Dejar la escoba y luego, pedir perdón
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
12 años atrás 4 min lectura
Todo Presidente de la República que se precie tiene que pedir perdón a la ciudadanía una o dos veces durante su mandato; el ideal sería que se pegara un lloriqueo ante las cámaras, para causar conmoción en los televidentes. Dicen los curas que después de la declaración de culpa, consecuentemente, debe haber reparación del daño causado. En el caso de la embarrada del censo, los únicos que van a pagar la culpa – los treinta y tres mil millones de pesos son los chilenos -.
Anteriormente, Michelle Bachelet hizo el mismo circo – de pedir perdón – por las enormes fallas en el Transantiago, y los que continúan pagando los platos rotos son las nanas – que le trabajan a los “cuicos” – los trabajadores de la construcción y, en general, los chilenos de a pie.
Sebastián Piñera, que es muy ladino, descubrió que el acto de pedir perdón, instituido como un sacramento por la iglesia católica, es la mejor de salir de aprietos cuando se ha hecho una verdadera chambonada, que tiene la credibilidad de Chile por los suelos, tanto a nivel nacional, como internacional. Basta decir que “en próximo censo lo haré en serio” para que la candidata de la derecha suba en las encuestas. Se sabe que algunos “tontilandeses” son desmemoriados y, a los pocos días, olvidarán que les metieron la mano en el bolsillo.
Los errores se suceden: cada día se agrega un nuevo desaguisado, pues ahora resulta que, según el periodista Fernando Paulsen, el jefe de gabinete sabía de los graves errores que estaba cometiendo Francisco Labbé, director de INE, pero su negligencia llegó al extremo de negarse a intervenir. Se sabe hoy que se hizo un censo de derecho y no de hecho por miedo al boicot de los estudiantes – ya habían demostrado su fuerza y poder en las manifestaciones de 2011 -.
El Informe de la comisión, nombrada por el propio gobierno para recabar toda la información de presuntas irregularidades en la implementación del censo, es lapidaria: su conclusión es que el censo de 2012 no sirve para nada, por consiguiente, no puede ser utilizado para diseñar ninguna política pública, y todos los indicadores de población y económicos, carecen de toda validez; por ejemplo, no se puede obtener el ingreso per capita, pues no sabemos cuántos somos. Según los miembros de la Comisión, el margen de error no es del 9% de los hogares no encuestados, sino que, en el caso de algunas comunas, es del 20% y hasta del 25%, por lo tanto, no se puede llevar a cabo ninguna política social, pues carecemos de la información para establecer el número de habitantes de cada comuna.
Datos más finos como la división etaria y de género, mejor ni hablar. Ya en la encuesta CASEN, el gobierno de Sebastián Piñera alteró la cifra del número de pobres – tanto así que la CEPAL, que participaba en la encuesta, renunció a ser parte de semejante engaño. También el IPC ha sido cuestionado por algunos economistas; según el diputado Pablo Lorenzini, ninguna cifra que proporcione el gobierno es creíble.
La pérdida de credibilidad del gobierno “no me parece muy grave”, que en el extranjero, los Diarios se rían de las cifras económicas no me parece tampoco muy grave. Acordémonos que un ministro de Economía argentino, cuando una periodista griega le preguntó por la cifra oficial de la inflación de ese país, respondió: “me voy”.
Personalmente, pienso que la fe es un don difícil de obtener y más de mantenerlo a través de la vida. Propongo que abandonemos la posición agnóstica frente a los indicadores y le creamos en todo a su Excelencia. Bastaría facultarlo para que usara las matemáticas “tontilandeses”, decir, que él mismo designe cuántos chilenos somos, los habitantes de cada comuna y sus necesidades, y que el IMACEC sea decidido por decreto – digamos, un crecimiento de un 15% a un 20%, para llegar, en un año, a ser un país tan desarrollado como Portugal. La inflación se podría fijar en 0,1% anual, y en el empleo llegaría a la totalidad de fuerza de trabajo.
El historiador de “Tontilandia” fue Genaro Prieto, yo me limito a plagiarlo; cuentan los cronistas que sus habitantes fueron muy felices cuando eligieron a un Presidente que se hizo millonario vendiendo carne de cóndor – plato muy apreciado por los carroñeros humanos” -. Aplicando la matemática “tontilandesa” todo el pueblo fue rico y feliz. A los tontilandeses les encantan los primeros mandatarios o mandatarias que dejan la escoba para tener la oportunidad de pedir perdón. Según algunos opinólogos – ojalá equivocados – parece que quieren repetirse el plato. ¡A masoquistas nadie les gana!
09/08/2013
Artículos Relacionados
“La gente se da cuenta de que no se puede seguir con cuatro familias ricas que se llevan la torta”
por Rodrigo Alarcón López (Chile)
13 años atrás 3 min lectura
¿Inentendible? No se preocupe señor ministro, yo le explico
por Benjamín Leiva (Chile)
13 años atrás 5 min lectura
Sergio Poblete… Un General / Un Hombre Libre/
por Pablo Varas (Chile)
14 años atrás 6 min lectura
Barrick Gold tiene protectores para depredar
por Marcel Claude (Chile)
20 años atrás 1 min lectura
Lo que hace falta en Chile hoy, es un proyecto de país distinto al neoliberal
por Enrique Villanueva M. (Chile)
9 años atrás 6 min lectura
Solicitan a Presidente Boric el indulto a todos los presos políticos. ¡Sin justicia no hay paz!
por Organizaciones Chilenas en la Región Exterior
5 días atrás
18 de junio de 2025
Nosotros, representados por organizaciones o a título personal, le solicitamos que haga uso de sus atribuciones como presidente, para otorgarle el indulto a todos los presos políticos que aún permanecen en las cárceles del país.
El legado de doce Rodriguistas asesinados por la CNI
por Enrique Villanueva Molina (Chile)
1 semana atrás
15 de junio de 2025
«Honor y Gloria eterna para cada hombre y mujer que se atrevió a luchar contra el terrorismo de estado y que entregaron sus vidas por la libertad de nuestro país…»
Los últimos días de Gaza
por Chris Hedges (Gran Bretaña)
2 semanas atrás
11 de junio de 2025
No se puede diezmar a un pueblo, llevar a cabo bombardeos intensivos durante 20 meses para destruir sus hogares, pueblos y ciudades, masacrar a decenas de miles de personas inocentes, establecer un asedio para provocar una hambruna masiva, expulsarlos de la tierra donde han vivido durante siglos y no esperar una reacción violenta. El genocidio terminará. Comenzará la respuesta al reinado del terror estatal. Si creen que no será así, es que no saben nada sobre la naturaleza humana ni sobre la historia.
Declaración sobre el Derecho a la Libre Determinación del Sáhara Occidental y el Derecho Internacional
por Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (España)
2 semanas atrás
7 de junio de 2025
“La carta que el presidente Pedro Sánchez envió, el 14 de marzo de 2022, al rey Mohamed VI de Marruecos sigue siendo el secreto mejor guardado, al menos en su versión original. En ella, el jefe del Gobierno se alineó por escrito con la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.»