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La historia de la derecha, negacionismo y cobardía

La historia de la derecha, negacionismo y cobardía
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17 de octubre de 2025

Durante estos meses hemos sido testigos de la campaña del miedo que impulsa la derecha y la ultraderecha, utilizando argumentos que solo se autosostienen en sí mismos, caricaturizando y deslegitimizando al adversario o adversaria, alejándose con ello de lo que los chilenos y chilenas necesitamos hoy, que son las posturas que trascienden la mirada de violencia. Argumentos que proponen un mayor diálogo y la educación para la paz, que ubican los derechos humanos como base para el buen vivir social y político, miradas de la sociedad que la derecha desprecia como lo ha hecho siempre, como si estas fueran temáticas irrelevantes o un ruido semántico que no aporta ni a la gobernabilidad política del Estado ni a la gobernanza en seguridad.

Así, el binomio seguridad-represión, agregando el autoritarismo que es una herencia de la dictadura, es la base sobre la cual ofrecen soluciones inmediatas a los problemas que vivimos los chilenos y chilenas, con viejas y repetidas recetas que no han dado respuestas efectivas en el pasado, ni lo harán en el futuro, a los problemas económicos y de sobrevivencia que nos afectan y asfixian. La seguridad ciudadana es una necesidad hoy, pero no como lo propone la derecha evadiendo las reflexiones y acciones más estratégicas que permiten abordar sus causas las que están en el agotamiento estructural del modelo económico y del modelo de sociedad que se nos impuso a sangre y fuego a partir del 11 de septiembre de 1973, modelo que aún mantiene la perversidad en su estructura, alimentando la desigualdad social, la corrupción y  el abuso, que provocan inseguridad y que si son los males que corroen la democracia.

Así entonces los programas y los discursos de la derecha no se enfocan en el buen vivir inclusivo o en equilibrar la vida económica con el medioambiente, no están dirigidos a fortalecer los derechos de las mujeres y de las diversidades que son parte de nuestra sociedad. Por el contrario, su objetivo es jibarizar aún más el estado y recortar el gasto social, condiciones que para ellos son vitales, para continuar con un modelo económico centrado en la acumulación de riqueza en pocas manos, vinculado a la desregulación radical de la esfera económica, a la des institucionalización de las reglas del juego constitutivas de la sociedad del trabajo, argumentos que son propios de una sociedad del consumo y de una estructura social en donde la idea de la economía subsume a todas las demás esferas relevantes de la vida social.

Con estos argumentos la derecha y sus aliados evaden un tema central para el país, los derechos humanos, los que son parte de la convivencia nacional y que están fuertemente ligados en una democracia, una que provea de un sistema político que proteja y promueva los derechos inherentes a todos y todas. Contrario a esto, sus propuestas desconocen o niegan las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante la dictadura de Pinochet, lo que es un retroceso democrático, provocando con ello el debilitamiento de los contrapesos institucionales y el aumento de la intolerancia, amenazando con sus propuestas el ejercicio de la voluntad popular como es el respeto de la memoria histórica y de los derechos humanos fundamentales.

Hemos escuchado y visto como la candidata de la derecha con total desenfado, así como los representantes de la ultraderecha continúan tergiversado la historia, lo que han hecho por cinco décadas esperando que el tiempo transcurrido borre sus vínculos y compromisos con quienes cometieron horrendas masacres durante la dictadura civil militar. En el año 2013 la ex alcaldesa de Providencia, hija de quien fuera director de uno de los centros de torturas donde se cometieron brutales torturas y asesinatos, la Academia de Guerra Aérea (AGA), cuestionó, con sus conocidas declaraciones incendiarias, a exonerados que aparecen reconocidos como victimas en la ley Valech, acusándoles de “recibir beneficios con documentos falsos”. Este programa decía en ese entonces “fue hecho para defraudar, fue diseñado para dar beneficios a gente que no lo merecía”[1] .

En fechas más recientes la misma candidata derechista declaro que consideraba «necesario» el golpe de Estado contra el Gobierno de Salvador Allende y que «era bien inevitable que hubiera muertos». Según la hija del miembro de la junta militar general de aviación Fernando Matthei, «Era necesario (el golpe de Estado), si no, nos íbamos derechito a Cuba. No había otra alternativa. Mi posición es que no había otra. Que nos íbamos derechito a Cuba» [2]

Por su parte los Republicanos y Nacional Libertarios, declaraciones más declaraciones menos, no reconocen o niegan las consecuencias del periodo dictatorial para la vida de miles de chilenos y chilenas, torturados, exiliados a la fuerza, asesinados y hechos desaparecer. No reconocen, no lo han reconocido antes y no lo harán en el futuro, salvo que medie una obligación legal que se los exija, la necesidad de verdad, justicia y reparación efectivas, una situación que pone con letras mayúsculas la vigencia del clamor popular por un rotundo no al olvido, lo que debiera estar en el centro del programa del centro izquierda que aspira a gobernarnos.

