23 demandas sobre el Chile que queremos
por Héctor Benítez F. y Hermes H. Benítez.(*)
18 años atrás 8 min lectura
Max Weber
La proximidad de las elecciones presidenciales nos ha impulsado a reflexionar en torno a la necesidad de articular una especie de plataforma política verdaderamente izquierdista para el Chile de hoy. El "programa" ofrecido por la Concertación no solo no es izquierdista, en el sentido tradicional del término, sino que ha dejado de responder a las necesidades de las grandes mayorías, limitándose a ser la expresión de los intereses económicos y políticos de una elite. Pero como redactar un programa completo es una empresa de gran aliento (que entraña una gran cantidad de dificultades teóricas, y tal vez el concurso de un equipo de carácter interdisdisciplinario de políticos, economistas, sociólogos, ingenieros, maestros, artistas, médicos, etc., algo así como el "Instituto Popular", verdadero "think tank" concebido por Allende en 1959), nos hemos contentado con componer una especie de listado de las que nos parece debieran ser las principales metas o transformaciones socio-económicas y políticas, cuya implementación es imperativa en el Chile actual, si éste ha de transformarse en un país verdaderamente justo y democrático. Confeccionar una tal lista exige, por cierto, combinar, en proporciones adecuadas, un enfoque realista y uno utópico. Realismo para identificar los grandes problemas nacionales; utopía para apuntar en la dirección de soluciones que en la mayoría de los casos trascienden los límites y horizontes intelectuales y políticos de la sociedad neoliberal dominante.
1. Queremos un Chile donde no existan las enormes desigualdades de ingresos, oportunidades y de poder que han predominado a lo largo de su historia. Estas desigualdades son constantemente generadas (y consideradas casi como naturales y necesarias), bajo el sistema económico-social capitalista neoliberal hoy imperante.
2. Queremos un Chile donde la vida y la felicidad humanas importen más que los índices de crecimiento económico. Más que desarrollo económico lo que debería importar es el desarrollo humano. Luego de varias décadas de neoliberalismo en Chile hemos aprendido que ambas formas de desarrollo no van necesariamente juntas, ni que exista una relación de causalidad entre una y otra. Es decir, que por sí mismo el desarrollo económico no produce desarrollo humano.
3. Queremos un Chile donde se respeten efectivamente los derechos y el bienestar de las minorías, especialmente de los pueblos originarios. Esto exige que el gobierno y sus aparatos del Estado se pongan de lado, y no en contra, del pueblo Mapuche, así como del resto de las minorías étnicas.
4. Queremos un Chile donde se haya eliminado completamente la pobreza y el desempleo. En un sistema capitalista éstas sólo pueden ser paliadas o disminuidas, pero nunca eliminadas completamente, ya que este sistema requiere para su funcionamiento de la existencia de la desigualdad de las clases (patrones y obreros, explotadores y explotados,) la propiedad privada de los medios de producción, y la existencia de un "Ejército de Desocupados". Como observa Tomás Moulian: "La necesidad de transformar el capitalismo no surge de la incapacidad de éste para seguir fomentando el desarrollo de las fuerzas productivas, sino de su incapacidad para resolver el problema de la pobreza, de la igualdad, y para detener su tendencia desintegradora que genera vacíos de sociabilidad."(Moulian 2, pág. 36)
5. Queremos un Chile que destine una parte considerablemente mayor de sus recursos a la educación que a la defensa.
6. Queremos un Chile verdaderamente independiente, que no dependa ni esté subordinado a los intereses comerciales y hegemónicos, de EE.UU., ni de ninguna otra potencia extranjera.
7.Queremos un Chile donde haya desaparecido todo vestigio cultural, legal, político y educacional de la Dictadura, incluidos por cierto, la Educación Municipalizada, el sistema previsional (AFPs) , los fondos del Cobre destinados a la FF.AA, el sistema binominal y la totalidad de la espuria Constitución pinochetista de 1980.
8. Queremos un Chile que se ponga en camino de superación de la democracia liberal, sistema de gobierno que, bajo una aparente imparcialidad y universalismo legal, privilegia y defiende en los hechos los intereses económicos y políticos de aquellos grupos minoritarios que poseen la propiedad y el control de la mayoría de los recursos materiales de la sociedad.
9. Queremos un Chile en el que exista una democracia efectiva y participativa, no una como la presente en la que "el rol de los ciudadanos se reduce a conferir legitimidad a decisiones adoptadas por elites políticas que se encuentran más allá de todo control efectivo por parte de la ciudadanía."(H.H. Benítez).
10. Queremos un Chile donde la educación sea gratuita, o al alcance de las grandes mayorías, como lo fue hasta 1973, de modo que todo aquellos que tengan la capacidad intelectual y el interés necesarios, pueda enrolarse, especialmente en la educación superior, sin tener que endeudarse de por vida.
