Hugo Blanco: “No fui ‘guerrillero castrista’ ni terrorista”
por Roberto Ochoa (Perú)
4 años atrás 13 min lectura
“Cualquiera que sea el presidente de turno serán las grandes empresas transnacionales y sus instituciones financieras las que ganen.
Por ello es necesario cuestionar todo el sistema”..
Hugo Blanco
Hugo Blanco: “No fui ‘guerrillero castrista’ ni terrorista”
Por Roberto Ochoa. ( Diario “La República”, Perú. )
Radica en México pero viajó a Europa para conocer a su nuevo nieto nacido en Alemania. Poco antes decidió visitar a su hija Carmen en Suecia y fue ahí donde lo agarró la pandemia. Farid Matuk nos hizo el contacto con Carmen Blanco, quien amablemente nos pidió enviar las preguntas por escrito porque Hugo Blanco “ya no puede responder telefónicamente”. Aquí sus respuestas ante la controversia desatada por el documental Hugo Blanco, Río Profundo”
¿Está al tanto del revuelo provocado por la exhibición del documental “Hugo Blanco, Río Profundo”?
Sí, estoy al tanto del revuelo causado en el Perú y a nivel internacional. Y estoy también conmovido por las múltiples expresiones de solidaridad que me llegan desde diversos rincones del Perú y del mundo. Tanto por parte de aquellos que llevan a cabo luchas afines a las que yo he llevado pero también de gente joven que hasta ahora ni sabía de mi existencia pero que ahora se ha interesado por mi trayectoria de luchas.
A diario nos llegan a mí y a mi hija Carmen decenas de mensajes solidarios por correo electrónico y otros medios sociales; agradezco todas esas expresiones de solidaridad, incluyendo aquellas de personalidades, gremios y organizaciones que se han pronunciado. Una vez más, la solidaridad nacional e internacional, me reconforta tal como lo hicieron cuando se pedía para mí la pena de muerte -en los -60, durante todo el juicio, cuando estaba preso en Arequipa y El Frontón y ante otros intentos por eliminarme o estigmatizarme que han habido también posteriormente por ejemplo. durante los años 80.
¿Le gustó el documental?
El documental está motivado desde la perspectiva de una joven cuya vida fue influida tanto por las luchas por la tierra indirectamente a través de relatos de su padre, así como por los procesos históricos sangrientos de la década de los 80 y los 90.
De esa manera el documental parte de las percepciones de la cineasta pero a su vez contribuye a recuperar fragmentos de la historia de las luchas colectivas en el Perú y ayuda a que las nuevas generaciones conozcan la historia de luchas colectivas que no es la que normalmente la que se enseña en las escuelas. Es por lo tanto de mucha importancia que el documental se esté mostrando en provincias y municipios del país como se ha estado haciendo los últimos meses, de manera que los jóvenes entiendan que son las luchas colectivas de sus antepasados quienes abrieron brechas para sus derechos. Esto en contraposición a sectores que aun teniendo como intención combatir las injusticias, se crean dueños de «la verdad» y la intenten imponer por la fuerza.
Personalmente lo que yo considero más importante de mi trayectoria de vida es la lucha porque la tierra sea de quien la trabaja, la organización de esa lucha en forma democrática y decisiones en asambleas y la reivindicación y dignificación de la población indígena y campesina. Y es importante también que se recuerden las consecuencias que esas luchas traían para los luchadores sociales, en mi caso personal la larga prisión en la isla penal El Frontón.
Pero aclaro, no soy cineasta ni documentalista, Malena Martínez sí lo es, así que ella sabrá por qué tocó determinados aspectos en la película y no otros. Y ahora valoro que el documental haya también abierto paso a reflexiones y discusiones sobre esos procesos así como entrevistas como ésta, las cuales me permiten decir lo que yo considero importante.
Militares retirados cuestionan la exhibición del documental y lo califican como “apología del terrorismo”? y lo tildan de “guerrillero castrista”. ¿Qué les respondería?
