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«La lucha de los pueblos por inclusión, solidaridad y dignidad continuará mientras exista injusticia y desigualdad»

«La lucha de los pueblos por inclusión, solidaridad y dignidad continuará mientras exista injusticia y desigualdad»
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El título que he tomado para escribir estas líneas, es una frase en un tweeter de Evo Morales, saludando la realización pacífica del Plebiscito en Chile.

 

08 de septiembre de 2022
Leo las opiniones que se van vertiendo, a medida que pasan los días y la derrota va quedando atrás.

Como siempre hay opiniones p’al bronce, como la de muchos políticos de derecha, que en una u otra fórmula, tratando de poner una cara inteligente, afirman que “una Constitución es un acuerdo consensuado, no la imposición de unos sobre otros”, olvidando que durante 40 (desde 1980) defendieron con la fuerza o con trucos baratos, la constitución redactada en gran parte por Jaime Guzmán. Salvo cortos veranitos, a lo largo de la historia han tenido y ejercido el poder con representantes propios o comprados (remember los email con los textos para la Ley de Pesca, o el “raspado de la olla” de Iván Moreira, por poner dos ejemplos).

Por otro lado está la actitud de varios dirigentes de la “no derecha” (la concertación), que se muestran indignados por la “absurda conducta de los sectores humildes y pobres” de país que votaron en masa por el Rechazo. Sin embargo, además de críticas, se ven y escuchan algunas autocríticas en la voz de quienes fueron participantes directos de la campaña por la aprobación de la Nueva Constitución. Esto último me parece una buena y sana actitud, pues la lucha social, desde siglos, está jalonada por triunfos y derrotas, y lo ocurrido el domingo 5 de septiembre pronto se irá cubriendo por las hojas que irán cayendo del calendario, pero también por las noticias y los eventos que se irán presentando, querámoslo o no, pues los problemas que provocaron la Revuelta Social de 2019, siguen estando ahí, no se han solucionado.

En medio de toda esta avalancha de declaraciones, análisis, críticas, propuestas de unidad y diálogo, quiero destacar una que ha pasado casi desapercibida -y no es casualidad- para los grandes medios del país. Me refiero al mensaje del expresidente boliviano Evo Morales:

 

Hoy más que nunca es muy importante no cometer el mismo error cometido por los partidos políticos de la Unidad Popular después del Golpe de Estado del 73, que se limitaron casi exclusivamente a afirmar que “fuimos derrotados porque el enemigo fue apoyado y financiado por EE.UU.”. Que duda cabe que eso es verdad. Hoy podemos ver hasta videos en que se entregan todo tipo de antecedentes, partiendo documentos desclasificados de la CIA en que se documenta lo hecho por ese país y por las fuerzas locales que recibieron apoyo para impedir el avance del proceso iniciado por el Presidente Salvador Allende. Pero cuando nos proponemos transformar la sociedad, tenemos que partir de la base de que aquellos que perderán sus eternos privilegios van a hacer TODO lo que esté a su alcance para evitar nuestro éxito, por lo cual no podemos permitirnos errores que pueden ser evitados y tenemos que hacer lo necesario para ganar.

Quisiera comentar algunas cuestiones que me llamaron la atención en muchos de los Convencionales y en las organizaciones a que ellos pertenecen:

1. Los veía comportarse en sus discursos, sus entrevistas, sus arengas, como si estuvieran convencidos de que la lucha por una transformación de la sociedad hacia formas más humanas, mas solidarias, más tolerantes, hubiera comenzado con ellos. Me parece que ellos ignoraron que en nuestro país hay organizaciones de carácter político y reivindicativo desde hace mas de 150 años (pienso en Francisco Bilbao y la Sociedad de la Igualdad, para no ir más atrás). Y si bien es cierto que los partidos políticos estaban -y siguen estando!- desprestigiados, hay miles de viejos luchadores políticos, sindicales, gremiales, descolgados de sus organizaciones por diversos motivos, que debieran haber sido escuchados, de los cuales podrían haber aprendido no poco.

2. La lucha por los derechos de la mujer tiene una larga historia en nuestro país, no comenzó después del 2000. Y es evidente que los planteamientos del movimiento feminista hoy, no sólo enfrenta a mujeres y hombres, sino incluso a madres e hijas. Es un esfuerzo que, si quiere ganarse la voluntad de la mayor parte de la sociedad, debe ser llevado adelante como un proceso de convencimiento, de educación (partiendo por los propios hijos), con el trabajo y la paciencia necesaria para integrar a generaciones. No hacerlo así provocará que este permanezca como un movimiento justo, pero elitista y no hay que olvidar que Chile tiene aproximadamente unos 10 millones de mujeres.

3. La lucha social y política no es un reality show. Digo esto, porque no pocos de los Convencionales, sostenían discursos, que parecían más bien influenciados por sus vivencias con la tv que con la dura y dificil lucha del movimiento social. La politica aplicada por los gobiernos de la Concertación  fue a desarmar el movimiento social, sindical, político. Los partidos políticos se transformaron en «Agencias de Empleo» y de esa forma mataron la dinámica que provocaba y ayudaba al desarrollo de nuevos dirigentes, nuevos líderes. Las elites de los partidos no querían competencia, y ellos, internamente decidían quien sube en la jerarquía partidaria.

4. El trabajo político que realmente busca cambios sociales, normalmente, enseña a ser humilde, a escuchar a quienes se busca representar. El trabajo político enseña, a veces de modo bastante duro, que para ganar una huelga, para organizar un sindicato, hay que gastar mucha paciencia y muchas horas, volver a comenzar de cero más de una vez. Obtener apenas el 36% de los votos con propuestas tan justas y humanas como las contenidas en el texto de la NC, indica que cometimos errores graves.

