizás América Latina sea la región del mundo donde de forma más recurrente se dio la doble condición de hombres de armas y de letras, tópico de la España de Cervantes.
Incluso el mítico cacique rebelde, Tupac Amaru II, decapitado después del tormento de un descuartizamiento fallido por parte de cuatro caballos, era un indio con una doble educación. Sabía español, había leído al Inca Gracilaso de la Vega y compartía sus lecturas con el grupo cercano de sus seguidores rebeldes (Fox, 16), lo que recuerda a Ernesto Che Guevara leyendo a Neruda, escribiendo diarios, ensayos y poesía o ensañando francés a sus mal armados guerrilleros.
Silvio Rodríguez y su Segunda Cita con los enanos
A Silvio, nadie lo dude, se le sigue escuchando bien quedo cuando habla. Especialmente los delimitadores de la independencia a quienes, por lo visto, más que su inagotable talento, les molesta que el cantautor persista en la necedad de querer morirse como vivió y no, como muchos otros han escogido, como un renegado.
“Hágase libre lo que fue deber.
Profundícese el surco de la huella;
reverdézcanse sol, luna y estrellas
en esta tierra que me vio nacer.
A desencanto, opóngase deseo.
Superen la erre de revolución.
Restauren lo decrépito que veo,
pero déjenme el brazo de Maceo
y, para conducirlo, su razón”
Para Serrat
27 de marzo de 2010
Poco antes de iniciarse la última batalla, unos padres mandaron a su hija, una niña llamada Ángeles, que fuera a decirles a sus tíos que estaban entrando en el pueblo los nacionales, pero cuando llegó a casa de sus tíos, los nacionales ya los habían fusilado, a ellos y a otros parientes. La niña volvió a su casa y se encontró con que sus padres también habían sido asesinados. Viéndose sola con toda su familia exterminada comenzó a correr bajo el fuego, dejó el pueblo atrás, atravesó la llanura, se perdió por los montes y no cesó de caminar junto a los bruñidos raíles del tren hasta llegar a Barcelona.
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Neruda y la hija del silencio
El año en que se conmemoraba el centenario del nacimiento de Pablo Neruda (1904), apareció en una publicación chilena una carta firmada en Münster (Alemania) por Isabel Lipthay en la que daba cuenta de su visita a un pequeño cementerio de la ciudad holandesa de Gouda. Allí, por indicación de su amigo chileno Antonio Reynaldos, Lipthay descubrió la tumba de Malva Marina, la hija olvidada del poeta sobre cuya existencia Neruda guardó un largo y cerrado silencio.