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La renuncia de Ruiz Esquide, las licencias médicas y la inconsecuencia de la Concertación

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“En los organismos gubernamentales no hay más inmoralidad que en los negocios corporativos.
Los políticos sólo pueden conceder favores financieros cuando hay hombres  del mundo económico dispuestos a recibirlos. Y del mundo económico sólo pueden buscar favores políticos si hay agentes políticos capaces de otorgar dichos favores.” 
Charles Wright Mills

Los chilenos presenciamos un carnaval de renuncias, derivado de la desesperación y la angustia de una Concertación que intenta, a toda costa, en aferrarse al poder que el pueblo de Chile le concediera en 1989. Sin embargo, en ese carnaval, ha pasado a segundo plano una honorable renuncia, la de Senador Mariano Ruiz-Esquide a la Presidencia de la Comisión de Salud del Senado. Aparentemente, son temas diferentes, uno técnico, como es el de las Licencias médicas, y otro político, como es la situación electoral del país.

Sin embargo, cuando uno analiza con mayor profundidad el tema de las licencias médicas, uno entiende que ésta área muestra, en plenitud, la gran contradicción entre el discurso electoral de la Concertación y la práctica política que ha ejercido desde el Gobierno. Por un lado, pide nuestro votos, los del pueblo, los de la clase media trabajadora y por el otro, es el más acérrimo continuador del modelo económico-social que se gestó en la Dictadura y actúa profundizando los desequilibrios sociales que se originaron en esa época en nuestro país.

Y precisamente, una de las áreas más críticas, derivadas de ese modelo, es la salud, dónde se ha generado un sistema de salud público y privado dónde el criterio que rige las acciones del sector provienen, en términos de Bourdieu, de un campo ajeno como es el económico, lo que obliga a considerar la atención de salud no como un derecho de cada persona, sino como un mero bien económico, sujeto a las reglas del mercado. Eso ha traído la  subordinación del interés por la recuperación de la salud al interés económico, el que prevalece al momento de tomar decisiones.

Dentro de la salud, un tema fundamental, es el de las Licencias Médicas, el que fue puesto en la palestra pública, hace algunos meses por los medios de prensa, controlados por el mismo poder económico que es dueño de las aseguradoras de salud  y otros agentes del sistema, incluyendo clínicas y centros formadores privados.

De esa manera, se posicionó esa información desde una óptica sesgada a favor de las aseguradoras de salud, lo que orientó la discusión pública del tema desde un solo ángulo: el fraude que constituiría el otorgamiento de una licencia médica falsa. Por supuesto, sin discutir, en globalidad el problema, hechos que todos los chilenos conocemos.

Por ejemplo, entre otros temas de fondo, se dejó de lado la actuación arbitraria de las Contralorías Médicas de las ISAPRES al rechazar injustificadamente las Licencias Médicas otorgadas de manera adecuada y sin falsedad. Es curioso que se considere fraude el otorgamiento de una licencia médica falsa, pero no el rechazo falso de una licencia médica bien otorgada. El desequilibrio, es claro y está a favor del poder económico y no del ciudadano común.

Un detalle interesante: durante el apogeo informático de éste tema, surgió  el dato de que un médico debía emitir en promedio 100 licencias médicas al año. Puede pasar inadvertido el dato para cualquiera y ser tomado como sólido, como ocurrió con la prensa, pero, un análisis más profundo presenta algunas dudas interesantes: ¿Esa cifra se aplica tanto a un médico salubrista o legista que no atiende  público que a un médico general o un médico psiquiatra? ¿Da la misma cantidad de licencias un pediatra que un ginecólogo? ¿Un psiquiatra de adolescentes que un psiquiatra de adultos jóvenes? La respuesta es obvia. Las 100 Licencias médicas anuales es un dato sesgado, si no se contempla la población expuesta al riesgo a enfermar y recibir una licencia.

¡Es un absurdo o una ignorancia epidemiológica!.

Por eso no sorprende, que el propio Ministro de Salud, se comprometiera ante el Sector Privado, a enviar  un proyecto de ley para acabar con las licencias médicas falsas. Y ese gesto de la autoridad, nos lleva al fondo del asunto: a una política económica de contención de costos y maximización de ganancias, propia de la visión economicista de la salud. ¿Ó es que alguien cree que los millones que se ahorren limitando las licencias médicas irán a beneficiar a los propios usuarios?  ¿Ó es que alguien cree que con los dineros ahorrados limitando las licencias médicas se construirán nuevos hospitales? Si alguien lo cree, lo bendigo en su ingenuidad…

Y ahí volvemos al tema inicial ¿Para quién gobierna la Concertación? ¿Para los millones de trabajadores que imponen en FONASA o las ISAPRES? ó ¿Para los dueños de la riqueza y el dinero? Si uno ve el proyecto enviado por el Ministerio de Salud queda clara la respuesta y no es precisamente para los trabajadores…es el proyecto que le pone el anillo al dedo a las aseguradoras de Salud…

Y yo me pregunto ¿Aún tienen en la Concertación el descaro de pedir nuestro apoyo para seguir gobernando?…

¿Creen que somos H…?

Con mi natural desconfianza, no me asombraría ver a las altas autoridades promotoras de éste proyecto, ocupar en el futuro altos cargos en las empresas privadas de salud.

Y tampoco me asombraría que “misteriosamente” en el futuro, me empezaran a limitar o perseguir mi ejercicio público o privado de la medicina… ¿Paranoia?.

No ya conozco como actúan esos poderes en las sombras y las puertas que se cierran cuando las voces se alzan para abrir las conciencias…

¡Aún así honro al Dr. Ruiz-Esquide por su gesto de honorabilidad y consecuencia!.

30/12/09

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