Quisiera aclararles que no fui “guerrillero castrista” ni “terrorista”. El proceso colectivo del cual fui parte, fue una reacción frente a los abusos y explotación al campesinado de La Convención y el servilismo policial ante los latifundistas de tipo feudal, quienes hacían abuso de poder y violentaban a los campesinos. Entonces, fue la asamblea de delegados del campesinado indígena de la provincia de La Convención, departamento del Cusco, la que decidió organizar la autodefensa armada, y fue en esa asamblea donde se me designó en forma democrática para dirigir dicha autodefensa.
Hace un año se celebraron los 50 años de la Reforma Agraria velasquista. Si usted precisamente luchó por esa reforma ¿por qué fue deportado por el general Velasco?
La Reforma Agraria, liquidación de latifundio semifeudal, la inició el campesinado quechua de la “Federación Provincial de Campesinos de La Convención y Lares” (FEPCACYL), donde la tierra pasó a manos de quienes la trabajaban. Viendo eso, los indígenas y otros campesinos de la sierra peruana iniciaron o continuaron también sus respectivas luchas por el derecho a la tierra y contra el sistema de haciendas.
Ante estos procesos que amenazaban por remecer al sistema y desbordar, el general Velasco intentó buscar una salida que no amenazase la raíz del problema de la tierra, histórico problema en el continente americano desde la invasión y conquista. Es así que él dio inicio a un proceso de reforma agraria o sea de redistribución de la tierra pero conciliando con los hacendados.
Por tanto Velasco defendía los intereses del sistema capitalista que deseaba deshacerse de los vestigios feudales para dar paso a un sistema de explotación de la tierra más acorde con el capitalismo. Mientras que yo obedecía órdenes de las organizaciones campesinas quienes deseaban que la tierra fuese no solo trabajada sino además organizada de acuerdo a los criterios propios, probablemente inspirados en formas históricas de organización de la agricultura.
Yo fui perseguido y apresado estando como presidente Belaunde Terry, luego por medio de un golpe de estado entró de presidente el general Velasco, quien después de un tiempo nos amnistió a mí y a otros compañeros que habían luchado por el derecho a la tierra. Sin embargo ante mi negativa a cooperar con su gobierno, dispuso que yo viviera en Lima, y que no fuese a la sierra, castigo para alguien cuya base de luchas es el campo, probablemente temía que me reintegrara a la lucha campesina.
No conforme con eso, luego optó por deportarme, lo cual es anticonstitucional puesto que no se puede deportara ciudadanos de su propio país.
¿Cree usted que esa reforma funcionó?
La Reforma agraria de Velasco funcionó solo parcialmente. Esto no solo porque la redistribución y nueva organización se hizo en forma verticalista desde el criterio de funcionarios agrarios del estado, sino además porque el campesinado tuvo que pagar a los usurpadores descendientes de los conquistadores por sus propia tierra. Es decir aquellos campesinos que habían sido siervos no pagados, debían pagar por su tierra, quedando así sin dinero para herramientas, semillas, fertilizantes y otros y sin dinero para dedicarlo a la educación de los hijos, medicinas, etc.
Posteriormente vemos además que hubo una contrarreforma agraria neoliberal, la cual implica que si bien ya no existen los hacendados como tales, hoy son las empresas agroexportadoras, las cuales en especial en la costa controlan hoy inmensas extensiones de tierra. En éstas no se cultiva para satisfacer las necesidades alimentarias de los peruanos sino para proveer de alimentos a otros países. Es así que en el Perú, situado en la región central andina que es históricamente uno de los centros agrarios del mundo puesto que allí se domesticaron alimentos como la papa, la quinua, el maíz, etc. nuestra población padece aún de desnutrición. Y esto sucede de una manera escandalosa primordialmente en las zonas rurales.