Se ha dicho en todos los tonos y escenarios, que en Chile no hubo una guerra que justificara el golpe de estado, como lo declaró la junta militar desde el primer día que usurpo violentamente el poder y que asesino al presidente de la República[3]. Lo que si hubo en Chile fue una campaña política planificada y financiada por el gobierno de Estados Unidos de la época, para desestabilizar y derrocar al legitimo gobierno elegido por el pueblo[4]. Acciones que al parecer los negacionistas han olvidado y que se iniciaron antes de que Allende asumiera la presidencia de la república luego de ganar las elecciones presidenciales, acciones terroristas como por ejemplo el asesinato del General Rene Schneider comandante en jefe del ejército de Chile en octubre del año 1970, acción criminal digitada en Estados Unidos y ejecutada por la extrema derecha (patria y libertad) un crimen por el cual nunca, ni los gobiernos post dictadura, ni el ejército presentaron algún requerimiento o denuncia.

Entonces basta leer la historia para enterarse de la campaña de terror, de propaganda y desinformación destinada a desacreditar al gobierno de Allende y fomentar el descontento social. En los registros históricos se encuentran las protestas y manifestaciones organizadas por la derecha y la oposición política al gobierno de la Unidad Popular, para aumentar la presión sobre este, debilitar su apoyo y promover la idea de un colapso institucional.

También allí se puede comprobar la organización de grupos paramilitares como “Patria y Libertad», quienes participaron activamente en la organización de sabotajes y actos de violencia para generar caos y justificar la intervención militar. También están los registros de acciones protagonizadas por militares golpistas entre ellas el “Tanquetazo”, en junio de 1973, ocasión en la que el coronel Roberto Souper rodeó el palacio de La Moneda con tanques, en un intento fallido de golpe de Estado.

Entonces no era Allende el que estaba preparando un ejército paralelo para tomar el poder absoluto e imponer una “dictadura comunista”, como lo afirmaron mentirosa y repetidamente entre otros Onofre Jarpa, Patricio Aylwin y Eduardo Frei. Por el contrario, fue la derecha política y sus aliados los que prepararon las condiciones materiales para provocar la crisis económica, social y moral que afectó al país. Fueron todos estos vende patria quienes afirmaron con El Mercurio a la cabeza, “que el gobierno de Allende fue incapaz para detener el caos y la inestabilidad”, así como el “aumento de los grupos armados paramilitares y la amenaza de una guerra civil”, lo que según ellos “hizo inevitable la intervención militar”.

Todo este contexto perverso, con acciones distintas en momentos históricos también diferentes es lo que la derecha, sus aliados y la ultraderecha, están reviviendo para intentar ganar las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo mes de noviembre. Una campaña rodeada de mentiras que nuevamente se difunden para engañar a la opinión pública y fomentar el odio, impidiendo el derecho de las personas para guiar sus preferencias por la verdad y no por el miedo o las falsedades a la hora de elegir a sus representantes.

Abusando además de las redes sociales desde donde atacan con afirmaciones sin rostro, haciendo un uso desleal de las Tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Creando noticias falsas que enturbian el aporte de las redes sociales, las que son un instrumento que facilita a las personas expresar su opinión y lograr ser visibles más allá de lo que hacen los medios “tradicionales” de comunicación.

Enrique Villanueva M

Notas:

[1] https://www.24horas.cl/politica/matthei-acusa-al-gobierno-anterior-de-crear-un-programa-para-defraudar-675745

[2] https://cooperativa.cl/noticias/pais/politica/presidenciales/tras-estimar-inevitables-los-muertos-del-73-y-74-matthei-declara/2025-04-16/175819.html

[3] la guerra en su expresión más básica se define como un conflicto armado entre dos o más grupos humanos que emplean tácticas, estrategias y tecnología con el fin de imponerse mediante el uso de la fuerza sobre el adversario.

[4] El negacionismo de la derecha, el que también está presente en las FF.AA, culpa al gobierno de Allende de llevar al país al desastre político, de burlar o desconocer la separación de poderes del estado, de preparar a un ejército paralelo para imponer una dictadura comunista, por lo que le acusaron de actuar fuera de la ley. Todas aseveraciones interesadas de dirigentes políticos de la derecha y sus aliados, dirigentes del comercio y la industria con el Mercurio a la cabeza y siguiendo las líneas orientadas por el gobierno norteamericano, interviniendo directamente en Chile, fueron socavando las bases políticas económicas y sociales del gobierno de Unidad Popular.

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