Los indignados de Wall Street “reflejan el parecer” de una parte importante de la población estadounidense
por Ariel Ferrari y Sergio Ferrari (EE.UU., Suiza)
13 años atrás 3 min lectura
A pesar de carecer de una estructura cohesiva y una lista formal de demandas, este brote espontáneo de sensibilización y protesta está generando decenas de experimentos similares más allá de Wall Street.
Subestimado en un primer momento por la derecha norteamericana, el «hecho político” de los ocupantes neoyorquinos ha ido madurando para convertirse en un movimiento con suficiente potencial como para alterar parcialmente el discurso ideológico de la sociedad Norteamericana.
Sin imaginárselo cuando iniciaron la ocupación del Zuccotti Park el 17 de septiembre pasado, los indignados del corazón de Wall Street, han contribuido durante estos últimos meses a profundizar el desenmascaramiento de una histórica falacia norteamericana.
La misma había funcionado relativamente bien para ambos partidos -republicano y demócrata- hasta ahora. Asegura que el capitalismo está intrínsecamente «sano» (“todo OK” en el lenguaje cotidiano) y por lo tanto es capaz de integrar auto-ajustes en momentos de crisis a fin de asegurar su continuidad en nombre de la vigencia del sueño americano.
Una buena dosis de candidez política, que sus críticos denuncian como debilidad, le ha facilitado a los ocupantes de Wall Street la tarea de desenmascarar dicha falacia. Y además denunciar agresivamente la complicidad de legisladores, oficiales y dirigentes de ambos partidos, quienes durante las últimas décadas han aceptado y promovido la enorme brecha entre el «1 por ciento» más rico y el restante «99 por ciento».
Expresión-slogan acuñada por Premio Nobel de Economía de 2001 Joseph Stigliz, quien señaló que el 1 por ciento más rico del país controla el 40 por ciento de la riqueza nacional. Realidad facilitada por políticas de-reguladoras e impositivas sumamente nocivas para los sectores sociales menos privilegiados.
A casi 45 días de la protesta de Wall Street la pregunta esencial es: ¿Cuál es el futuro de este movimiento? ¿Hacia dónde se dirige? Sus mismos protagonistas, muchos de ellos jóvenes desplazados y desempleados por la crisis, sin vivienda e incluso sin seguro médico, prefieren no especular sobre los próximos pasos.
Cada vez más alertas a los peligros que cualquier institucionalización de su insospechada autoridad moral y su visión casi profética pueden acarrear consigo, en su mayoría estos ocupantes y sus pares en muchas otras ciudades y lugares del mundo prefieren seguir multiplicando redes solidarias para que el debate se expanda e intensifique.
Sin una significativa masa crítica de concientización y protesta, sostienen, la tarea de captar la imaginación del resto de los indignados de este país y del mundo se hace muy difícil. Y ahí está, por el momento, la tarea esencial: seguir resistiendo en el Zuccotti Park para que su gesto-altoparlante repercuta lo más fuerte posible.
Tanto simpatizantes como detractores especulan que los primeros fríos y nieves neoyorquinos literalmente congelarán el ardor de los ocupantes. Es posible.
Pero también es posible que sus pares solidarios en muchos otros lugares logren sustentar la continuidad del movimiento. Y aun si eso no ocurre, de todos modos, el impacto de los ocupantes ya es irreversible.
Más y más gente se está identificando con su protesta creativa y pacífica así como sus señalamientos. Una encuesta del New York Times publicada el 26 de octubre parece confirmarlo: la mitad de los entrevistados cree que la preocupación matriz de los ocupantes de Wall Street «refleja en general el parecer de la mayoría de los norteamericanos”.
En el otro lado del Atlántico, decenas de ocupaciones se han mantenido a partir de la Jornada Mundial de los indignados del 15 de octubre pasado que movilizara a centenas de miles de personas en casi 100 ciudades de 82 países.
Una de las más simbólicas, la protesta de los jóvenes indignados suizos que desde entonces mantienen la ocupación – cada vez más concurrida- del Parque de Bastions, en Ginebra, sede europea de las principales instituciones de las Naciones Unidas.
Ariel Ferrari, de Nueva York, texto y fotos
Sergio Ferrari, de Ginebra, Suiza
Artículos Relacionados
Lo que sé y lo que recuerdo: en torno a la elección-chantaje del 7 de mayo en Francia
por Dimitris Alexakis (Grecia)
8 años atrás 9 min lectura
La vía municipal a la corrupción
por Rafael Luís Gumucio Rivas (Chile)
17 años atrás 10 min lectura
Frei Betto:una conclamación internacional contra los crimines de lesa-humanidad del Presidente Bolsonaro
por Frei Betto (Brasil)
4 años atrás 3 min lectura
Que se vaya de Venezuela quien se quiera ir, y punto
por Rubén Alexis Hernández (Venezuela)
9 años atrás 4 min lectura
ME-O a Bachelet: “Propongo lista parlamentaria única con un mínimo común: fin al binominal”
por Claudia Rivas Arenas (Chile)
12 años atrás 23 min lectura
Adopta Estados Unidos medidas en la dirección correcta, pero el bloqueo permanece
por Minrex (Cuba)
1 hora atrás
14 de enero de 2025
La guerra económica permanece y persiste en plantear el obstáculo fundamental al desarrollo y la recuperación de la economía cubana con un alto costo humano para la población, y continúa siendo un estímulo a la emigración.
La banalidad al poder: el viaje de una generación decadente y sin límites
por Alberto Mayol (Desde España)
3 horas atrás
14 de enero de 2025
El debate público en Chile atraviesa un momento crucial para reflexionar sobre la responsabilidad colectiva en los procesos de transformación. Como alguien que en su momento apoyó a la generación política que hoy ocupa posiciones de poder en el Frente Amplio, siento el deber de analizar críticamente lo ocurrido. No debiera ser nada excepcional. De hecho, era una crítica frecuente desde el Frente Amplio la falta de capacidad autocrítica que se juzgaba respecto a la derecha y la Concertación.
Grave ataque terrorista en Dinamarca de actores marroquíes contra solidaridad con el Sahara
por Sahara Press Service (SPS)
1 día atrás
13 de enero de 2025
La policía sospecha que el incendio fue provocado, mientras que la ONG denuncia que el acto tiene un trasfondo político relacionado con su trabajo de sensibilización en favor del pueblo saharaui y el Sáhara Occidental.
Desde Estocolmo, Suecia: ¡JULIA CHUÑIL, TE QUEREMOS VIVA!
por Grupo de apoyo por la aparición con vida de Julia Chuñil-Estocolmo
4 días atrás
10 de enero de 2025
Nos dirigimos a ustedes con profunda preocupación y urgencia respecto a la desaparición de Julia Chuñil Catricura, una reconocida defensora ambiental y líder de la comunidad mapuche Putreguel, que hoy cumple dos meses sin ser encontrada. Julia desapareció el 8 de noviembre de 2024 en la comuna de Máfil, región de Los Ríos, y desde entonces no se ha tenido ninguna noticia de su paradero.