El historiador y arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras nos dijo en una reciente entrevista que “Velasco responde a una estrategia internacional para impedir procesos como el que se dio en el Perú con Sendero Luminoso. No fue una iniciativa exclusivamente peruana. En realidad, se construyó una plataforma de acción estatal que tratase en lo posible de impedir que las grandes demandas populares tuvieran éxito. Una de esas demandas era el tema del petróleo, de la reforma agraria…”, ¿comparte esta opinión?
Comparto ese análisis. Fueron momentos en los cuales el sistema capitalista al ver que la injusta y desigual distribución de la tierra a lo largo de toda América Latina podía llevar a una múltiple y sincronizada explosión social que era necesario evitar. Vieron que la lucha por la tierra tomaba fuerza en varios lugares de la región latinoamericana, esta vez ya no solo en base al injusto acceso a la tierra sino además inspirada en la revolución cubana la cual a pocos meses de iniciada dio paso a una reforma agraria.
Por tanto o realizaban ellos mismos reformas agrarias bajo control del poder o corrían el riesgo de reformas agrarias que no quedasen en eso, sino pudiesen desarrollarse en revoluciones que cuestionen no solo las inequidades en relación a la tenencia de la tierra sino que pudiesen pasar a cuestionar las inequidades a todo nivel.
Es por ello que país tras país durante la década de los 60 e inicios de los 70 se apuraron o «fueron apurados» a hacer reformas agrarias que en parte mitigasen las injusticias en el campo y frenasen así las luchas campesinas.
Una pregunta personal ¿por qué está en Suecia y no en México?
Mi hijo Marco David y su compañera, que viven en Alemania iban a tener un bebé, por tanto mi compañera, Ana y yo quisimos estar cerca. Yo aproveché antes del nacimiento de mi nieta para visitar a mi hija Carmen que vive en Suecia, pero a pocos días de mi llegada a Suecia se declaró la pandemia y aquí me tienes aún hasta que se normalice la situación sanitaria mundial y pueda volver a México donde mi compañera. Yo por mi edad pertenezco a los grupos de mayor riesgo y el viajar en estos momentos no sería nada sensato.
¿Cuándo fue la última vez que estuvo en Cusco?
Estuve en una visita corta el año pasado, y hasta hace tres años vivía en Lima así que podía ir allá a menudo. Extraño mucho al Cusco que es como mi madre y recuerdo una canción en quechua que aprendí de niño:
“Qosqo llaqta (Pueblo de Cusco)
Qhapaq mamay (Poderosa madre)
Inka yawarniq samisqan (Impregnada de sangre Inca)”
¿Mantiene contacto con los campesinos que lo acompañaron en La Convención?
Hace aproximadamente seis años celebré mis 80 años recorriendo lugares emblemáticos para esas luchas y visitando a mis compañeros en La Convención. Eso fue muy importante para mí. Desgraciadamente muchos de los campesinos de mi generación con los cuales luché, no manejan el internet, pero de vez en cuando sus hijos o nietos se comunican conmigo y me transmiten sus mensajes. Hace poco me dolió mucho enterarme a través de la nieta de Gerardo Carpio de su fallecimiento, él fue uno de los que luchó conmigo en la autodefensa.
Y ahora con el revuelo a raíz del documental son varios los jóvenes nietos de mis compañeros de lucha de La Convención que se han contactado conmigo pues ven estos ataques como agresiones también a las luchas de sus padres y abuelos. También me han contactado jóvenes de otros lugares, son hijos de gente a quienes he acompañado en sus luchas ya sea por el tema de la tierra como en Puno en los 80 así como en luchas contra el extractivismo en Ayabaca y Tambogrande en Piura, Celendín y Bambamarca en Cajamarca, diversos puntos del Cusco como por ej. Espinar, Valle del Tambo en Arequipa, etc. Ellos me contactan diciendo que se acuerdan de mí de cuando niños o que sus padres les han contado que me conocieron y a veces me cuentan que ellos mismos están también insertos en luchas actuales, mensajes que me hacen sentir esperanzas en el futuro. Por ejemplo, el Sindicato Único de trabajadores de Construcción Civil de La Convención se pronunciaron hace unos días en mi apoyo, lo cual me hace deducir que hay hijos o nietos de quienes lucharon conmigo por la tierra entre sus filas o que esos jóvenes llevan la memoria colectiva en sí.