Pero es necesario reconocer que el texto de la Nueva Constitución tiene un valor enorme y, como dijo alguien, «es un gran regalo para el movimiento popular y puede y debe ser convertido en documento base para el Movimiento Social que tiene que ser organizado rápidamente para así poder enfrentar las tareas y desafío que tenemos al frente.

Ese texto tenemos que transformarlo en Nuestro Programa (NP), el programa de las aspiraciones y sueños de millones de personas. Hay que conversarlo con la gente, puerta a puerta, sindicato a sindicato, colegio a colegio, universidad a universidad. En esa acción quedará en evidencia cuales son los contenidos que interesan a la ciudadanía y cuáles no.

Buena parte del rechazo se produjo por desconocimiento del verdadero significado de las propuestas, porque la gente no lo conoció, no lo hizo suyo. Hay que escuchar las opiniones, las sugerencias, los rechazos del ciudadano simple, ese que no participó en la Convención, ni siguió las asambleas por tv o internet. Que cada uno recoja lo que mejor encaje con sus actividades y sueños y así lo vamos a ir transformando en un gran Programa de Trabajo, en una suerte de Pliego de Peticiones permanente, en un Plan de Desarrollo de la sociedad o como se le quiera llamar. Así lo vamos a construir, lo vamos a hacer realidad.

Hay que empezar ya, pues el enfrentamiento con la derecha se viene y, como lo demuestra nuestra historia, se van a negar a aceptar lo que queremos y necesitamos millones de chilenos.

Por estos días los partidos políticos -que siguen tan desprestigiados como el 2019- discuten y negocian la mejor vía y la forma para redactar la “nueva constitución”. Una alternativa es que sea el Congreso quien lo haga, la otra alternativa es que lo haga un gremio elegido para esa tarea. La pregunta del millón es: ¿Quién lo elige?

Es evidente que el texto que será redactado, va a tomar en cuenta y servir los intereses de quienes hoy detentan el poder y gozan de las ventajas de disponer de un estado que les sirve de herramienta para perpetuar sus privilegios. Todas las promesas de trabajar para “redactar una buena constitución, una constitución de verdad”, como ha dicho la derecha y la llamada “centro izquierda”, van a ir quedando al desnudo ya en las próximas semanas, se van a demostrar como lo que son: ¡mentiras!.

Como ha escrito Evo Morales en su twitter de saludo a la realización del plebiscito en Chile:

La lucha de los pueblos por inclusión, solidaridad y dignidad continuará mientras exista injusticia y desigualdad.

Esa es una verdad que la sabe cualquier luchador social que lleva parte de su vida en este trabajo. La gente humilde, volverá a protestar, no porque agitadores la empujen a ello, sino simplemente porque han ido adquiriendo conciencia de que son ciudadanos de tercera clase, porque viven la injusticia en el día a día, en mil formas.

Lagos y su recomendación de imitar al León de Tarapacá

En artículo publicado en el sitio de Radio BioBio, se detalla las declaraciones hechas por Lagos:

Yo creo que si hay decisión, en un acuerdo parlamentario amplio, y el Presidente desea que sea una Convención Constitucional, íntegramente elegida, y ese es el acuerdo político al que se llega, eso será, pero el que lleva la batuta es el Presidente”, sentenció.

No obstante, agregó que “si me pregunta el ideal, le digo, mientras elegimos a los nuevos constituyentes, yo imitaría al ‘León de Tarapacá«”.

Esto último, en alusión al fallecido expresidente Arturo Alessandri Palma, quien lideró el proceso constituyente que derivó en la Constitución de 1925.

¿Qué hizo el ‘León de Tarapacá’? Mientras elegían la asamblea constituyente, nombró a un grupo de 20 o 25 expertos, de sabios, y dijo “tengan un borrador preparado cuando llegue la asamblea Constituyente””,

rememoró.

Y, efectivamente, en esa asamblea constituyente, todos los sabios de la época están ahí”, añadió Lagos.

Por último, se mostró disponible para estar en un eventual grupo de expertos.
Si eso ayuda, no me voy a negar, yo quiero a Chile, por eso me metí a hacer estas cosas”, concluyó.

Fuente: Radio BioBio

Con esta “sugerencia”, Ricardo Lagos demuestra realmente quién es. Está claro que es un político que tuvo su momento de coraje civil durante la dictadura, pero hoy no es más que un burócrata al servicio de los poderosos, en beneficio propio, incluso traicionando los esfuerzos de la ciudadanía por democratizar el país. Lagos olvidó que el León de Tarapacá gobernó hace un siglo.

Hay que poner en la mesa y discutir cual es el método adecuado para someter a aprobación la constitución que se redactará. Son tantos y tan diversos los temas que abarca su texto, que resulta imposible que la ciudadanía se ponga de acuerdo en todo. Y mientras se vote por un texto único y completo, siempre va a haber ciudadanos que rechazan la formulación de uno u otro tema. Es indispensable discutir ese tema.

Vamos que se puede. Lo redactado para la Nueva Constitución tiene un gran valor y hay que elevarlo, llevándolo al pueblo, para que lo  haga suyo, lo depure  y se movilice para hacerlo realidad. Somos más y nuestra lucha es sólo por nuestros Derechos, por la Dignidad, por la Igualdad de Posibilidades, por la Justicia.

 

Análisis y aprendizaje del Plebiscito Constituyente en Chile

 

Convención frustró la Nueva Constitución

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