11. Queremos un Chile en el que la salud y la educación sean un derecho y no un privilegio de las elites y los poderosos. La salud y la educación de nuestro pueblo no pueden ser dejadas a merced de los apetitos comerciales o ideológicos de las clases dominantes
12. Queremos un Chile en que los medios de comunicación no sean la propiedad casi exclusiva de las elites económicas y políticas derechistas, como lo son en la actualidad. La televisión debiera estar al servicio de la cultura, la educación y la recreación de todo el pueblo, no del lucro de unos cuantos empresarios asociados con intereses económicos e ideológicos de la derecha, como lo están en la actualidad.
13 Queremos un Chile donde las grandes mayorías, en vez de estar sometidas, en el hecho, a uno de los más prolongados horarios de trabajo del mundo actual, dispongan de más tiempo para el descanso, el estudio y la recreación
14. Queremos un Chile en el que las Universidades públicas sean financiadas en su mayor parte por el Estado, porque su contribución al desarrollo económico y cultural del país no tiene parangón. Las políticas neoliberales de autofinanciamiento rígidamente aplicadas desde 1990 por la Concertación están, en el hecho, realizando los planes de destrucción de la Universidad pública diseñados e implementados parcialmente durante la Dictadura.
15. Queremos un Chile en el que se respete y proteja el Medio Ambiente y donde se castigue y multe severamente a los que lo polucionen, sobreexploten o destruyan. Esto exigiría tanto una actualización de la legislación respectiva, como la creación de un efectivo Ministerio del Medio Ambiente, dotado de los recursos, personal y aparatos de control necesarios para asegurar el cumplimiento de la ley ambiental.
16. Queremos un Chile donde la jubilación y la vejez no sean las etapas finales de la existencia, marcadas por una drástica disminución de los ingresos y la pobreza, de la mayoría de aquellos que han ingresado a la tercera edad, sino la culminación de la vida activa. Ello, por cierto, exigiría un drástico incremento de las pensiones de los jubilados de los sectores más pobres.
17. Queremos un Chile donde el Poder Judicial, así como el resto de los poderes del Estado, sean efectivamente autónomos, independientes, e imparciales, y que no se encuentren bajo el influjo ideológico y político (cuando no en franca colusión), con los poderosos y los derechistas.
18. Queremos un Chile donde se respeten y garanticen efectivamente los derechos humanos de todos sus ciudadanos. Esto requiere no sólo de una completa eliminación de los vestigios dictatoriales y su cultura autoritaria, sino especialmente la transformación de las condiciones económicas, sociales y políticas que hacen posible, o inducen, el atropello de los derechos humanos.
19. Queremos un Chile integrado económica, cultural y políticamente con los países latinoamericanos y del Caribe, con quienes nos unen profundos lazos históricos, lingüísticos, culturales y de intereses; un país que no se involucre en las guerras imperiales y que aspire a la defensa de la paz y las buenas relaciones con los pueblos del mundo entero.
20. Queremos un Chile con un sistema socio-económico socialista, entendiendo por ello "una sociedad en la que toda materia de interés público se encuentre bajo el escrutinio de la comunidad, de modo que la esfera de las decisiones públicas se extienda más allá de los estrechos limites fijados por el particularismo de clase y las desigualdades estructurales del sistema capitalista. Esto es, una sociedad capaz de extender los principios democráticos al reino de las relaciones económicas, al permitir el ejercicio de la libertad y la soberanía popular en las esferas de la producción, la inversión y el intercambio".(H.H. Benítez)
21. Queremos un Chile en el que el robo, malversación, o apropiación dolosa de la propiedad pública no quede impune, sino que a los culpables de tales delitos les sea aplicada la ley en su máximo rigor, y que además se les obligue a restituir en su totalidad los bienes públicos indebidamente apropiados.
22. En lo inmediato, queremos un Chile con un estado fuerte dotado de todos los recursos legales y materiales que le permitan defender a la sociedad de los excesos depredatorios, de las desigualdades extremas y los abusos, característicos del capitalismo neoliberal imperante.
23. Queremos, finalmente, un Chile en el que "ni el Estado, ni la Iglesia, ni las normas del derecho, puedan coartar el libre ejercicio de la conciencia moral de los individuos y su derecho a decidir, sin estar sujetos a coacción pública, acerca de problemas morales tales como: el divorcio, el aborto, la prolongación o fin voluntario de la vida en el caso de pacientes con enfermedades terminales, la participación en guerras, etc."(Moulian 2).
13 de octubre de 2005
(*) Los autores son padre e hijo. Don Héctor se desempeñó por largos años como profesor, tanto en la educación técnico-profesional como en la universitaria, así como en la Administración Pública. Hermes B. es un antiguo colaborador y amigo de PiensaChile.
Bibliografía:
Artículos y libros citados, parafraseados, o consultados, en la preparación de estas líneas:
1. Norberto Bobbio, ¿QUE SOCIALISMO?, Barcelona, Plaza & Janés, 1986.
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