-¿Qué le recomendaría a la izquierda peruana?
Les recomendaría que entrelacen las luchas sociales tradicionales con las luchas en defensa de la Pachamama, estas luchas son en defensa de la vida misma y debieran involucrarnos a todos quienes somos afectados por el sistema. El capitalismo está perpetrando sistemáticamente ecocidios por doquier, estas agresiones a los ecosistemas amenazan la reproducción de la vida y su continuidad. Tanto los incendios forestales, la escasez de agua y su envenenamiento, las catástrofes naturales y probablemente incluso esta pandemia son consecuencia del desprecio por la vida que tiene el sistema. Por ellos les recomendaría a las izquierdas si es que no lo hacen ya que unan las luchas sociales que la izquierda siempre ha llevado adelante con las luchas en defensa de la Pachamama. Para eso les recomiendo la realización de asambleas de los diversos sectores de oprimidos en las cuales se muestre cómo todo está conectado, entrelazado. La vida es un tejido vivo y es hora de que las izquierdas defiendan todo ese tejido vivo. Y de paso les recomendaría que escuchen y aprendan de las diversas luchas y las respeten. Esto significa dejar de lado los dogmas y el verticalismo que caracteriza a la izquierda tradicional.
¿Es cierto que usted fue aprista antes de militar en un partido trotskista?
Yo no fui nunca militante aprista, pero mis hermanos mayores Luisa y Oscar si eran apristas y fueron reprimidos por serlo, así que yo de muy joven simpatizaba también con el Apra en tiempos que éste era aún un partido antiimperialista y antes de su deformación y giro a la derecha, pero nunca entré al partido.
La pandemia sacó a relucir las enormes desigualdades sociales y la precariedad del Estado peruano? ¿Cómo ve al Perú a punto de celebrar el Bicentenario de la Independencia?
Para empezar diría como ya han dicho sectores radicales en muchos lugares de América Latina donde ya se cumplieron los 200 años de inicio de la etapa republicana: “no hay nada nada que celebrar”.
Por un lado siguen las injusticias contra indígenas afrodescendientes y amplios sectores de las sociedades latinoamericanas siguen sumidas en la pobreza puesto que los despojos, saqueos y ecocidios iniciados hace 500 años continúan. Sigue también la desigual distribución de la tierra y el agua vitales para la subsistencia y continúan también el racismo, el machismo agrava, etc.
Por tanto nuestros países no son nada “independientes” sino son regidos hoy en día ya no por un país colonialista en específico pero sí por los mandatos del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y las transnacionales que saquean el planeta. La “Independencia” fue independencia política de España, de la que éramos una colonia, pero estamos aún insertos en un sistema global injusto de dominación que nos trata como colonia de las referidas empresas y los organismos internacionales que ya nombré. Además se mantiene en nuestras sociedades aún una forma colonizada y colonizante de ver no solo a la Pachamama y a los seres que viven en ella, incluyendo a la gente.
Esto hace que cualquiera que sea el presidente de turno serán las grandes empresas transnacionales y sus instituciones financieras las que ganen. Por ello es necesario cuestionar todo el sistema y no ser inducidos a celebrar una “independencia” que no es tal.
Usted tuvo una vida de película ¿se arrepiente de algo en su trayectoria política?
Probablemente cometí muchos errores, pero no me arrepiento por ellos, pues cuando actué lo hice sin saber que estaba equivocado.
* Publicado en “La República”, 22/6/2020.
*Fuente: LaRepublica
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